Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • María Julia Oliván con María Laura Santillán: “Fui a un psicólogo y a una psiquiatra, estuve medicada, tenía el alma desmayada”

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 09/02/2025 02:44

    María Laura Santillán Con María Julia Oliván María Julia Oliván es periodista, periodista hasta el fondo. Como madre, sabemos que hace una tarea titánica con su hijo Antonio. Una tarea más exigente y más dedicada que otras mamás: Antonio tiene autismo y criarlo implica aprendizajes de procesos distintos, tiempos que no son los convencionales. Estos últimos nueve años además de acompañarlo a crecer, investiga y estudia con mucho rigor absolutamente todo lo relativo al autismo, nunca deja de ser una periodista de investigación. Pero además trabaja para divulgarlo,”Chat de mamis” primero fue por whatsapp, respondiendo preguntas, después fue un podcast y ahora es un libro. – Pensé que me había perdido a la periodista cuando me alejé de la televisión y me dediqué a cuidar a Antonio, después me di cuenta que estaba haciendo periodismo aprendiendo y contándole a otros primero fue por chat, de manera privada y después en Spotify lo que estaba descubriendo. – Este libro habla de vos, tu camino, tus experiencias, pero también muestra una divulgadora muy potente a partir de que la gente empezó a hacerte preguntas. – Sí, fue creciendo todos estos años de una manera muy personal, yo llamo a las personas y uso los medios cada vez que puedo para charlar de autismo de una manera sencilla, clara y con la aceptación como primera cosa. El título es ‘aceptación’ cada vez que hablo de autismo. – Son muy distintas las rutinas como mamá con un hijo con autismo. Médicos, terapias, procesos diferentes de aprendizaje del lenguaje… – Sí, es todo lo que con un chico neurotípico asumimos que hace naturalmente. Empezar a entender el esqueleto y el edificio, cómo se construye cada cosa. Cómo se construye el pensamiento simbólico, cómo se construye el lenguaje, cómo se construye la comunicación, y también por dónde empezar, cómo esperar y cómo subir escalones chiquititos. Porque uno cuando empieza le dice por ejemplo a su hijo, “cómo te fue en el jardín?” Y no, no te va a decir nada, vas a frustrarte. Entonces empezás a buscar lo que te puede dar, y a trabajar para que logre darte eso que puede dar. Pero todo comienza con la aceptación y con la confianza, porque si vos no confías en que él lo puede hacer y creés en lo que encontrás en Internet o en lo que ves en otros o en lo que te dijo un médico y no crees en él o en ella, estás perdido, como le pasa a cualquier padre con tu hijo. – No sé si es lo mismo, porque ejercitás una tolerancia a la frustración muy importante. A esta altura tenés mucha tolerancia a la frustración aprendida en este proceso. – Sí tuve una época, te la tengo que reconocer, de frustración, a los cuatro años. Cuando diagnosticaron a Antonio al año y siete meses, me dijeron todos que tenía autismo verbal. Verbal significa que iba a hablar. También me decían mucho que tenía brillo en los ojos, significa que se engancha, que tiene interés, que no tiene una mirada opaca, que no se aleja de las cosas sino que quiere estar, que quiere estar conmigo, me decía la terapeuta. Pensamos que a los cuatro años iba a estar hablando. A los cuatro años vino la pandemia. Estaba empezando a hablar efectivamente, bastante. Me acuerdo que Lanata me hizo una nota cuando cumplió tres años, había cantado en su cumpleaños, había hablado en