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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 13/02/2025 16:45
Los niños, niñas y adolescentes cada vez más usan los celulares en edades tempranas, lo que incrementa el riesgo de padecer miopía (Freepik) En los últimos años, la miopía y los problemas de enfoque del ojo son han vuelto una creciente preocupación de salud pública, ya que afecta a millones de personas, especialmente niños y jóvenes. Esta semana volvió a ser noticia porque también lo sufre Ariane, la hija menor de la reina Máxima de Países Bajos. En el caso de la miopía, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de un trastorno ocular, que afecta la capacidad de ver con claridad los objetos distantes y podría alcanzar niveles pandémicos para el año 2050, con más de la mitad de la población mundial padeciendo algún grado de miopía. El impacto de los dispositivos electrónicos en la infancia y la falta de exposición al aire libre aparecen como los principales responsables de esta alarmante tendencia, según distintos estudios internacionales. Los reyes Máxima y Guillermo de Holanda junto a sus tres hijas, las princesas Amelia, Alexia y Ariane en el Día del Rey. Ariane es la primera que aparece con un traje color ladrillo (Instagram: casa real de Países Bajos) La argentina Máxima Zorreguieta sostuvo esta semana en una conferencia en Ámsterdam que la princesa Ariane tiene problemas de visión y le cuesta enfocar bien debido a que pasa demasiado tiempo mirando pantallas. El tema central de la conferencia a la que asistió Máxima fue el tiempo que los niños y jóvenes pasan frente a las pantallas. La reina conversó con jóvenes, científicos, miembros de juntas directivas y expertos en el área del entorno digital. La creciente digitalización de la vida cotidiana parece ser uno de los principales impulsores de este problema. Los niños pasan más tiempo en interiores, rodeados de pantallas y realizando tareas de enfoque cercano, lo que ha generado un cambio drástico en su desarrollo visual. En Asia Oriental, países como Japón y Corea del Sur han registrado cifras impactantes: hasta un 86% y 74% de los niños, respectivamente, ya presentan miopía. La OMS estima que en 2050 los niños y adolescentes con miopía podrían superar los 740 millones convirtiendo el problema en una crisis global (Instituto Internacional para la Miopía (IMI) En Argentina y el resto de Latinoamérica, la prevalencia sigue siendo menor, pero los especialistas advierten que el aumento del uso de pantallas y el sedentarismo infantil podrían provocar un crecimiento exponencial de casos en las próximas décadas. La OMS estima que en menos de 30 años, los niños y adolescentes con miopía podrían superar los 740 millones en todo el planeta. “Los chicos tiene cada vez más problemas para enfocar debido al uso excesivo de pantallas, especialmente con el celular que es más pequeño y fuerza al ojo a enfocar en forma permanente”, explicó a Infobae el oftalmólogo Germán Bianchi. Es que cada vez más niños y adolescentes experimentan síntomas de fatiga ocular, visión borrosa y dolor de cabeza, lo que podría ser una señal temprana de varios problemas oftalmológicos, especialmente la miopía. Así, el síndrome visual informático, una afección provocada por el uso prolongado de pantallas, engloba una variedad de síntomas. Estudios recientes confirman que pasar más tiempo al aire libre ayuda a retrasar la aparición de la miopía y a reducir su progresión en los niños (Freepik) “Cuando pasás mucho tiempo frente a una pantalla, se produce un acomodamiento dentro del ojo, especialmente en el músculo ciliar, que hace que el cristalino enfoque las imágenes de cerca, lo cual provoca mucho cansancio y que ese músculo trabaje de más. Y cuando se quiere enfocar de lejos nuevamente, cuesta mucho. Ese problema se incrementa también cuando se pasa mucho tiempo encerrado con poca o ninguna luz natural, lo que podría inducir a que se desarrollen más miopías en los niños”, describió Bianchi. Y completó: “El ver pantallas de cerca produce un agrandamiento del globo ocular que se produce de forma natural, para que se mire mejor de cerca que de lejos. Distintos estudios internacionales observaron esto que se viene dando desde los últimos años y se incrementó con la pandemia por COVID-19. Otro problema que surge es el del ojo seco. En lugar de pestañear 16 veces por minuto, se hace 3 o 4, lo que produce que se seque la córnea”. Para mitigar los efectos negativos de las pantallas en la salud visual, Bianchi y los especialistas recomiendan la regla 20-20-20: cada 20 minutos de uso de dispositivos, hay que descansar la vista durante 20 segundos, enfocándose en un objeto que esté a unos 20 pies o seis metros de distancia. Los especialistas advierten que el uso prolongado de dispositivos electrónicos