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» AgenciaFe
Fecha: 23/02/2025 13:00
No subestimes el poder de las palabras, en el ámbito laboral, algunas pueden frenar la innovación, aumentar el estrés y hasta provocar desmotivación crónica en tu equipo. Aunque parezca que pasa desapercibido, el lenguaje cotidiano en el lugar de trabajo es mucho más que una herramienta de comunicación; es un arma de doble filo que puede construir o destruir. En un entorno donde las palabras negativas predominan, el impacto emocional y psicológico sobre el personal se traduce en un deterioro del desempeño, un aumento de los conflictos y, en el peor de los casos, una desmotivación crónica. Los humanos somos seres lingüísticos; esto significa que el lenguaje que usamos le da significado a lo que vivimos. En el coaching, hay un concepto que dice que somos lenguaje, cuerpo y emociones. Esta combinación de factores es decisiva para crear la realidad que vivimos, tanto positiva como negativa. Diez palabras que dañan el clima laboral: Tedio, aburrimiento: paraliza la motivación y refleja monotonía. Imposible: mata la innovación antes de que nazca. Problema: induce a la preocupación en lugar de al análisis constructivo. Error: estigmatiza la falla y genera miedo a equivocarse. Urgente: provoca un estado de estrés constante. Complicado: desalienta a probar nuevas ideas. Incompetente, inútil: daña la autoestima de manera irreversible. Lamentablemente: instala un sentimiento de derrota anticipada. Fracaso: refuerza el miedo y limita el riesgo calculado. Culpa: desmotiva y evita que las personas asuman responsabilidad. Si deseás mejorar la comunicación y aumentar el desempeño en tu empresa o equipo, estas cuatro ideas te ayudarán: 1- Reformulá tus palabras para abrir posibilidades Sustituí “problema” por “reto” u “oportunidad”. Esto cambia la percepción de los desafíos y fomenta el pensamiento creativo. El cerebro se pone perezoso ante la palabra “problema”, en cambio, “desafío” lo estimula y da impulso. 2- Educá a tus equipos en comunicación asertiva y positiva Una buena forma es entrenar a las personas mediante capacitaciones regulares para mejorar el uso consciente del lenguaje y su impacto emocional. 3- Reconocé públicamente los esfuerzos y logros Generar una cultura de reconocimiento verbal transforma la percepción del esfuerzo y crea un ambiente emocionalmente seguro. 4- Creá una lista de palabras que no conviene usar Una idea es poner una cartelera con una lista de palabras no contributivas para que, con el tiempo, las personas pulan su comunicación.
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