01/04/2025 14:31
01/04/2025 14:30
01/04/2025 14:30
01/04/2025 14:30
01/04/2025 14:30
01/04/2025 14:30
01/04/2025 14:30
01/04/2025 14:30
01/04/2025 14:30
01/04/2025 14:30
» La Capital
Fecha: 30/03/2025 21:09
El gobierno provincial construye una cárcel de alta seguridad para ratificar su plan de seguridad. La búsqueda de una señal política cerca de las elecciones “El Purgatorio es la cárcel: si no te mandás ninguna, la sobrellevás. Pero en El Infierno fuiste para toda la vida, ¿entendés?”. La descripción gráfica y de estirpe católica sale de la Casa Gris para explicar por qué se le puso ese perturbador nombre al Centro de Reclusión para Internos de Alto Perfil (Ceriap), que la gestión de Maximiliano Pullaro comenzó a construir esta semana en Piñero. De acuerdo a esa línea, el Purgatorio debe atravesarse para llegar al Cielo , es decir, en la cárcel común hay una chance de reinserción, con sacrificio, pero se puede salir. Sin embargo, el nuevo penal de alto perfil no se detiene en esos miramientos. Allí van aquellos condenados peligrosos, con facilidad para operar desde el encierro, como narcos y pandilleros, mayormente con una montaña de años de condena encima que promete dejarlos de por vida tras las rejas. En esa cárcel de máxima seguridad habrá mayor control, menos hora de patio, cero contacto físico del recluso con los familiares, y no se llega a que no hable con nadie solo porque la ley no lo permite. Un verdadero averno diseñado para ello. Pullaro y la cárcel El aislamiento no será total sino que los internos estarán categorizados en pequeños grupos de doce, evaluando la afectación que pueden hacer en el exterior, la seguridad que cada uno requiera y los géneros. Al ser exclusivamente de alto perfil los 1200 presos, se buscar impedir que coopten a otros delincuentes de causas menores que puedan terminar formando parte de las bandas narcocriminales y siendo brazos ejecutores, como ocurre muchas veces en las cárceles comunes. WhatsApp Image 2025-03-28 at 18.05.54.jpeg Pullaro en la entrega de uniformes a personal policial y penitenciario. Foto: Archivo / La Capital. Este tipo de modelo de encierro para el control criminal puede despertar críticas y tiene un examen constante con las garantías, sobre todo en tiempos de la doctrina Nayib Bukele, presidente de El Salvador, quien construyó una megacárcel y colecciona cuestionamientos por excesos pese a lograr revertir las cifras de inseguridad. Si bien puede haber alguna línea conceptual en común, la situación en Santa Fe será distinta en términos cuantitativos, sociales y, se supone, en el manejo penitenciario. En la Casa Gris sostienen que actualmente todo el sistema penitenciario está en modo provisional porque la infraestructura carcelaria no sirve para semejante complejidad. “Hoy, la verdad, hay mucho a las piñas porque no hay lugar, en los pabellones están amontonados. Es un quilombo diario para el Servicio Penitenciario”, reconocen y agregan: “Hay que mejorar la infraestructura en general para que baje el nivel de ansiedad (los presos)”. Por eso destacan que iniciaron la gestión con poco más de 6 mil plazas carcelarias y llegarán a más de 16 mil. Ese es el nudo de la cuestión. El plan de seguridad estará terminado a pleno a inicios de 2027, una vez que se logren ciertas condiciones penitenciarias de procesos y de obras. El Infierno es el engranaje clave. >>> Leer más: La seguridad de Pullaro, una carrera de fondo Elecciones Claro que semejante simbología del nombre no le escapa al impacto electoral. “Es fuerte el nombre”, reconocen, pero no lo esconden de la comunicación oficial. Claro que se bajó la intensidad de las palabras desde aquella publicación, al filo de febrero de 2024, donde se advertían presos sentados en el suelo, sin remeras y fuertemente custodiados, con la frase "Cada vez la van a pasar peor”. Cambió mucho el escenario desde entonces y no requiere de desafíos verbales. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Gobierno de Santa Fe (@gobsantafe) A dos semanas de las elecciones a convencional, donde el gobernador encabeza la lista del oficialismo, jugó una ficha importante como forma de ratificar el plan en seguridad. Como se señaló en esta columna, Unidos apunta a fusionar dos caballitos de batalla: obras y seguridad. Primero fue la presentación preliminar de la Estación Policial Rosario Centro, ahora el inicio de los trabajos en la cárcel de máxima seguridad, que costará 109.000 millones de pesos. También licitó la compra de pistolas Taser de electroshock. La inseguridad llegó a un límite en los último años en Rosario y eso amplió el umbral de aceptación a las políticas carcelarias y de persecución de gran parte de la ciudadanía. A partir de esos mensajes, Pullaro leyó y dibuja su arquitectura de poder y de imagen: duro con los duros.
Ver noticia original