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  • Ushuaia: entre “chozas” y turismo de lujo

    Usuhahia » Diario Prensa

    Fecha: 16/04/2025 01:35

    La prensa internacional se ocupó de la capital fueguina. El diario digital New York Times publicó en su edición del martes último, una inquietante nota sobre la preservación de la Antártida ante el embate turístico y el contraste entre las carencias habitacionales de los residentes y el impacto de los visitantes que bajan de los cruceros de lujo. El prestigioso diario internacional The New York Times publicó el martes último, un extenso e inquietante artículo titulado “¿Cuánto durará intacto el ‘fin del mundo’?”, firmado por el periodista Lautaro Grinspan y acompañado por fotografías de Victor Moriyama. La nota aborda, entre muchos aspectos, la creciente tensión social existente en Ushuaia, donde el auge del turismo antártico de lujo contrasta con las dificultades habitacionales que enfrentan la mayoría de sus residentes. Turismo de lujo y precariedad habitacional El medio comienza describiendo: “Ushuaia, conocida como la ciudad más austral del mundo, se ha consolidado como el principal punto de partida hacia la Antártida, con gran cantidad de cruceros zarpando desde su puerto. Y aunque también están los que parten de Chile, Australia y Nueva Zelanda, la ubicación de Ushuaia, a unos mil kilómetros de la punta de la península antártica, explica por qué acapara el 90 por ciento de las salidas. Este fenómeno ha generado una bonanza económica, pero también ha exacerbado problemas estructurales. Mientras miles de adinerados turistas pagan entre 15.000 y 18.000 dólares por un viaje de lujo a la Antártida, muchos trabajadores locales, como Nelly Ramos León, madre soltera de cuatro hijos, viven en asentamientos informales en las laderas montañosas, en chozas sin acceso a servicios básicos”. Y aunque suene fuerte el término “chozas”, utilizado por el periodista, las características de las mismas no difieren mucho de la palabra comúnmente utilizada a nivel local “casillas”. Son de cartón, chapa y nylon, en muchos casos carecen de electricidad, agua potable y conexión a las redes cloacales, y sus moradores deben enfrentar condiciones climáticas muy adversas. Ese tipo de construcción predomina en las zonas altas de la ciudad, en El Escondido, el Dos Banderas, Las Raíces, Andorra y tantos otros, donde se pierde la vista en la montaña. “Rodeada de montañas, un parque nacional y el agua, Ushuaia ha tenido poco espacio para desarrollar viviendas e infraestructura, y construir cualquier cosa en un terreno tan remoto tiene un alto costo. La mayoría de las personas que rentan en Ushuaia gastan aproximadamente el 80 por ciento de sus ingresos en vivienda. Un departamento de dos habitaciones cuesta en promedio 900.000 pesos al mes; alrededor de 1.000 dólares según el tipo de cambio oficial, de acuerdo con el grupo local de defensa de la vivienda Que Nos Escuchen. En 2023, los alquileres en Ushuaia superaban incluso a los de Palermo, uno de los barrios más de moda en Buenos Aires” – añade la publicación. Sobre el impacto ambiental que significa el auge del turismo antártico, la nota pone al desnudo una verdad obvia: existe. “El crecimiento del turismo también ha tenido consecuencias ambientales. Cada viajero a la Antártida genera aproximadamente cinco toneladas de dióxido de carbono, contribuyendo al cambio climático en una región ya vulnerable. Además, la expansión urbana para satisfacer la demanda turística ha llevado a la tala de bosques y a la presión sobre los recursos naturales. El auge del turismo trae prosperidad a los 83.000 habitantes de Ushuaia, encajonada entre los Andes y el canal de Beagle. Sin embargo, también representa una carga para los recursos, aumenta el costo de la vida y contribuye a la escasez de viviendas para los trabajadores” – insiste el artículo. El tema y el experto consultado ya fueron expuestos en múltiples ocasiones en las páginas del medio local Diario Prensa Libre. Esta vez. el conservacionista fueguino, Julio Lovece, dijo al New York Times: “A diferencia de otros destinos que quizás venden cataratas, ballenas, o glaciares, nosotros vendemos el fin del mundo”. Su preocupación radica en que el crecimiento turístico no ha sido acompañado por políticas que garanticen el bienestar de la comunidad local y la conservación del entorno natural. “Creemos que podemos recibir mucho más turismo, pero creemos también que este es el momento adecuado para comenzar a diseñar algunas directrices que nos permitan no perder el control de este crecimiento”, afirmó Lovece, presidente también de la Fundación Ushuaia XXI. En definitiva, para el medio internacional “la situación en Ushuaia plantea una dicotomía entre el desarrollo económico impulsado por el turismo de lujo y la necesidad de garantizar condiciones de vida dignas para sus habitantes, así como la preservación de su entorno natural. El desafío es encontrar un equilibrio que permita a la ciudad seguir siendo un destino atractivo sin sacrificar su identidad y sostenibilidad”.

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