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  • Fue violada, golpeada, robada y una jueza decidió liberar al atacante

    » Primerochaco

    Fecha: 21/04/2025 23:18

    Un hombre de 32 años quien fue detenido el 17 de marzo pasado, luego de abusar sexualmente de una mujer y al que una jueza le dictó prisión preventiva por un mes, fue liberado 30 días más tarde por una segunda magistrada y enviado a su casa sin medidas de restricción de acercamiento a la víctima, ni tampoco con tobillera electrónica para vigilar sus movimientos por falta de aparatos de este tipo. La mujer dijo estar aterrada, porque «conoce mi casa, sabe que vivo sola y el día que me violó me dijo que si iba preso me iba a matar. A quién se le puede ocurrir liberarlo después de eso», sostuvo Adelina. En diálogo con diario época, la víctima a la que mencionaremos con un nombre de fantasía relató el horror que le tocó vivir. «Desde hace un mes vivo aterrada y encima, cuando se supone que la Justicia debe cuidarme, dejan a este monstruo en libertad, sin vigilancia, sin tobillera y ni siquiera le prohibieron acercarse a mi casa. Cierro los ojos para poder dormir y enseguida me vuelven las imágenes de las cosas aberrantes que me hizo. Me paso llorando, no puedo siquiera ir a trabajar; no como, mi familia me acompaña, pero no quiero ser una carga para ellos», relató angustiada Adelina. El ataque fue denunciado el 17 de marzo, poco antes del mediodía. Ocurrió en un departamento de los monobloks del barrio Independencia. El agresor identificado como G. F. E., de 32 años, y la víctima se conocían desde hace bastante tiempo, pero no tenían relación sentimental. Aquel día, antes del mediodía, el atacante envió mensajes al teléfono de la mujer diciéndole que andaba cerca de su barrio, y «quería pasar a saludarla y tomar unos mates». Adelina le recordó que no trabajaba esa jornada y que iría a lo de su hija a almorzar, pero «por cortesía» accedió a una charla rápida. HUELLAS DEL ATAQUE EN EL CUELLO DE LA MUJER. «Jamás tuvo intensiones de charlar, ni bien llegó me tiró al piso, me sometió agarrándome fuerte del cuello y comenzó a cuestionarme, diciendo que lo menospreciaba. Me hizo desbloquear mi teléfono y comenzó a revisarlo, miraba mis fotos, mis mensajes borrando algunos y escribió otros a personas, para luego borrar todo. Me insultaba diciéndome barbaridades, tratándome con bajeza», siguió. Mientras esto sucedía, Adelina perdió la conciencia, se desmayó y cuando volvió en sí el sujeto comenzó a violarla. «Me hizo de todo, mientras me insultaba y me amenazaba. Yo no tenía reacción. Estaba espantada, aterrada de que me mate allí mismo. Él tuvo intensiones de asesinarme. Luego me encerró en el baño y me amenazó diciéndome que no saliera del baño o volvía y me mataba. Yo esperé escuchar la puerta y cuando la cerró, salí tras él, porque me di cuenta que me había robado dinero que tenía en mi casa. Lo alcance bajando las escalera del edificio y le grité. Afortunadamente, una vecina llamó a la Policía y lograron detenerlo», continuó con el relato. Los efectivos vinieron y detuvieron al sospechoso. La víctima fue llevada hasta la Dirección de Delitos Sexuales. Preventiva truncada Tras la detención se llevó a cabo la primera audiencia de coerción. La fiscal María Lucrecia Troia Quirch, titular de la UFIC N°1, lleva adelante la causa, bajo la órbita de la jueza de Garantías N°2, María Cristina Sánchez, quien a pedido de la principal investigadora ordenó la prisión preventiva para Espinoza por un mes, hasta tanto se realicen todas las pericias ginecológicas y psicológicas sobre Adelina, que ameritan en estos casos. Los forenses hallaron sobrada evidencia genética en la ropa interior de la víctima y en su cuerpo; así como lesiones íntimas compatibles con abuso sexual. De hecho, la causa fue caratulada como «abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual, con acceso carnal en concurso ideal». EL AGRESOR AMENAZÓ DE MUERTE A LA VÍCTIMA MIENTRAS LA SOMETÍA. Increíblemente, vencido el plazo de los 30 días y sin que se concreten las pericias psicológicas a la víctima, por demoras propias del Poder Judicial, la nueva jueza que tomó la audiencia el miércoles 16 de abril por la tarde, María Agostina Falcione, dispuso la libertad inmediata del imputado, pese al rechazo de la propia fiscal Troia que había solicitado una prórroga y al estupor de la víctima, que no podía creer que su agresor estaba otra vez suelto. Como si fuera poco, la jueza Falcione lo liberó sin una tobillera electrónica que controle sus movimientos. La víctima confirmó que tampoco ordenaron la restricción de acercamiento hacia ella, por lo que el sujeto, quien conoce la casa de la mujer a la perfección, puede acecharla en cualquier momento, sin impedimentos mediante, volver a agredirla. «Estoy rota emocionalmente y defraudada por la Justicia, que lo liberó sin siquiera tomar en cuenta el pedido de la fiscal. No entiendo de qué lado está la jueza en este caso, porque seguro que de la víctima no. Sigo creyendo que el tipo me vino a asesinar. Ahora, por las falencias de la Justicia, yo debo vivir encerrada y con miedo a que lo vuelva a intentar, total nada se lo impide. Hasta hoy siento vergüenza de lo que me pasó, me siento sucia todo el tiempo, tengo mucho miedo de salir; mientras él está disfrutando libre y yo encerrada», concluyó Adelina, quien adelantó que pedirá un nuevo encuentro con la jueza.

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