su cumpleaños. Y vino la pandemia. Después siguió avanzando el aprendizaje, pero no al ritmo que yo pensaba. "Yo llamo a las personas y uso los medios cada vez que puedo para charlar de autismo de una manera sencilla, clara y con la aceptación como primera cosa", dijo María Julia Oliván (Fotos de Gustavo Gavotti) – Dejaste de hacer muchas cosas. Dejaste de trabajar, te bajaste de la tele, te bajaste de la radio. – Solo seguí con BorderPeriodismo, pero a media máquina. “YA NO HABÍA NADA QUE PUDIERA HACER QUE NO FUERA PENSAR EN ANTONIO, EN AUTISMO Y EN CÓMO AYUDARLO” – Por lo tanto hay una María Julia profesional, que tuvo que quedar a un costado. – Sí, decidí dejarla a un costado. Ya no había nada que pudiera hacer que no fuera pensar en Antonio, en el autismo y en cómo ayudarlo. Sentía la necesidad de participar y entender y para entender tenía que estar, tenía que preguntar. – ¿Cuánto duró este interregno, este paréntesis en que solo te dedicaste a Antonio? – Yo a la tele creo que volví en el 2020, pero siempre pido programas a los que pueda ir una sola vez por semana. – ¿Todavía hoy? ¿Por Antonio? – Todavía hoy, sí, por Antonio. Ahora por BorderPeriodismo también porque me metí mucho en mi canal de YouTube, pero también porque Border lo puedo hacer cerca de Antonio. Yo recién estuve mimoseando con Antonio trabajando toda la mañana. “TODO ESTÁ SUPEDITADO A ANTONIO, NO SOLO MI TRABAJO. HACE 8 AÑOS QUE NO VOY AL TEATRO” – O sea, tu trabajo está supeditado a las rutinas de Antonio. – Sí, todo está supeditado, no sólo mi trabajo. Hace un montón que no voy al teatro, hace ocho años que no voy al teatro. Y me fui acostumbrando a una vida muy indoor. Si salgo quiero salir con él. Con mi marido decimos, ¿qué hacemos hoy? ¿Una cena? Vamos con Antonio. “¿Se puede ir con pibes?” Si no se puede, no vamos. MARÍA LAURA SANTILLÁN CON MARÍA JULIA OLIVÁN - “TODO ESTÁ SUPEDITADO A MI HIJO. HACE 8 AÑOS QUE NO VOY AL TEATRO. ¡SOY YO LA QUE NO QUIERE IRSE! SI SALGO QUIERO SALIR CON ÉL“ – ¿Qué pasa cuando lo dejás a Antonio? – Nada, él está feliz. “Se fue mamá”. Recién lo quería llevar a la peluquería porque no tenía con quién dejarlo, apareció su papá y empezó “¡se va mamá! Se va a trabajar de periodista y vamos con papá”. Feliz, re chocho, que no tenía que fumarme a mí. “NO TENGO GANAS DE IRME LEJOS DE ÉL, QUIERO COMPARTIR CON ÉL TODO.” – Sos vos entonces la que no quiere irse. – Soy yo la que no quiere irse, claro. No tengo ganas de irme lejos de él. Quiero compartir con él todo. – Ni una noche al teatro, ¿por qué? – Me fui acostumbrando, no es una prohibición que me puse. ¿Viste cuando cambiaste un hábito, lo hacés durante ocho años y te acostumbrás a una vida así? Pero además, me divierte estar con él. Por supuesto que voy a retomar todo, las andanzas. – Cumple nueve años Antonio en abril. ¿Qué otras cosas postergaste? – Me descuidé mucho yo misma en lo personal. Cuando estás en la televisión entrenás más o tenés que estar más flaca o te cuidás porque te estás viendo en la tele. Cuando dejás y entrás en una vida de estar en casa… Estamos acostumbradas a vernos más o menos así, yo un poco mejor maquillada. “POSTERGUÉ CUIDARME, SALIR, VIAJAR, TRABAJAR. Y YO DÓNDE ESTOY? NO ERA ASÍ YO, YO ERA MÁS LINDA” – A vernos más en el espejo por la tarea. – Cuando te empezás a ver en joggineta, sin maquillaje, el pelo mal… Y yo dónde estoy? Porque, ¡no era así yo! Yo era más linda, ¿me entendés? – Postergaste cuidarte. – Postergué cuidarme, salir, viajar. Y trabajar, que es mi vida. En un