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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 18/04/2025 02:42
Saif Yousef en su entrevista íntima con Infobae De Egipto a Buenos Aires, y de Buenos Aires a Gran Hermano, el reality más visto de la televisión. La vida de Saif Youssef dio un vuelco inesperado en el último tiempo, con experiencias de alto voltaje para sus 20 años. En el medio, una enfermedad que lo tuvo al borde de la muerte, que afrontó entre la incertidumbre por el diagnóstico sin resolver y con sus seres queridos a 12 mil kilómetros de distancia. Una situación límite de la que, como sucede en estos casos, salió fortalecido. En su visita al estudio de Infobae, el joven nacido en El Cairo repasó su trepidante historia de vida. Llegó a la Argentina hace cuatro años, debido al trabajo diplomático de su padre. Aquí encontró un escenario de mayor libertad a la que conocía en su país natal, y enseguida se dio cuenta de que maridaba mejor con su personalidad extrovertida y bromista. Se sintió como en casa y por eso eligió quedarse. Y también, pudo dar con el diagnóstico para el extraño virus que se le metió en el cuerpo y que durante cuatro meses lo obligó a convivir con un dolor que creyó que no iba a poder soportar. “Es la primera vez que cuento esto”, dice Saif, en un castellano casi perfecto en el que apenas mantiene algunos modismos de su idioma natal. “Creo que todo pasa por algo y tenía que pasar por todo eso para estar hoy acá”, agrega. Así, resume la transición del adolescente postrado en una cama que apenas podía moverse y le dolía al hablar, al joven que entró a Gran Hermano gracias a la broma de unos amigos que se volvió un desafío impostergable. Porque a Saif no le gusta tener asignaturas pendientes. Así como peleó por vencer a la enfermedad, se propuso entrar a la casa más famosa del país. Y de esas experiencias, y de tantas otras, va a hablar en esta entrevista íntima y corazón abierto. —¿Cuál fue el momento más duro de tu enfermedad? —El segundo mes. No podía comer porque sentía que me quemaba, como que se me bloqueaba todo el cuerpo. No podía hablar, no podía moverme, no podía ir al baño. Y nadie sabía lo que tenía. Saif Yousef habló como nunca antes de su enfermedad (Candela Teicheira) —¿Qué hacía tu familia en esa incertidumbre? —Ellos sufrieron mucho, incluso mucho más que yo, y creo que por eso nunca quise contarlo. Era la primera vez que mi papá viajaba tanto tiempo, y tenía a su hijo enfermo con algo grave. Eso me preocupaba mucho, entonces me hacía el que estaba bien, pero en realidad no estaba bien. Y en un momento me rendí, dije “me voy...”. —¿En serio lo pensaste? —Sí, porque fue bastante grave, y no lo quería ver sufriendo más conmigo. Cuando veía todo tan negro, lo único que tenía en la cabeza en ese momento era pedirle a Dios para recuperarme, y si no, que me lleve, porque no quería ver sufrir a mi familia. Yo podía aguantar el dolor, a veces más, a veces menos, pero ver a mi mamá y a mi papá sufriendo todo el tiempo, durmiendo en el piso del hospital, me pone mal de solo acordarme. Después de tres meses, me recuperé y tenía que tomar la decisión de quedarme acá o volver a Egipto. Y me quedé. —¿Vos habías venido por el trabajo de tu papá y acá te descubrieron el problema? —Vine por el trabajo de mi papá, y también porque la medicina acá es mejor que allá y descubrieron finalmente lo que tenía. En Egipto me recetaron mal un medicamento, me dieron cortisona, que mata todas las defensas. Tenía mucha fiebre, tomaba 35 o 40 gramos de cortisona por día que es un montón para un chico de 16 años. Me dolía todo el cuerpo, no me podía mover. Me levantaba y a la hora tenía que volver a la cama de nuevo. Y me sentía cada vez peor. Saif Yousef a solas con Infobae. Su vida entre El Cairo y Buenos Aires y su experiencia en Gran Hermano —¿Al final descubrieron el medicamento apropiado? —Sí, me hice análisis y descubrieron que tenía un virus en la sangre que creen que venía de la comida. Y tiene sentido, porque allá comía bastante afuera, en lugares sucios. Ahora me cuido bastante con la comida, y prefiero comer en casa. Y hago deporte, voy al gimnasio, trato de estar bien físicamente. —Además de cuidarte con la alimentación. ¿Qué te enseñó esta enfermedad? —Muchas cosas, pero sobre todo, me enseñó que sin mi familia yo no soy nada. ¿Quién más me iba a bancar en esa situación, todo el día o toda la noche al lado mío, sino ellos? —Hablando de tu familia: ¿Cómo es tener un papá diplomático? —Es una larga historia, porque mi papá fue diplomático de grande, arrancó de cero. Hizo el examen recién a los 48 años y vino acá a ser diplomático. —¿Y antes a qué se dedicaba? —Era mecánico de aire acondicionado. Y yo estoy orgullosísimo de eso, porque fui a trabajar con él un tiempo, y me enseñó muchas cosas. Después tuvo la posibilidad de ir a trabajar en Cancillería, y presentarse en un examen que es muy complicado, porque tenés que saber de política, economía, relaciones internacionales, hablar como doce idiomas. Y mi papá estudiaba para ese examen teniendo una familia y trabajando. Saif estudia odontología y busca seguir una carrera en el mundo del espectáculo —¿Qué edad tenías vos cuando tu papá empezó a estudiar? —Tenía 12 más o menos. Él ya había estudiado dos carreras antes, estudió business y creo que eso le ayudó mucho. Y su trabajo como mecánico también, porque le enseñó a negociar. Después empezó a trabajar en Cancillería y seguía con lo de los aires acondicionados y era muy gracioso, porque como que tenía dos personajes. A la mañana se vestía de traje y todo formal y a la tarde, cuando llegaba a casa, se cambiaba y se ponía ropa rota para ir a su otro trabajo. —Dijiste que tu papá es tu ídolo. —Sí, y ahora ya es mi mejor amigo. Charlamos de todo, con mi mamá también, pero mi papá es el que siempre me banca. Y es la persona que más me conoce. Cuando me quedé acá, no quería contarles mis problemas porque estaban lejos y no quería preocuparlos, pero él ya se daba cuenta solo con escuchar el tono de mi voz. Y siempre lo que me dice es lo correcto. —¿Qué te dijo cuando entraste a Gran Hermano? —Que tuviera cuidado (risas). Me dijo que me iba a meter en un ambiente en el que iba a ser responsable de mis palabras y mis hechos, pero que él siempre me iba a apoyar. Al principio mi mamá fue la que no me bancaba. Creo que ella tenía miedo porque quería que siguiera estudiando, pero yo nunca pensé en dejar de estudiar, sentí que no podía dejar pasar esa oportunidad. —¿Dónde nació ese deseo de querer entrar al reality? —Fue un chiste con amigos, me quedó dando vueltas en la cabeza, como un plan pendiente. Yo anoto siempre las cosas que tengo para hacer, y una vez que estábamos viendo Gran Hermano en casa, un amigo me dijo que me tenía que anotar. Y yo le decía que había dos mil personas que hacían el casting, que no iba a entrar. Pero ellos insistían en que tenía el perfil y al final lo puse en esa lista. Me propuse hacer el casting, sin importar lo que pudiera pasar después. Me anoté el mismo día, hice el video de treinta segundos -“Hola, soy Saif. Tengo 20 años, estudio odontología, soy egipcio de El Cairo, me gusta cocinar y vivo con mi hermano”-, y no le dije a nadie. Ni a mi familia, ni a mis amigos. —¿Vivís con tu hermano todavía? —Sí, con mi hermano más grande. —Que estudia odontología como vos. —Sí, está más adelantado que yo, en tercer año. Saif Yousef: "Lo que más me gusta de Argentina es la libertad que hay" —¿Y por qué eligieron odontología? —Él porque fue su sueño, siempre lo quiso. En cambio, yo no sabía qué estudiar cuando terminé el colegio. Y charlaba mucho con mi hermano, tenemos buena relación y terminé estudiando lo mismo. Mucho antes, en Egipto, quería ser policía militar, pero después, cuando vine acá, cambió mucho la cosa. —¿Y qué te gustaría hacer ahora? —Me gusta este ambiente, me gustaría meterme más en el modelaje, ser actor. Para mí no hay nada imposible, y tengo la esperanza de poder trabajar en algo todo eso. —¿Qué te gusta de Argentina? —Me gusta todo, pero sobre todo la libertad y la gente. Siento que es más fácil generar contactos y amistades acá que allá. —¿En qué sentido la libertad? —Acá se puede charlar de todo, en cambio, allá siempre hay que tener cuidado de qué vas a decir, porque allá respetan mucho a la gente más grande. Yo soy una persona respetuosa, pero tienen mucho cuidado en las palabras que usan. Acá me siento cómodo cuando hablo, hago chistes... —¿Es verdad que rezas cinco veces al día, Lo seguís haciendo? —Lo sigo haciendo, no sé por qué, creo que porque crecí con eso. También mi familia me enseñó esto. El sentido de la vida es tener valores y mis valores son rezar y estar cerca de Dios. No te voy a decir que soy muy religioso, pero trato de hacer lo que puedo, porque no hay nada más lindo que tener buena relación con Dios. Fotos: Candela Teicheira
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