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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 22/04/2025 08:40
Un niño haciendo los deberes del colegio (AdobeStock) Ante la tendencia global de familias cada vez más pequeñas, son muchos los investigadores que se han centrado en estudiar cuál es el impacto de crecer sin hermanos. Uno de los últimos estudios al respecto lo ha impulsado el Hospital General de la Universidad Médica de Tianjin y otros institutos de China para comprender mejor el comportamiento de los hijos únicos ya en la edad adulta. Tal y como muestran los resultados de la investigación, que ya han sido publicados en la revista Nature Human Behaviour, los hijos únicos tienen unos patrones específicos en el desarrollo y la actividad cerebral, así como tendencias conductuales propias. “Con el aumento mundial de familias con hijos únicos, es crucial comprender los efectos de crecer sin hermanos en el cerebro adulto, el comportamiento y las vías subyacentes”, escriben Jie Tang, Jing Zhang y sus compañeros en su artículo. A partir de la cohorte CHIMGEN, los investigadores analizaron los datos recopilados por el marco del estudio de Genética por Imágenes de China (CHIMGEN) realizado en 32 centros de investigación chinos. Posteriormente, compararon los cerebros y los comportamientos de personas con y sin hermanos. Los hijos únicos tenían patrones recurrentes en cuanto a la integridad de la materia blanca, el volumen cerebral, la actividad neuronal, la memoria y la salud mental, además de revelar fenotipos conductuales característicos, es decir, un conjunto de rasgos de conducta que se asocian a un síndrome específico. “Encontramos asociaciones que vinculan el crecer sin hermanos con una mayor integridad de las fibras del lenguaje, una menor integridad de las fibras motoras, un mayor volumen cerebeloso, un menor volumen cerebral y una menor actividad cerebral espontánea frontotemporal”, explican. Estudios anteriores han relacionado una menor actividad cerebral espontánea en la región frontotemporal como un signo clave de la demencia frontotemporal (DFT), una enfermedad neurodegenerativa que perjudica principalmente a los lóbulos frontal y temporal del cerebro. La DFT se manifiesta con cambios en la conducta, el lenguaje y las funciones ejecutivas. Las madres solteras sufren más riesgo de pobreza: “No podemos vivir con una jornada reducida, necesitamos recursos”. La importancia del entorno Este estudio reciente sugiere que, si bien ser hijo único puede tener efectos directos en el cerebro y el comportamiento de las personas, la mayoría de estos efectos están estrechamente vinculados al entorno en el que crecen y a los estímulos a los que están o no expuestos a lo largo de su desarrollo. Es decir, no se trata únicamente de una cuestión biológica o inherente al hecho de no tener hermanos, sino de un fenómeno moldeado en gran parte por factores sociales, familiares y educativos. La interacción limitada con iguales en el contexto familiar, una posible sobreprotección o la presión por cumplir expectativas elevadas por parte de los padres, pueden influir en cómo se configuran ciertas funciones cerebrales relacionadas con la empatía, la autorregulación emocional y las habilidades sociales. Sin embargo, este hallazgo también abre una puerta positiva: al identificar que muchos de estos efectos tienen una raíz ambiental, se vuelve posible actuar sobre ellos. Esto sugiere que intervenciones cuidadosamente diseñadas, dirigidas a ampliar las experiencias, la socialización y las oportunidades disponibles para los hijos únicos, podrían tener un impacto significativo en su desarrollo.
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