momento mi rutina consistía en llevarlo, traerlo, llevarlo, traerlo y ya no quería ni escuchar la radio. No me gusta sentir que no estoy ahí, porque tenía yo ganas de estar ahí. Después vino la depresión, me di cuenta que no tenía ni ganas de escuchar las noticias. MARÍA LAURA SANTILLÁN CON MARÍA JULIA OLIVÁN - Lo que dejó por ser mamá. “POSTERGUÉ SALIR, VIAJAR, TRABAJAR… Y YO, ¿DÓNDE ESTOY? ¡YO NO ERA ASÍ, YO ERA MÁS LINDA!” – ¿En qué momento de la crianza de Antonio te deprimiste? – En medio de la pandemia, después del primer año. El primer año tuve como un subidón, como nos pasó a todos, que empezamos a hacer masa madre y barriletes. En la pandemia tenés más convivencia, teníamos que estar los tres juntos. Las terapias las habían sacado, teníamos que andar con un permiso para atravesar la ciudad y poder hacer alguna terapia. Obviamente pegaba en Antonio y también en mí, porque era más Antonio, era todo el tiempo. – Las 24 horas con Antonio. – Claro, y yo me negaba a tener una persona con cama en casa. Entonces era mucho. “EL PRIMER SÍNTOMA ES LA TRISTEZA QUE SENTÍS CUANDO TE LEVANTÁS. DECÍS, COMO ME QUEDARÍA ACOSTADA TRES DÍAS” – ¿Cuál fue el primer síntoma de que estabas deprimida? – Cuando me di cuenta que no me importaba nada. El primer síntoma es la tristeza que sentís cuando te levantás. Te levantás y decís: cómo me quedaría acostada tres días. Cuando manejaba y me miraba en el espejo me veía la cara de tristeza. – ¿Llorabas mucho? – Sí, lloraba, lloraba mucho cuando nos dieron el diagnóstico. Ahí lloraba como cuando falleció mi papá, lloraba sin parar. No es que sentía enojo con la vida ni nada, pero yo lloraba mucho y no sabía cómo levantarme, cómo reponerme. Cuando empecé a hablar de todo, renuncié a la tele y fui a un curso gratuito que da Alexia Rattazzi y empecé a comprender cómo jugar con mi hijo. “CUANDO ME DIERON EL DIAGNOSTICO FUE COMO SI ME HUBIESE CAÍDO UN PIEDRAZO EN LA CABEZA, ES UN TRAUMA” – Lo primero fue tristeza, dolor. – Lo primero fue un trauma, como si me hubiese caído un piedrazo en la cabeza. Como si vos fueras manejando y te dieras un palo en el auto y quedaras aturdido. Pero en este caso tenés que seguir. Cuando me dieron el diagnóstico tuve que hacer una serie de pruebas para ver si no era hipoacúsico o sordo en vez de autista, porque lo llamás y no te contesta. Ese mismo fin de semana fui a hablar con mamás de chicos hipoacúsicos. ¿Cuáles eran las mejores escuelas? ¿Qué era esto? Cuando terminé de hacer todos esos estudios y me dijeron que tiene autismo, hubo que hacer el certificado de discapacidad, que es otro garrón. Porque entrás a un hospital y vas al área de discapacidad, con un bebé con rulitos en un cochecito. "Yo lloraba mucho y no sabía cómo levantarme, cómo reponerme. Cuando empecé a hablar de todo, renuncié a la tele y fui a un curso gratuito que da Alexia Rattazzi y empecé a comprender cómo jugar con mi hijo", recordó María Julia Oliván durante el reportaje – Un primer momento muy fuerte en que te pusiste a llorar y no podías parar. – Pero seguía haciendo cosas, hacía todo, rapidísimo. Me dieron el diagnóstico en septiembre, en octubre estaba haciendo terapias, en febrero ya tenía el certificado de discapacidad. “LA DEPRESIÓN MÁS FUERTE FUE CUANDO ME DI CUENTA QUE ESTO ERA ALGO QUE YO NO IBA A PODER MANEJAR” – Y otro momento muy fuerte en la pandemia cuando tu cuerpo empezó a sentir el peso de la tarea que llevabas adelante y te viniste abajo, te deprimiste. – Yo hablo de la aceptación porque me parece que la