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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 24/04/2025 22:31
Las imágenes del crimen en Recoleta captadas por cámaras de seguridad La Justicia identificó al sicario que asesinó a Fabián Sturn Jardón, el ciudadano uruguayo que recibió tres disparos por la espalda frente a un kiosco en el barrio porteño de Recoleta el 12 de diciembre pasado, en un crimen que quedó filmado. El sicario de Sturn está también señalado como presunto autor del homicidio de otro uruguayo, Marcelo González Algerini (36), ocurrido a mediados de octubre del año pasado en el partido de Pilar, según la agencia Noticias Argentinas. La conexión entre ambos crímenes es que fueron cometidos con una misma arma de fuego. De momento, el sicario continúa prófugo, con pedido de captura internacional, explicaron las fuentes del caso. Esa noche del 12 de diciembre pasado, Sturn, de 41 años, bajó de un coche y fue hasta un kiosco. Allí estaba parado cuando apareció un sospechoso con capucha, peluca y anteojos que lo fusiló de tres disparos. Fabián Sturn Jardón, la víctima del crimen en Recoleta Las cámaras de seguridad revelaron que el sicario se bajó de la parte trasera de una camioneta Volkswagen Surán que estaba estacionada justo frente al kiosco donde se cometió el asesinato. Ese vehículo quedó en el lugar luego del homicidio y fue secuestrado, aunque tenía las patentes cambiadas. Los investigadores descubrieron que la VW Surán había sido estacionada casi 12 horas antes en el lugar por una persona que esperó pacientemente a que ese sitio preciso se desocupara. Una vez que lo estacionó, se bajó y se fue en taxi. Algunas horas después, según muestran las filmaciones, llegó el sicario, que entró a la parte de atrás del coche y se acostó para esperar a su objetivo. Luego de cometido el crimen de Sturn, el misterioso asesino se fue caminando y, al llegar a la esquina, dobló por Laprida. En ese momento se encontró de frente con un policía, tal cual se pudo ver en cámaras de seguridad. El oficial llegaba al lugar alertado por los gritos de la gente. La reconstrucción indica que el homicida caminó algunos metros más hasta que se subió a una Fiat Cronos color rojo que estaba estacionado, esperándolo. En ese vehículo fue hasta la zona del Abasto, donde lo dejó abandonado, y se subió a una moto que también estaba lista para la huida. La sangre de la víctima sobre la vereda (Adriàn Escándar) La pistola con la que Sturn había sido asesinado fue hallada más tarde en el Fiat abandonado. Nadie cree que haya sido un descuido. El sicario la dejó a propósito, quiso que fuera encontrada. El crimen de Pilar Horas después del crimen se descubrió que Sturn estaba vinculado al asesinato de Algerini, quien fue baleado frente a un kiosco en la localidad bonaerense de Derqui. En ese hecho, al ser atacado a tiros por el homicida a sueldo, Algerini estaba en su camioneta Chevrolet Tracker acompañado por un conocido que, casualmente, al momento de los disparos había bajado a comprar en el kiosco. Era Teófilo Américo Sturn González, padre de Fabián. Una Jeep Renegade se puso a la par de la camioneta de Algerini y abrió fuego hasta asesinarlo. La causa quedó en manos de la fiscal especializada Marcela Semería que, a las pocas horas de investigación, decidió detener a Sturn padre, acusado de entregador. Además, pidió la captura de Fabián Sturn como coautor del hecho. El impacto de bala en la vidriera del kiosco (Adriàn Escándar) La búsqueda de Sturn estaba activa al momento del asesinato en Recoleta. Pero lo que llamó poderosamente la atención de los investigadores es que el arma encontrada en el Fiat Cronos abandonado, con la que lo habían asesinado, era exactamente la misma con la que habían acribillado a Algerini. Con el correr de las investigaciones, la Justicia estableció que Sturn no fue quien asesinó a Algerini, sino que hay alguien más que ordenó ambos asesinatos. En el marco de la investigación, detrás de los crímenes surgió la pista de un banda narco que operaría en la zona norte del Conurbano y estaría integrada, mayoritariamente, por uruguayos. Así, las causas se unificaron y quedaron a cargo del juez federal de Campana, Adrián González Charvay. En el caso interviene la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR).
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