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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 28/04/2025 10:32
Una de las imágenes de Wanda que Guzmán no pudo dejar pasar (Instagram) En el inabarcable mundo digital donde la exposición y el deseo se mezclan continuamente, Wanda Nara volvió a encender las alarmas. Esta vez, no fue en silencio ni con movimientos velados: su mensaje público al futbolista mexicano Daniel Guzmán Jr. resonó como suele suceder en estos torbellinos mediáticos. “Si sos real, te espero”, escribió la empresaria, quien selló sus palabras como quien lanza un desafío a la inmensidad. La escena se desplegó ante millones de miradas curiosas. Guzmán Jr., en una serie de imágenes donde lucía su torso desnudo y su físico trabajado, despertó el interés inmediato de la también conductora argentina. La publicación, ya de por sí provocadora, se convirtió en un hervidero de comentarios: “Está mejor que Mauro Icardi”, aclamaban algunas; “Bravo Wanda, bancamos este romance”, alentaban otras voces femeninas, como una barra brava de ilusiones compartidas. Sin embargo, la incertidumbre llegaría. ¿Qué impulsó a Wanda a borrar luego su audaz comentario? El misterio sólo se profundizó. En lugar de su primer mensaje, quedó un gesto mínimo pero rotundo: un “Like” acompañado de un corazón rojo. Pequeño en forma, gigantesco en significado. Del otro lado de la pantalla, el futbolista no dejó pasar la señal. Tres emojis de fuego fueron su respuesta: ardor, interés, o quizá un presagio de lo que está por venir. Desde la cuenta Gossipeame destacaron el mensaje que luego Wanda borró (Instagram) Las palabras no siempre son necesarias. A veces, los actos hablan con mayor elocuencia. Hace apenas unos días, Guzmán Jr., sin rodeos, le había escrito a Wanda un sencillo “Te amo”. ¿Era una jugada estratégica o un arrebato genuino? A pesar de su simplicidad, el mensaje no cayó en el vacío de la inmediatez y del rápido olvido: la empresaria reaccionó con un “me gusta” y un emoji de asombro, esa pequeña máscara digital que, en su silenciosa sorpresa, puede contener universos de posibilidades. Esta historia no se limita a un par de gestos aislados. Durante más de dos semanas, Daniel Guzmán Jr., quien cuenta con 32 años y una creciente presencia en redes, ha dado “like” a cada publicación que sube la ex de L-Gante y de Mauro Icardi. Una constancia casi ritual, como quien rinde culto a una musa. Y ella, lejos de permanecer indiferente, también dejó su marca: en una publicación anclada en su perfil desde abril de 2022, y en un video de entrenamiento publicado el 28 de marzo pasado, Wanda respondió con “me gusta”, como pequeños faros encendidos en la inmensidad de Instagram. ¿Qué buscan realmente? ¿Coqueteo, amor, fama compartida? La pregunta queda flotando en tanto que sus seguidores aguardan sobremanera un nuevo capítulo de esta novela. Wanda Nara borró el insinuante mensaje que le escribió a Daniel Guzmán Jr y lo cambió por otro (Instgram) El telón de fondo es vibrante: una Wanda que parece dispuesta a cerrar viejos capítulos y abrir nuevas puertas, y un Guzmán Jr. que, lejos de intimidarse, avanza con señales claras pero respetuosas. En un universo donde los vínculos a menudo se reducen a gestos digitales, cada like, cada emoji, cada palabra, construye una narrativa que trasciende lo inmediato. Hoy, en este extraño escenario donde la virtualidad es tan real como el encuentro cara a cara, Wanda y Daniel juegan su propio partido. El público, expectante, observa. Porque se sabe que el amor, cuando llama, no pide permiso. Daniel Guzmán, en el centro del ojo mediático (Instagram) Pero ¿quién es realmente Daniel Guzmán Jr.? Nacido en Guadalajara, México, en una familia donde el fútbol es un idioma más, Daniel eligió el mismo camino que su padre, Daniel Guzmán Castañeda, apodado El Travieso, una figura icónica del fútbol mexicano que hoy dirige equipos desde el banco de suplentes. La sangre, como una corriente inevitable, empujó a Daniel hijo hacia el deporte, donde supo vestir la camiseta del seleccionado nacional y dejar su huella en distintos clubes. Sin embargo, desde 2021, su carrera quedó en suspenso: su último equipo fue el Nueva Concepción de Guatemala y, desde entonces, no volvió a firmar contrato profesional. La vida, lejos de los estadios, no es menos intensa para Guzmán. Padre de dos niñas, Mía y Camila, fruto de una relación anterior, comparte en sus redes postales de un amor a distancia, de abrazos demorados y reencuentros esperados. Hace poco más de un mes, las imágenes de sus hijas inundaron su perfil, como un testimonio tierno y real de su otro gran rol, el de padre.
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