depresión más fuerte fue cuando me di cuenta que esto no era algo que yo iba a poder manejar. Con cualquier golpe de la vida, cualquier problema, cualquier circunstancia, si algo sabía yo era salir adelante. – Te diste cuenta que no dependía de tu voluntad. – Exacto. Yo le podía poner todo el empeño, pero tenía que bajar un cambio, tenía que esperarlo. Me acuerdo que en una época contaba hasta 20 para que Antonio me contestara algo. – ¿Qué hiciste cuando te diste cuenta que estabas deprimida? – Fui a una psiquiatra. Durante la pandemia escuchaba muchos podcasts y empecé a escuchar uno que me hizo re bien, que se llama El Forastero. Es un amigo de Malnatti que es coach ontológico. Me hizo bien eso y me hizo empezar a reflexionar sobre las cosas que se estaban moviendo en mí. Después con terapia, por supuesto, con psiquiatra después. Lo que se estaba moviendo en mí es algo que no podés manejar, que tenés que aceptar, que tiene un tiempo que vos no podés conocer por más que te apures y trabajes un montón, que no va por ahí. Todavía no me había cansado de llevarlo, traerlo, presentar los papeles a la obra social, de todo eso. También se me iba mucha energía hablando con personas, porque yo hablaba y hablo tres veces por semana con gente con problemas. Yo encontraba en ellos una red. “PRIMERO FUI AL PSICÓLOGO Y DESPUÉS A UNA PSIQUIATRA, ESTUVE MEDICADA” – Psiquiatra y psicólogo, las dos cosas. – Primero fui al psicólogo y después fui a un psiquiatra, claro. Estuve medicada. Sí sí. Y el año pasado me detectaron una enfermedad autoinmune en los ojos causada por estrés. No es grave ni está en un estado avanzado, pero ahora estoy inmunosuprimida, por ejemplo. “LO QUE MÁS ME PREOCUPÓ ES LA APATÍA, NO ME IMPORTABA NADA DE LO QUE PASARA, NECESITABA SILENCIO Y ESTAR CON MI HIJO SOLAMENTE” – ¿Primero te afectó la psiquis y después el cuerpo? – No, el cuerpo antes. Porque engordar, inflamarte, también es estrés. No estar viéndote, no mirarte en el espejo nunca, que no te importe eso. Ese abandono de uno mismo es un síntoma. Pero el síntoma que más me preocupó y ahí fui a la psiquiatra, es la apatía. La apatía es que no me importaba nada de lo que pasara, ni en la televisión, ni en el periodismo, ni lo que le pasara a mi vecino, ni lo que le pasara a mis amigas. No me importa nada. Necesitaba silencio, inundarme de silencio, y estar con mi hijo solamente. Era desgano, no había algo que me entusiasmara como me pasa ahora que me levanto y me pongo a trabajar contenta, tengo proyectos y armo programas. En ese momento me caí y me quedé ahí. “TENÍA EL ALMA DESMAYADA” – Como desmayada. – Desmayada, iba a decir la misma palabra, desmayada del alma. El alma desmayada porque mi cabeza y mi cuerpo estaban todo el tiempo al servicio de Antonio. – ¿Qué pasó con el resto de la familia? – A mi mamá al principio le costó. Primero no podía elaborar el dolor que me veía, no lo podía soportar. Yo siento que me dejó un poco sola. Pasado el tiempo entendí que ella sabía todo lo que yo estaba viviendo. Es más, sabía todo sobre el autismo, casi igual que yo. Pero no podía, no tenía manera de consolarme o de contener mi dolor. Hay gente que no puede procesar el dolor del otro. MARÍA LAURA SANTILLÁN CON MARÍA JULIA OLIVÁN - “FUI A UN PSICÓLOGO Y A UNA PSIQUIATRA, ESTUVE MEDICADA, TENÍA EL ALMA DESMAYADA” – Les cuesta a todos, a toda la familia, a los amigos, hay que adecuarse. Hay un montón de cambios todo el tiempo y hay que tener mucha paciencia. Creo que esto te va a servir para todo en la vida, porque