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Concordia » Diario Del Sur Digital
Fecha: 28/04/2025 16:11
Por Corchito González – Corresponsal de Diario del SUR Digital desde el Palacio Municipal EL «PAGO EXPRESS» DEL MUNICIPIO: INNOVACIÓN, TASAS Y ALGO QUE HUELE A… ¿COFEE BREAK? La semana pasada me di una vuelta por el Palacio Municipal, ese spa de la burocracia donde la transparencia sería solo un mito urbano, y la eficiencia, una exótica especie en extinción… salvo que haya intereses de por medio, claro. ¿Mi noble cruzada? Investigar el revolucionario “Sistema de Pago Express a Proveedores”, una criatura tan tímida que ni asomó la nariz por el Boletín Oficial. Una innovación tan discreta que, si fuera más secreta, habría que invocarla con contraseña y apretón de manos. Según los muchachos de la gestión paralela (también conocidos como “los de la privada”, esos que tienen la llave del atajo), el sistema bien podría figurar en un máster en Gestión Creativa de Urgencias Administrativas. El procedimiento sería simple y con aroma a backstage: un proveedor llega, con la esperanza hecha polvo y el expediente arrugado, y se presenta ante el Señor Intendente. Este, con la sensibilidad de un banquero en default y tras chequear el dólar blue como quien revisa el clima, lo manda con su fiel escudero: Luca. Un nombre que suena más a protagonista de serie sobre lavado de dinero que a funcionario público. Y no desentona. El ritual, según cuentan los que saben —pero no hablan—, sería así: el proveedor paga “la tasa express” (o el aporte simbólico, o la ofrenda espiritual, o lo que sea que suene menos a coima), y Luca, con el profesionalismo de un operador bursátil en Wall Street, aprieta el botón rojo. En cuestión de minutos, la Contaduría se activa como si fuera Cyber Monday y alguien hubiese puesto “efectivizar ya” en mayúsculas. El expediente sale volando a Tesorería más rápido que una transferencia a un paraíso fiscal, y en un abrir y cerrar de planilla Excel, Hacienda aprueba el pago. Y así, como por arte de magia… el proveedor cobra. Antes de que el billete termine de devaluarse en sus propias manos. Ahora, lo más simpático del asunto es que este proceso no aparece en ninguna normativa, reglamento o sistema informatizado. Nada. Cero. Casi como si la eficiencia dependiera justamente de no quedar registrada. Un servicio premium, exclusivo, fuera de catálogo. Al mejor estilo “acuerdo de pasillo con taza de café y guiño incluido”. ¿Y los proveedores que no pagan esta “tasa de agilización de trámites”? Pobres ingenuos. A ellos les toca esperar sus 90 días, o hasta que la inflación convierta su pago en souvenir. Al final, la lógica municipal sería clarísima: “mejor pagar la tasa que ver cómo tu pago se convierte en vuelto.”. Una inversión. Un seguro. Una estrategia financiera… pero sin factura. Desde el Ejecutivo, algún vocero anónimo, de esos que solo aparecen cuando hay que justificar lo injustificable, habría declarado que “la tasa express no genera sobrecostos”. Porque, por supuesto, solo busca “compensar la inflación galopante”. Es solidaridad inflacionaria. Una genialidad digna del Nobel de Economía Municipal. ¿Y quién estaría detrás de esta obra maestra del pragmatismo criollo? Nadie lo sabe. O todos lo saben, pero nadie lo dice. Eso sí: sus huellas serían más evidentes que las de un elefante en un bazar. ¿Alguien se animará a seguirlas? ¿O también habría que pagar una tasa express para acceder a esa información? MORALEJA FINAL: Si querés cobrar rápido en el municipio, no hablés de expedientes, ni de trámites, ni de papeles. Hablá de “tasas ajustadas por contexto macroeconómico”. Y si alguien pregunta, poné cara de piedra y respondé con tono técnico: “Por la inflación, señor. Por la inflación.” #ElBotónRojoDeLuca #CobrosUrgentesYTrámitesEnModoTurbo EL CONCEJO DELIRANTE: UNA SESIÓN PARA JUSTIFICAR LOS 10 MILLONES (Y LA ANSIEDAD DE DOÑA RETA) Terminando la semana, pasé por el Concejo Delirante —perdón, Deliberante— a ver si había alguna novedad sobre la famosa Ordenanza de los Ricos, esa joyita que el intendente prometió tras la reunión con el Centro de Comercio, Industria y Servicios de Concordia, donde aplaudían como focas entrenadas mientras los pobres comerciantes se desmayaban al ver el aumento del 180% en las tasas. Pero no, amigos, la esperada normativa que tiene nombre, apellido y probablemente cuenta en Suiza… no se trató. En cambio, la sesión fue más emocionante que ver crecer el pasto. Cambios de nombres de calles, minutas, boludeces varias… todo para justificar los módicos 10 millones que cada concejal se embolsa en la ciudad más pobre del país (como suelen denominar ellos mismos, con un orgullo francamente inquietante). Eso sí, el suspenso no murió: según rumores de pasillo, Margaret —como le dicen los empleados a la presidenta del HCD, en un cariñoso homenaje a la Dama de Hierro— está «ansiosa» por tratar el proyecto. Doña Reta de Urquiza, legendaria por sus 9 años luchando por bajar impuestos a los millonarios, vería aquí su gran oportunidad. El plan maestro, según fuentes no tan confiables (o sea, los mismos empleados que cobran en sobres), sería que el proyecto entre de noche, se vote sobre tablas al día siguiente, y cuando la gente despierte… ya será tarde. ¡Oscurantismo del bueno! Porque, claro, ¿para qué sirve la democracia si no es para fastidiar al pueblo? Pero como si eso no fuera suficiente, también metieron por la ventana otra moratoria encubierta para contribuyentes, en un nuevo intento