18/04/2025 09:22
18/04/2025 09:20
18/04/2025 09:19
18/04/2025 09:18
18/04/2025 09:18
18/04/2025 09:17
18/04/2025 09:17
18/04/2025 09:15
18/04/2025 09:15
18/04/2025 09:14
Crespo » Paralelo 32
Fecha: 10/04/2025 18:44
Hace más de un mes que se llevó a cabo en la ciudad de Victoria el Juicio por Jurado Popular, del deportista Eugenio Balbi. Mucho se habló del proceso, las distintas contingencias que se suscitaron con la detención, pero nadie mencionó a la víctima, en cumplimiento de las normas de protección que le asisten. Sin embargo en un pueblo chico este tipo de cosas no pasan desapercibidas y, en mayor o menor medida, todos pensamos en las vicisitudes que le tocó vivir a una adolescente que fue violada. En el mensuario La Victoria, con la firma de Laura Pérez, Nahir accedió a una requisitoria periodística para contar su verdad en una extensa nota de la que extraemos aquí algunos pasajes. Entre los aspectos más salientes, la víctima cuenta que a los 13 años, en plena adolescencia, comenzaron los hechos que denunció. En su familia estaban pasando por determinadas situaciones, sobre las que no hizo referencia. La figura de este hombre (Balbi) de 52, no solamente fue su entrenador sino que pasó a ser un tutor como literalmente lo definió. “Yo vivía más en la casa de él que en la mía”, algo que en ese momento personalmente no lo tomó a mal. Consideró que lo vivido superó el concepto de abuso, porque pasó a ser un abuso de poder y psicológico. No hablaron con Meño (como le dicen) de la relación en sí mismo durante ese período, y se tomó como algo “normal” muy parecido a una costumbre, dijo y aseguró que nunca dejó de entrenar pero se sucedían peleas recurrentes por determinados temas, hasta que tomó la decisión de alejarse de su profesor. Actualmente Nahir tiene 20 años y comentó al mensuario que durante la pandemia pudo contarle esta situación a una prima y “ahí me di cuenta que no era algo normal y lo que había pasado era peor, mucho más grave”. Confesó que le da mucha vergüenza hablar del tema y la denuncia efectiva la realizó en el 2021. Tuvo una alerta, producto de disfunciones que se traducían en síntomas físicos, había dejado de entrenar, vivía con mal humor, muchas veces con tristeza, y pasaba horas acostada. En su opinión, descubrió que el cuerpo le estaba dando signos de algo que ella no podía expresar en palabras. Denuncia Procesar el momento de realizar la denuncia llevó tiempo, no podía entrenar, llegaba llorando sin motivos a su casa, inclusive tuvo oportunidad de contar esta situación por primera vez (antes que a su parienta) a una expareja de Eugenio, quien la ayudó a buscar una psicóloga. También tomó contacto con autoridades del Copnaf y fue Margarita Medrano –titular de la repartición en ese tiempo– quien aportó mucho desde el punto de vista psicológico para hacer la denuncia. La presencia de un familiar del abusador ocupando un alto cargo en la justicia local, fue otro de los aspectos que le tocó sopesar; tenía que hacer la presentación ante un fiscal que le garantice que se haría justicia. Fue cuando se decidió por el Dr. Ivan Yedro, responsable de la parte acusatoria en el juicio, quien a su criterio, le brindó todas las garantías, y por otra parte no es oriundo de nuestra ciudad. Esta situación en el entorno le representó algunos signos que no esperaba, mucha gente que entrenaba con ella en el grupo dejó de saludarla, aunque asegura que el 90 % de las personas que conocieron la situación por la que pasó le creyeron. Dentro de las reflexiones intimas aseguró que tiene conocimiento de otras chicas que pasaron momentos similares, una que tuvo oportunidad de mencionar en el juicio, pero cada persona decide lo que debe hacer o no y si tiene o no alguna forma de reparación según dio a entender. La recomendación que dejó en la entrevista se orienta a toda mujer o chica que sufra situaciones similares, que no baje los brazos, que no se dejen amedrentar por cuestiones que la puede “bajonear”, siempre, se puede salir adelante, enfatizó. Consideró además que desde el 2021, fecha de la denuncia, hasta el 2025 cuando se celebró el juicio, fue un período demasiado extenso sobre todo en cuestiones delicadas como esta, aunque queda nuevamente una demostración práctica que la justicia sigue siendo lenta. Le preocupa que una persona declarada culpable, con una condena importante, pase este tiempo en un nosocomio o en otro lugar y no en la cárcel como corresponde, especialmente para “que todo este esfuerzo no sea en vano”. De todas maneras valoró a Iván Yedro, quien no solamente actuó como fiscal sino que tuvo especialmente en cuenta la parte humana. El futuro Nahir aseguró que le costó mucho superar todo lo que vivió y le ayudó mucho radicarse en otra ciudad donde continúa con sus estudios, “encontrarme en un lugar nuevo con gente nueva en la que pueda confiar”, señaló. Todo esto la remite también a su hermana, actualmente de 13 años, que pueda enfrentar situaciones similares, lo que íntimamente le genera temor. Nahir vive en otra ciudad de la provincia, cursa el último año de Tecnicatura en Seguridad e Higiene Laboral y piensa continuar con la licenciatura en esta especialidad. Su futuro es promisorio, con estudio finalizando una carrera univesitaria tiene altas posibilidad en realizarse como persona, aunque todavía queda con algo de lo que le tocó vivir : “me cuesta confiar”.
Ver noticia original