ejercitar la tolerancia a la frustración, ejercitar la paciencia, estar abierta a aprendizajes nuevos, aceptar la impotencia. – El “no” lo tenía bastante incorporado, “no puedo esto, no puedo lo otro” porque estaba buscando un hijo. Lo tuve a los 41 años, todo me costó. – Ahora que Antonio está evolucionando y haciendo sus propios procesos. ¿Quién te contiene? ¿Quién te banca emocionalmente? – Podría decirte que mi marido, Ariel, pero no. Es muy, muy alegre y feliz y no entiende muy bien el dolor, no se lleva bien con el dolor. “¿Estás mal? ¡Vamos! ¿Cómo lo solucionamos?” – ¿Cómo convive con tu intensidad? – Pero si mi intensidad es nada al lado de su intensidad. Todos los años demuele una casa, una empresa, hace algo. La intensidad que maneja él... Mi casa es un loquero. Yo soy la más tranquila, jajaja. Yo me percibo intensa para trabajar, pero dentro de mi casa soy un monje, no quiero que hable nadie. Las cabezas hiperactivas necesitamos silencio. Yo no puedo estar con la tele prendida. Era feliz cuando era soltera y tenía todo mi departamento para mí. “VOLVÍ A SER YO CERCA DE ANTONIO” – Estás en un gran momento ahora. – Sí, estoy en un gran momento porque volví a encontrar la pasión, esa pasión que tenía. Volví a ser yo, y además volví a ser yo cerca de Antonio. No es que para encontrarme a mí tuve que sacrificar lo otro. Igual no sabés lo que es mi vida, la cantidad de cosas que hago por día, es una locura, pero haberlo logrado a la noche me da alegría, me da felicidad. Y cuando me tomo una copa de vino o me como un sanguchito, digo, ¿por qué no festejo entrenando? Jajajaja. Siempre tengo gente adulta más sabia cerca, gente de mi misma edad. No me hago amiga de los más jóvenes, ¿entendés? Yo necesito gente que me contenga a mí. Necesito una clínica de contención, jajajaja. – Me divierte mucho que no te percibas intensa. Sos intensa cuando te expresás. – Ay,sí, eso me da una vergüenza... – ¿Por qué? – No me miro nunca, jamás me miro en la tele porque parezco una loca. Cuando era chica abría los ojos y quedaba bien, ahora tengo cara de loca, sí. – ¡No! Sos muy expresiva. ¿No vas a ver esta entrevista? – No, esto no lo voy a ver, voy a escuchar el audio, eso sí. Me veo cara de loca. "Yo necesito gente que me contenga a mí. Necesito una clínica de contención", afirmó la periodista “DIJE: NUNCA MÁS NADIE ME VA A HUMILLAR ASÍ” – Algo muy importante emprendiste en 2014. Cuando todavía nos cuesta a las mujeres decidir liderar una empresa y vos hiciste tu propio portal digital que ya cumplió diez años. ¿De dónde sacaste las ganas, la plata, las herramientas? ¿Cómo hiciste para armar una empresa? – Me echaron de un lugar de una manera tan desagradable… Fui a la radio a trabajar, había un policía, y no me dejaron entrar porque yo había tomado un trabajo en Intratables. Me sacaron el programa de radio una semana antes de que fueran las elecciones en 2013. Y dije: nunca más nadie me va a humillar así. Me sentí humillada y sentí que no era mi naturaleza. Entonces empecé a escribir sola en un bar, haciéndome la Carrie Bradshaw, a una cuadra de mi casa, cosas que yo iba sintiendo. Después me cayó un auspicio de Movistar y ahí contraté a la primera Community Manager. Lo que publicaba lo levantaban todos, yo trataba de llamar la atención. Era yo hablando en primera persona hablando de cosas que pasaban en el país, con títulos un poco zarpados. – ¿Por ejemplo? – “Un regalo para este día de mierda”, “Un desnudo, cuidado por algo que vale la pena” el día de la violencia contra