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  • La caída del poder adquisitivo afecta al citrus que vende por debajo del costo de producción – ACTUALIDAD A DIARIO

    Chajari » actualidadadiario

    Fecha: 29/04/2025 12:58

    Al igual que en 2024, el sector citrícola padece dificultades de rentabilidad. Melania Zorzi, presidenta de la Federación del Citrus (Fecier), expresó que los productores de la zona de Chajarí y Villa del Rosario atraviesan una etapa difícil por la caída de la demanda. Eso se traduce en que el kilo de fruta se pague por debajo de los costos de producción ¿Cuáles son los factores que impulsan la demanda a la baja? Zorzi adujo que hay una disminución del poder adquisitivo de la población. “El cítrico o cualquier otra fruta pasa a estar en una segunda prioridad dentro de lo que son los gastos de una familia”, explicó. También mencionó que ven una forma de presentación más atractiva de la fruta que viene del exterior y eso provoca que se venda más rápido. Por otra parte, sostuvo que ven con preocupación que hay programas sanitarios, como el de prevención del HLB y el de mejoramiento genético, que administra el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) que no tienen presupuesto. Por un lado, remarcó que “es imposible trabajar sin ellos” y, por el otro, que los productores no tienen margen para costearlos por su propia cuenta. “El Estado nacional piensa que se recorta y todo sigue igual y no es así. Para estas economías regionales, esos programas garantizan que las producciones puedan seguir activas”. Además del menor poder adquisitivo del bolsillo de la gente, Zorzi dijo que falta publicidad. «Casi no se ve publicidad del consumo de frutas. Ni de citrus ni de ninguna otra fruta», remarcó. A su vez, también mencionó que la forma de presentación de la fruta y la verdura que llega del exterior es diferente a la que se produce en forma local. «A veces uno ve que lo importado se vende quizá al mismo precio pero mucho más rápido. Eso tiene que ver con la calidad y la presentación de lo que se comercializa. Es una de las cuestiones a revisar para no echar la culpa solamente a la pérdida del poder adquisitivo. Hay que revisar cómo producimos, cómo presentamos y cómo vendemos. Quizás lo que hacemos bien en el campo le falta más desarrollo comercial», dejó en claro Zorzi. «Es un año en que, la verdad, esperábamos otra situación. En el verano seguimos con la comercialización de la naranja Valencia, la naranja de jugo. Había una sobreoferta de esa variedad y veníamos con precios en baja», indicó. Pero eso arrastró el inicio de las variedades primicia como mandarinas y las primeras naranjas ombligo. «Si bien hay una menor producción con respecto al 2024, los precios hasta el momento siguen siendo muy bajos, casi por debajo de los costos de producción», remarcó. Zorzi mencionó que es «casi vergonzoso» el precio que reciben los productores de entre $100 y $150 por kilo de fruta en planta. Pero el precio que el consumidor paga es varias veces ese precio en una verdulería. En Concordia un kilo de mandarina cuesta $700 como una oferta. En Paraná no es inferior a los $800 o $900, acotó Zorzi. «Cada vez se distancia más la cadena productiva», expresó. En tanto, el costo de producción está por encima de los $150 por kilo que se paga en la quinta. Cuando eso sucede, lo primero que hacen los productores es reducir el manejo o hacer menos trabajos o inversiones de las que deberían. «Eso se traduce al año siguiente en menos fruta o menor calidad del producto que se genere», remarcó. Más adelante, llegará el momento de comercializar naranjas. Zorzi dijo que es más productiva que la mandarina en cuanto al rinde por tonelada y el costo de producción es más bajo. Además, puede ser utilizada para vender en el mercado interno como fruta para fábrica destinada a producción de jugo. «Tiene más salida comercial». El año pasado, en la ciudad de Villa del Rosario (departamento Federación) se veía camiones volcando fruta fresca en los basurales dado que no les servía el precio que se les pagaba. Un escenario similar al actual pero con la diferencia de que esta vez prefieren venderla por debajo de los costos. «No te olvides que detrás del productor hay gente que cosecha en empaques y a esa cadena hay que sostenerla de alguna manera. El productor siempre piensa que esto se va a revertir o va a cambiar», indicó. La titular de la Fecier convalidó las palabras del presidente de la Asociación de Citricultores de Villa del Rosario, Marcos Dal Mazo, quien dijo al diario La Nación la semana pasada que los productores citrícolas trabajan con esperanza pero sin garantías. «Eso es real», indicó. Por otra parte, Zorzi remarcó que hay una necesidad de que haya nuevas reglamentaciones laborales. Pero dejó en claro que eso no implica que la intención sea pagar menos a los trabajadores de la actividad citrícola. «Seguimos desde la gremial del citrus reclamando todas las necesidades del sector, la reforma laboral», expresó. A su vez, Zorzi indicó que también quieren que el Estado no deje librado al azar las cuestiones sanitarias. «Las tiene que seguir manejando el Senasa, que tiene el poder de policía. Queremos bajar al máximo posible los costos para el productor», indicó. «En esta instancia del Estado parecería que se le va a trasladar al productor muchos costos que antes absorbía el Estado y no hay margen para esa situación», expresó. La preocupación se debe a que ven que no habría presupuesto para sostener el programa de prevención del HLB. El Huanglongbing (HLB) es considerada la enfermedad más devastadora de los cítricos a nivel mundial. Es causada principalmente por la bacteria Candidatus Liberibacter asiaticus (aunque hay otras formas de Liberibacter que también provocan la enfermedad), que afecta a todas las plantas de cítricos y algunas plantas ornamentales como el Mirto, Murraya o Jazmín Árabe (Murraya paniculata). La enfermedad se propaga a través de la utilización de material de propagación infectado (yemas o partes vegetales infectadas) y de su insecto vector llamado Diaphorina citri. Por último, Zorzi manifestó que cuando se cae la rentabilidad, se produce una retracción económica en la zona. «El productor deja de comprar insumos, deja de comprar combustible o deja de hacer inversiones. Es una economía que sólo le permite mantenerse en el mejor de los casos», sostuvo. «El citricultor tiene esa característica. Cuando gana un dinero extra en su actividad, lo primero que hace es invertir en la misma zona. Comprando maquinarias, insumos, haciendo más trabajo de campo, más podas. Pero, sin ese dinero extra, o cuando apenas está sosteniéndose, eso se traduce inmediatamente a la zona», expresó. Zorzi remarcó que los intendentes de la zona de influencia del citrus como Chajarí, Villa del Rosario, Concordia, Santa Ana y Federación son quienes más conocen esa realidad.

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