desesperado por tapar la catastrófica performance recaudatoria del municipio. Una más, y van… ¿dos en un año y medio? Sí, los mismos que cuando eran oposición se llenaban la boca criticando los regímenes especiales de la gestión anterior, ahora te meten moratorias como si fueran memes en año electoral. Ya no saben qué inventar. Están más perdidos que concejal en feria de ciencia. En fin, otra jornada de «trabajo intenso» en el palacio de los privilegios. Mientras tanto, los comerciantes siguen llorando, los contribuyentes pagando, y los concejales… bueno, deliberando (entre risas, viáticos y cafés con gusto a sobre). ¿La próxima sesión? Seguro igual de útil que un semáforo en el medio del campo. Y así, entre gallos y medianoche, Concordia sigue su camino… hacia el abismo. Menos mal que el Papa Francisco ya descansa en paz, porque si se enteraba de este festival de tasas y moratorias, pedía excomunión colectiva y mandaba agua bendita en bidones. KIKA, LA NUEVA CASA DE GOBIERNO MUNICIPAL DE CONCORDIA Francisco Azcue, el intendente que llegó al poder más por los errores ajenos que por sus propios méritos, parece haber encontrado el lugar perfecto para sus reuniones de gabinete: el boliche Kika. Entre tragos, beats electrónicos y conversaciones a los gritos (que medio Concordia termina escuchando), el gringo intenta dirigir una ciudad que se le escapa de las manos. Con apenas 37 años, poca formación política y cero experiencias en gestión pública (salvo un fugaz paso como fiscal), Azcue está más perdido que turco en Paraguay. Sus compañeros radicales lo ven como un proyecto fallido, el PRO lo abandonó con la salida de Caminal, y el gobierno nacional ni lo registra, a pesar de sus esfuerzos por aplaudir cada medida de Milei como si fuera fanático en un recital. Y por si fuera poco, el gobernador Frigerio ni pisa Concordia: evita la ciudad como si fuera zona contaminada, no vaya a ser cosa que lo enganchen en una foto con el gringo tatuado. Dicho sea de paso, no es casualidad que el gobernador sea el lugar donde peor mide en toda la provincia… algo habrá visto. Mientras Concordia se hunde en pobreza y desempleo, el intendente prefiere discutir políticas públicas entre DJ sets y birras, acompañado de su mano derecha, Del Olio. Según testigos, en el Kika se filtran más secretos que en una reunión de espías, y los únicos que parecen no enterarse son los propios funcionarios, demasiado ocupados peleándose entre sí. El radicalismo lo echó, el PRO lo dejó plantado, y hasta el gobernador Frigerio prefiere hacerse el distraído antes que asociarse con este barco a la deriva. ¿La solución de Azcue? Inventarse un partido vecinalista para intentar sobrevivir en 2027. Plan B de manual: como si reinventarse en política fuera tan fácil como cambiar de partido. El único que todavía le clava el visto… y contesta, es el exintendente Enrique Cresto, con quien mantiene una relación tan cercana como misteriosa, algunos dicen que más que política, parece una sociedad secreta con sede en el Centro de Convenciones. Ahí se juntan religiosamente después de las dos de la tarde, como si fueran dos monjes de la rosca, diseñando jugadas de cómo sobrevivir en el caos… eso sí, siempre apostando a ganador, en ambos frentes, por las dudas. Este dúo dinámico tiene tan inquieto al ministro Troncoso que ya ni duerme siesta: está abocado a desentrañar la ingeniería oculta de este tándem, por orden directa de Frigerio. Algunos aseguran que el ministro camina con lupa en mano por los pasillos, buscando el manual de instrucciones para entender en qué momento dejaron de jugar para el mismo equipo. Desde el entorno del gobernador ya no lo ocultan: están midiendo nuevos nombres para el 2027, con la esperanza de encontrar a alguien que tenga perfil más serio e institucional… y menos humo. “Necesitamos a alguien que administre la ciudad, no que la convierta en un set de TikTok”, tiró uno con sorna, mientras borraba de su agenda la próxima visita a Concordia —por las dudas, no vaya a ser que lo etiqueten en una historia con luces y humo artificial. En ese casting silencioso ya hay dos nombres que suenan con más ritmo que los parlantes del Kika: Cristina, que viene tejiendo bajito y sumando por abajo, mientras desde la provincia —muy casualmente— le empezaron a enviar fondos a la Codesal… justo ahora que, como por arte de magia, le limpiaron la foja de antecedentes penales. Y el otro es el Mono López, que ya tiene medio gabinete municipal alineado con él, como si Azcue fuera apenas el DJ de turno y el Mono el verdadero dueño de la consola… eso sí, con un lifting político reciente para disimular que lleva toda la vida colgada del Estado como calco en la heladera. Mientras tanto, los empleados municipales maldicen el día que votaron por él, con sueldos que perdieron más poder adquisitivo que el peso argentino en el mercado negro. «Los radicales son buenos para hacer oposición, pero para gobernar… ni en pedo», resumió un trabajador municipal, mientras Azcue sigue bailando sobre los escombros de su propia gestión. ¿Conclusión? Falta mucho para 2027, y Concordia no sabe si aguantará tanto desgobierno, tanta joda y tan poca gestión. ¡Que alguien le avise que ser intendente no es una fiesta eterna! (Aunque, viendo cómo va la cosa, quizás ya sea tarde). ¡Sintonizá la próxima reunión de gabinete en el Kika! (Entrada libre, pero el desastre ya está incluido). Hasta la próxima, si es que no me aprietan el botón rojo antes.!!!
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