la mujer. Empezó a correrse la voz que yo tenía el sitio y había una mujer en esa empresa con el tema de la pauta y me quisieron apoyar. Después no sabía cómo hacer, todos los que me querían vender los comerciales me querían sacar un montón de plata. Le pregunté a un colega cómo se hacía para pedir plata, me lo escribí como si fuese un speech y empecé a llamar a todas las empresas y a pedir que me apoyaran. Ahí empecé a contratar y a contratar colaboración. – Sola, sin socio. – Sí, sola. Con una computadora. – Y escribías. – Ahora tengo el canal de YouTube al lado de mi casa y también me puse a invertir en la técnica. Tengo 14 personas que trabajan conmigo. Tengo que pagar todos los meses 14 sueldos, imaginate el lío que tengo. – Te llegó un auspicio y dijiste “esto puede crecer”, ¿cómo hago para conseguir más? – Hasta que conseguí 20. Y entonces fui llamando más gente. Contraté a uno, contraté a otro y voy armando distintas unidades. Y después invierto, en lugar de quedarme con los ahorros invierto en caños, en fierros. Ahora tengo que hacer una refacción porque se me está cayendo el techo. Y además voy a ampliar. – ¿Está cerca de tu casa? – Está al lado. Es un ph al lado que en la pandemia se puso en venta con un precio bajísimo, una oportunidad de la hostia. "Tengo 14 personas que trabajan conmigo. Tengo que pagar todos los meses 14 sueldos, imaginate el lío que tengo", reveló María Julia Oliván – Tenés un canal propio armado con todo. Lo armaste sola, de la nada, y cumplió más de diez años. ¿Festejaste los diez años de Border? – No, eso me cuesta, me cuesta reconocer mis logros. Siempre creo que me quedo corta, que me falta algo más. Hay que laburar ahora digo, después lo hago, pero no está bien. – Hay algo en común en los caminos que abriste y que desarrollaste, son aprendizajes desde cero. – Yo dije: cualquiera tiene un canal de YouTube, ¿cómo no lo voy a hacer yo? Fue una locura, difícil. Todos decían “tenés que buscar el nicho, tenés que siempre hablar de la misma manera”. Yo dije, no, cómo voy a hablar siempre de la misma manera, ¡me aburro! Yo hablo como me parece, de un lado o del otro, hago distintas cosas . No pensaba decírtelo, pero voy a incursionar en otra cosa. Cuando presenté el libro en Miami porque estaba ahí de vacaciones, pensé en la presentación en Buenos Aires y se me ocurrió, como es tragicómico, hacer un stand up. Lo llamé a Dieguito Scott, que es amigo, nos juntamos y el 24 de abril lo presento en el Auditorio Belgrano, no se lo conté a nadie. – En el prólogo del libro contás que te dijeron que no podés con todo, que tenés que regular. ¿Regulaste? – (piensa) Sí, un poco. Lo que pasa es que lo que regulé con Antonio lo desregulé trabajando más, disfruto trabajando mucho. Eso lo acepté y me dio paz. Cuando tenés una enfermedad autoinmune los psicólogos te dicen que tenés que hacer algo que te guste. A mi me gusta laburar, ¿qué quieres que haga? ¿Que me vaya a tomar el té? ¿A bailar? ¿A hacer shopping? A mí me gusta trabajar. – Es nuestro hobby. – Es divertido nuestro trabajo. Nosotras la pasamos bien haciendo lo que hacemos. No siempre, pero casi siempre es divertido. – Tenés una capacidad muy grande para aprender cosas nuevas y profundizar los aprendizajes, mucha gente no quiere aprender. – Sí, eso me lo enseñaron mis padres. Mi abuela me decía “sos como un tractorcito, como una cuatro por cuatro”, porque nada me frenaba. Cuando se me había puesto en la cabeza trabajar tenía 16 y trabajé hasta que mi mamá no me dejó trabajar más. Era