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» Santo Tome al dia
Fecha: 20/04/2025 16:40
El papa Francisco, convaleciente de una reciente infección respiratoria, apareció este domingo en el balcón de la logia central de la basílica de San Pedro para la tradicional bendición “Urbi et Orbi”, donde hizo un contundente llamamiento por la libertad religiosa como condición indispensable para la paz en el mundo. “No puede haber paz sin libertad de religión, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto por las opiniones de los demás”, afirmó el pontífice de 88 años en su mensaje pascual, que fue leído por su colaborador mientras él permanecía en silla de ruedas junto al balcón, ante unos 35.000 fieles congregados en la plaza. Francisco, quien pasó 38 días hospitalizado por una neumonía bilateral antes de ser dado de alta el 23 de marzo, ha estado ausente en la mayoría de los ritos de la Semana Santa, delegando la lectura de su mensaje debido a sus problemas respiratorios. A pesar de su estado de salud, decidió estar presente físicamente en esta importante celebración para los católicos de todo el mundo. Anteriormente, la misa del Domingo de Resurrección fue oficiada por el cardenal Angelo Comastri, mientras el Sumo Pontífice se limitó a desear una “Buena Pascua” antes de la bendición posterior y permaneció sentado en su silla de ruedas, sin las cánulas nasales para el oxígeno que ha utilizado en anteriores apariciones. Llamamiento por Gaza y los conflictos mundiales En su mensaje pascual, el papa hizo un enérgico llamamiento a todas las partes involucradas en el conflicto de Gaza: “Que cese el fuego, que se liberen los rehenes y se preste ayuda a la gente que tiene hambre y que aspira a un futuro de paz”, señaló el pontífice. Francisco expresó su preocupación tanto por “el creciente clima de antisemitismo que se está difundiendo por todo el mundo” como por “la comunidad cristiana de Gaza, donde el terrible conflicto sigue llevando muerte y destrucción, y provocando una dramática e indigna crisis humanitaria”. “Me siento cercano al sufrimiento de los cristianos en Palestina y en Israel, así como a todo el pueblo israelí y a todo el pueblo palestino”, añadió el papa en su mensaje, instando a que “desde el Santo Sepulcro —Iglesia de la Resurrección—, donde este año la Pascua será celebrada el mismo día por los católicos y los ortodoxos, se irradie la luz de la paz sobre toda Tierra Santa y sobre el mundo entero”. Crítica a la carrera armamentística El mensaje pascual “Urbi et orbi” también incluyó una clara condena a la escalada armamentística global. “La paz tampoco es posible sin un verdadero desarme. La exigencia que cada pueblo tiene de proveer a su propia defensa no puede transformarse en una carrera general al rearme”, afirmó el pontífice. Francisco hizo “un llamamiento a cuantos tienen responsabilidades políticas a no ceder a la lógica del miedo que aísla, sino a usar los recursos disponibles para ayudar a los necesitados, combatir el hambre y promover iniciativas que impulsen el desarrollo”. “Estas son las ‘armas’ de la paz: las que construyen el futuro, en lugar de sembrar muerte”, subrayó. Con particular énfasis, el papa criticó los ataques a hospitales y trabajadores humanitarios, sin hacer referencia específica a Gaza, pero en un contexto donde tales incidentes han ocurrido repetidamente. “Que nunca se debilite el principio de humanidad como eje de nuestro actuar cotidiano. Ante la crueldad de los conflictos que afectan a civiles desarmados, atacando escuelas, hospitales y operadores humanitarios, no podemos permitirnos olvidar que lo que está en la mira no es un mero objetivo, sino personas con un alma y una dignidad”, declaró. Breve encuentro con el vicepresidente estadounidense En un hecho significativo, Francisco recibió brevemente este domingo al vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, en su residencia de Casa Santa Marta para un saludo e intercambiar felicitaciones por la Pascua, según informó la oficina de prensa del Vaticano. El encuentro, que tuvo lugar a las 11:30 hora local y “duró sólo algunos minutos”, se produce en un contexto de relaciones complejas entre la Santa Sede y la administración Trump. Vance, quien se convirtió al catolicismo en 2019 y pertenece al ala ultraconservadora que ha criticado al papa, mantiene diferencias con Francisco en temas como la acogida a los migrantes. El día anterior, Vance se había reunido con el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, donde discutieron sobre “la situación internacional, especialmente sobre los países marcados por la guerra” y “situaciones humanitarias difíciles, con especial atención a los migrantes, refugiados, y presos”, según el comunicado vaticano. Un papa debilitado pero presente A pesar de su convalecencia, Francisco ha intentado mantener algunas actividades. El sábado apareció por sorpresa cuando acudió a rezar a la basílica de San Pedro antes de la celebración de la Vigilia del Sábado Santo, deteniéndose a saludar a algunos grupos de peregrinos estadounidenses. El único rito de la Semana Santa al que asistió fue una breve visita el Jueves Santo a la cárcel romana de Regina Coeli, donde saludó a los reclusos como ha hecho tradicionalmente desde el inicio de su pontificado. “La vivo como puedo”, respondió entonces con un hilo de voz desde la ventanilla de su coche cuando le preguntaron cómo afrontaba la Semana Santa en su delicado estado de salud. En la homilía preparada para la misa del Domingo de Resurrección, que fue leída por el cardenal Comastri, Francisco afirmó que Jesús “llora las lágrimas de quien sufre” e invitó a los fieles a “no instalarse tranquilamente en alguna seguridad religiosa” sino a “ver más allá, para descubrir a Jesús”.
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