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  • "Cónclave": qué anticipó la película nominada al Oscar sobre un posible nuevo Papa

    » La Capital

    Fecha: 25/02/2025 11:03

    Dirigida por Edward Berger, todavía se puede ver en salas y muestra por dentro las vicisitudes del proceso de selección del líder católico “Cónclave” se convirtió en una palabra muy buscada en los últimos días. Ante las complicaciones de salud del Papa Francisco , y la posibilidad de que se vea imposibilitado de continuar llevando adelante su rol en el corto plazo, muchas personas se interesaron en saber cómo sería el proceso de selección de un nuevo líder católico. Una forma de adentrarse en este universo es ir al cine a ver, justamente, “Cónclave”, la película con ocho nominaciones al Oscar, que se mete en las profundidades de la elección papal. Dirigida por el alemán Edward Berger, realizador de “Sin novedades en el frente” (el filme bélico que le ganó el Oscar a Mejor Película Internacional a “Argentina, 1985” en 2023), viene desde su estreno pisando fuerte en la temporada de festivales y premios. Un atrapante y efectivo thriller político de claustros donde vuelan carpetazos y se multiplica la tensión entre bandos de cara a la votación. Con guion de Peter Straughan, la película tiene el mérito de reconstruir un mundo desconocido, una dinámica que la Iglesia Católica sostiene desde 1858: nadie sabe realmente qué se dice ni qué ocurre en el tiempo que dura el proceso , durante el cual los 120 cardenales participantes, provenientes de todo el mundo, se encuentran confinados en el Vaticano, bajo estricto juramento de secreto. Según el nivel de consenso existente sobre la incumbencia de algún candidato, el cónclave puede durar un día o varias semanas, hasta llegar a un acuerdo mayoritario. Se sabe que son jornadas de intensas discusiones, intercambios de ideas, oración y mucho lobby. O como se diría en esta parte del mundo, rosca política. En la ficción, Ralph Fiennes interpreta al británico Thomas Lawrence, el decano del Colegio de Cardenales, encargado de convocar y presidir el cónclave papal, tras la muerte repentina del Sumo Pontífice a causa de un infarto. Diariamente, todos se encierran (literalmente) en la Capilla Sixtina a debatir quiénes son los mejores candidatos para liderar la Iglesia Católica. Al final de la sesión, se vota de forma secreta. Si ninguno de los nominados logra dos tercios, se vuelve a votar. Esto puede continuar así durante largo tiempo. Desde la 34ª votación en adelante, sólo se vota entre los dos favoritos. Anecdóticamente, un cónclave del siglo XIX duró tres años, tiempo en el que fallecieron tres de los cardenales participantes. Entre la realidad y la ficción Contar las reglas de un cónclave se parece bastante a contar la sinopsis de la película, aunque por supuesto la ficción hace uso de sus licencias y las aprovecha para profundizar en todas las complejidades del proceso. Y como deja en claro Berger, un cónclave es, ante todo, un proceso político, donde como en cualquier elección democrática se enfrentan bandos conservadores, liberales y moderados. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Conclave (@conclavethefilm) >> Leer más: Todos los ganadores de los premios SAG: sorpresas y el cierre de la carrera al Oscar En el film, el cónclave comienza con cuatro candidatos fuertes: Aldo Bellini (Stanley Tucci), un liberal de Estados Unidos, en la misma línea que el Papa fallecido; Joshua Adeyemi (Lucian Msamati), un nigeriano conservador; Joseph Tremblay (John Lithgow), un moderado de Canadá; y Goffredo Tedesco (Sergio Castellitto), un italiano férreamente tradicionalista. Además, aparece un arzobispo desconocido y misterioso: el mexicano Vincent Benitez, que viene de ejercer en Afganistán. Lawrence (Fiennes), cercano al ex Sumo Pontífice, se inclina por el lado más liberal, a la vez que atraviesa una suerte de crisis existencial. A lo largo de la narrativa, se debaten ideas sobre qué perfil sería más adecuado para encabezar la institución religiosa en este momento histórico. En este sentido, la ficción se adelanta a lo que podría ocurrir pronto en la realidad. El mundo es muy distinto a aquel que en 2013 eligió a Francisco como sucesor de Benedicto XVI. El Papa argentino fue el primer jesuita, el primero del hemisferio Sur, y el primer no-europeo en siglos. Caracterizado por su inclinación a la humildad, su adhesión a la “opción por los pobres” (o con los pobres, como él eligió nombrar), su condena a los abusos sexuales en la Iglesia, y una ideología abierta en el marco de la institución y el credo católico. En la ficción, las alas conservadoras piden hacer eco de un retorno conservador en el mundo, y elegir un Papa con estas inclinaciones, como lo fue Benedicto en la realidad. Las alas moderadas sostienen que en épocas de creciente conflicto y hostilidad global, las personas de fe deben ser guiadas por miradas más flexibles que ortodoxas. Sin dudas, este es el color que podría tomar la discusión en caso de que tuviera lugar un cónclave en los próximos meses. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Conclave (@conclavethefilm) >> Leer más: Premios Oscar 2025: dónde ver las películas más nominadas Sin embargo, en la película muestran que no todo es intercambio pacífico de posturas. Como ocurre en todo contexto político, también hay escrutinio sobre las personalidades de cada candidato. Rápidamente, “vuelan carpetazos” cruzados que llegan a manos de Lawrence. Es decir, información que había permanecido oculta sobre alguno de los cardenales cuyos nombres resuenan para ser Papa y que podría complicar su elección.conclave Sin spoilear demasiado, aparecen desde enemistades secretas con el anterior Pontífice hasta hijos ocultos. Hay miserias, chismes, operetas y enfrentamientos a viva voz en el comedor comunitario. La monja interpretada por Isabella Rossellini (nominada al Oscar como Actriz de Reparto por este rol) cumple un rol clave en estas dinámicas como aquella que, desde un lugar de aparente sumisión reducido al servicio de los hombres jerárquicos, todo lo sabe y todo lo ve. El Thomas Lawrence de la vida real es actualmente el italiano Giovanni Battista Re, que llegó a ser cardenal bajo el papado de Juan Pablo II. Si bien presidió el cónclave que eligió a Francisco, no podrá votar en un posible nuevo proceso dado que ya tiene más de 80 años. El vicedecano es desde 2020 el argentino Leonardo Sandri. Si bien nada puede saberse a ciencia cierta sobre una eventual sucesión del Papa argentino, “Cónclave” materializa un universo posible: el de una ferviente avanzada conservadora, y una convencida aunque debilitada resistencia progresista. Y en el mejor de los casos, tendrá un final inesperado que podría cambiar para siempre la historia de la Iglesia Católica.

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