cadete, venía a Capital. Siempre que se me mete algo en la cabeza… Por ejemplo Border, tenía que crecer. Y cuando más complicado se pone yo me pongo el cuchillo entre los dientes. A cierta edad tenés amigos que tienen un cargo comercial en una empresa y los llamo. Algunos periodistas están en empresas, otros son amigos de mi hermana que siempre trabajó en empresas. Conozco a un montón de gente, los llamo. – Intentás relacionarte y hacer notas con todo el espectro político, que no te chupe la grieta, ¿no? – Sí, los que me dan nota. Yo no quiero que me chupe la grieta. La otra vez entrevisté a alguien y Milei me mandó un mensaje por WhatsApp. No me dio nunca una nota ni lo vi más desde Intratables, pero me escribió con respeto para decirme que le habían parecido desagradables unas declaraciones. Yo siempre lo invito y nunca viene a mi canal. Le dije: te agradezco, no me ofende que me estés diciendo esto, pero nunca creí en el pensamiento único, así que valoro que quieras compartir tu opinión, pero no va a modificar mi necesidad de hablar con gente que piense como vos y que piense en contra de vos. – ¿En ningún caso? Hay cosas que operan contra nuestra libertad de expresión sin que uno se de cuenta. A veces opera el miedo. – Yo siempre pienso, ¿qué es lo peor que me puede pasar? Si tengo un auspiciante que tengo que denunciar por algo, ¿qué me puede pasar? ¿Me saca el auspicio? Consigo otro, qué me importa. No tengo miedo, en general no me manejo nunca con miedo. "Yo no quiero que me chupe la grieta", aseguró María Julia Oliván (Fotos de Gustavo Gavotti) – ¿Qué te pasa con el bardeo de las redes? – No sé nada. No sé cómo lo configuré, solo veo los elogios. – Excelente. – Jajaja, me parece que no me bardea nadie, pero Ariel me manda. Pone ‘María Julia Oliván’ y me manda cuando hay gente que me está bardeando. No me mandes, no me importa, si no me quiere, no me importa. – Es un gran consejo, mejor ni enterarse. – ¿Para qué? Me entero porque Ariel me manda y le dije mil veces que no me mande más. Pero él se enoja. – ¿Qué es lo que tiene de particular Antonio, muy propio, de su personalidad? ¿Cómo es Antonio? – Es súper alegre como el padre, pero también es bastante teatrero. Y es muy pillo. Lo que tiene como propio es eso, que no hay manera de pasarlo, desde chiquitito. Tiene mucha memoria también y es muy histriónico. – ¿A quién habrá salido? – Jajajaja, a mamá. Todo salió a mí porque me ocupé mucho de él. Le encanta cantar. A veces, cuando le están por contar un cuento y él se pone en la silla de la maestra y empieza a tratar de contar cualquier cosa. Es muy showman. Y es bastante enamoradizo, yo eso no sé como interpretarlo, pero es así desde chiquito. No es cualquier nena, hay una que le gusta, le agarra de la mano… Nosotros nos reímos con Ariel, esto es políticamente incorrecto como todo lo que dije, pero Antonio se hace el normal cuando le gusta una nena. No salta, no hace ti, ti, ti, ti. Va, viene de la mano, cocina pochoclos. – Una actuación. – Claro. Prudencia es la nena que más ama y cuando ella se va la dibuja y pone el dibujo en la cama en que la que durmió en una pijamada. Ahora vamos a ir a verla porque vino de vacaciones. – Se te ve muy contenta. – Muy. Estoy muy contenta. – Empezó a llegar el momento. – Empezó a llegar. Pero también por todos tus elogios. O sea, me tiraste todas las cosas que tengo que valorar de mí misma. Me hiciste un poco de terapia también. Estoy contenta, estoy entusiasmada.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por