podría desencadenar una nueva pandemia de miopía infantil (Imagen Ilustrativa Infobae) Además, aconsejan mantener la pantalla a una distancia adecuada y en un ángulo ligeramente inclinado hacia abajo para reducir la fatiga ocular innecesaria. Los estudios más recientes han demostrado que la clave para frenar el avance de la miopía podría estar en una solución sorprendentemente simple: pasar más tiempo al aire libre. En Taiwán, por ejemplo, el Ministerio de Educación implementó una política obligatoria que exige que los niños permanezcan al menos dos horas diarias en exteriores. Los controles oftalmológicos regulares son clave para detectar problemas visuales en la infancia y evitar que la miopía avance sin un tratamiento adecuado ( EFE/Elvira Urquijo A) Los resultados fueron contundentes: se registró una notable reducción en la incidencia de miopía infantil. Una iniciativa similar en Guangzhou, China, en la que se incorporaron 40 minutos adicionales al aire libre durante los recreos escolares, también mostró efectos positivos. Y también concluyeron que cuanta más exposición al aire libre tienen los niños, menor es la progresión de la miopía. Estos descubrimientos han cambiado por completo la forma en que se entiende la progresión de la miopía. Antes, se creía que la predisposición genética era el principal factor de riesgo, pero ahora está claro que el estilo de vida moderno tiene una influencia determinante. Los niños corren mayor riesgo de miopía si se exceden en el uso de las pantallas (Silvia Marks/dpa) El olftalmólogo Roger Zaldívar explicó que los problemas de visión son una pandemia mundial hoy en día y se concentran en dos cuestiones: el incremento de la miopía y el del ojo seco, debido al tiempo prolongado que tienen las personas frente a las pantallas, especialmente los niños y jóvenes. Según declaraciones de Zaldívar a Radio Mitre, son tantos estímulos que tienen los chicos hoy con las pantallas y juegos, que terminan privándose de luz solar por estar encerrados en la oscuridad observando distintos dispositivos electrónicos, que el ojo termina siendo un poco más grande de lo normal, como una adaptación al medio y eso hace que todos los objetos lejanos estén desenfocados. “Otro problema muy grande que está viendo está relacionado con el ojo seco, más que nada en chicos, que antes era muy raro. Son tantas las horas que se pasan frente a las pantallas que disminuye muchísimo el ritmo de parpadeo normal. Entonces son muchos chicos que sienten incomodidad visual y son parte de este combo, de esta nueva realidad que vivimos”, completó el especialista. La miopía avanza rápidamente en todo el mundo, en 2050 más de la mitad de la población podría padecerla debido al uso excesivo de pantallas (OMS) El contacto con la luz natural no solo ayuda a retrasar la aparición de la miopía, sino que también reduce su progresión en quienes ya la padecen. Además, la exposición al sol favorece la producción de vitamina D y contribuye a mejorar el estado de ánimo, reduciendo los síntomas de ansiedad y depresión. El impacto de la tecnología en la infancia no se limita solo a la salud visual. Numerosas investigaciones advierten sobre los efectos negativos que la exposición excesiva a las pantallas puede tener en el desarrollo emocional y cognitivo de los niños. El aislamiento social, las alteraciones en la atención y el sueño, la hiperactividad y el incremento de la ansiedad y la depresión son solo algunas de las consecuencias asociadas. En edades tempranas, el abuso de la tecnología también puede afectar el desarrollo del lenguaje, la creatividad y la autoestima. Ante este panorama, los especialistas enfatizan la importancia de adoptar medidas preventivas desde la infancia. Los controles oftalmológicos periódicos resultan fundamentales para detectar alteraciones visuales a tiempo. El síndrome visual informático provoca síntomas como irritación ocular visión borrosa cefaleas y dolores musculares por el uso excesivo de pantallas. (Freepik) Existe un calendario de revisiones recomendado que abarca desde el nacimiento hasta la adolescencia, con chequeos al nacer, a los seis meses, al año, a los tres y cinco años, y posteriormente de forma anual. Los padres y pediatras juegan un rol clave en garantizar que estos controles se realicen y en promover hábitos visuales saludables. Reducir el tiempo frente a las pantallas, fomentar las actividades al aire libre y garantizar una rutina de descanso visual son estrategias esenciales para proteger la salud ocular de las nuevas generaciones. Aunque el avance de la miopía parece imparable, los estudios recientes ofrecen una luz de esperanza: con cambios en el estilo de vida, es posible desacelerar su progresión y evitar que se convierta en una crisis global.
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