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  • Convento de Santa Clara de Córdoba, el tesoro de Rey Heredia

    » Diario Cordoba

    Fecha: 08/02/2025 16:40

    La Gerencia de Urbanismo iniciará en pocos días una nueva intervención en el convento de Santa Clara de Córdoba, el tesoro de Rey Heredia. El proyecto, financiado por el Ayuntamiento de Córdoba con ayuda de los fondos Next Generation de la UE, se centrará en la restauración integral de la torre-alminar de la iglesia del antiguo convento ubicado en la calle Rey Heredia, así como en la mejora de la accesibilidad y de la eficiencia energética de dependencias anexas. Construcciones Antroju es la empresa elegida para llevar a cabo esta obra, que tiene un presupuesto de 480.757 euros y un plazo de ejecución de un año, por lo que, si no surgen imprevistos, la intervención estará acabada en 2026. Una de las peculiaridades de este proyecto es que la torre será visitable, aunque, eso sí, para grupos reducidos y de forma restringida. Así, Córdoba contará con un nuevo balcón al infinito, un mirador en pleno corazón de la ciudad que permitirá recorrer con un solo vistazo el casco histórico y perderse en su horizonte. Cuando acabe esta obra y se pueda subir al alminar, un singular paisaje emergerá mostrando tesoros de Córdoba como la Mezquita-Catedral, el Puente Romano y las iglesias que salpican la ciudad. «El alminar se restaurará de forma integral, tanto exterior como interiormente, todo el muro exterior, el machón central y los peldaños», que se repararán o se sustituirán por una piedra similar en caso de que esto no sea posible, según explica la arquitecta de Urbanismo responsable del proyecto, Rosa Lara. Antigua mezquita Declarada Monumento Nacional en 1931 y Bien de Interés Cultural, la torre-alminar es una joya que tiene su origen en una antigua mezquita musulmana del siglo X, que, a su vez, había sido construida sobre los restos de la basílica de Santa Catalina, del siglo VI. El germen del convento, que fue el primero femenino que se fundó en Córdoba, está en la parte de la mezquita, que con el tiempo, y tras la conquista cristiana (siglo XIII), se transformó en iglesia y el alminar se convirtió en campanario. «La mezquita es del siglo X y lo que se conserva es el alminar y la entrada por la calle Osio», señala Lara, que muestra el dintel abovedado y el arco de herradura de la misma. En el siglo XIV, añade, «parte de las naves de la mezquita se convirtieron en coro bajo, se hizo el coro alto y se cubrió el patio», que se transformó en una nave de la iglesia. La compra de casas anexas permitió configurar el espacio que ocupó el convento. «El conjunto era mucho más grande porque la manzana llegaba hasta la plaza de Abades», explica. El convento de Santa Clara de Córdoba, en imágenes / A.J.González Sin embargo, con el paso del tiempo, y tras múltiples transformaciones, el complejo quedó dividido en tres partes: la iglesia; la parte que ocupa el colegio Julio Romero de Torres, que recae en la calle Osio y que fue inaugurado en 1968; y una casa solariega cuya fachada da a Rey Heredia y que tiene su origen entre los siglos XVIII y XX. Esta casa es la que alberga el patio barroco, que comparte con otra vivienda. Desde la década de los sesenta, en la que el edificio se sometió a una restauración de la mano de arquitectos como Félix Hernández y Víctor Escribano, entre otros, su deterioro fue a más. Obras anteriores Urbanismo llevó a cabo entre 2013 y 2014 obras de emergencia en dos fachadas, en la torre-alminar y en el interior. Un año después, el Ayuntamiento restauró la portada barroca con fondos del Ministerio de Cultura. En 2016, con ayuda del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, se actuó en la fachada suroeste de la iglesia; mientras que un año después Urbanismo restauró el paramento interno de la portada suroccidental de la mezquita omeya. El alminar presenta numerosos daños, sobre todo, en los peldaños y en algunos sillares. El objetivo del contrato es reparar la base de la torre; restaurar, limpiar y consolidar los peldaños de la escalinata que da acceso al mirador; y sustituir las piezas que estén fracturadas, apuntaladas o que no garanticen la estabilidad estructural. El proyecto incluye la restauración, limpieza y consolidación de los muros y contempla la mejora de la accesibilidad y de la eficiencia energética de las dependencias anexas, en concreto, la parte del edificio que da a Rey Heredia 22, en la que se encuentra la delegación de Turismo del Ayuntamiento. Allí está previsto la sustitución de cubiertas, de carpinterías y de instalaciones. Vestigios del pasado La importancia de esta intervención no radica en las actuaciones previstas sino en que suponen un paso más en la recuperación de un espacio que destaca por los vestigios del pasado. Rosa Lara subraya que el convento «es un lugar de gran riqueza histórica, con vestigios que reflejan la evolución de la ciudad a lo largo de los siglos». La iglesia, explica, es «un museo en sí misma solo con la interpretación de los restos califales y los romanos» que atesora. Solo el patio, indica, destaca por «los capiteles, cada uno de los cuales tiene una procedencia, los fustes y las basas, sin contar con las pinturas mudéjares que se conservan». «La importancia no está solo en que la iglesia se construyera sobre una mezquita y que integrara los elementos de la misma, sino que, además, cuando se excavó la parcela para tener más datos, aparecieron varios mosaicos romanos» que debieron pertenecer a una domus. A través de los restos de «las cimentaciones de la mezquita; de los vestigios islámicos de la portada y del alminar; de los elementos mudéjares de la arcada peraltada del patio con capiteles y columnas de acarreo, cada una con una factura; de los restos mudéjares que han quedado en el convento, de las pinturas y de los mosaicos romanos» se puede emprender un viaje en el tiempo por el pasado del convento, que aún depara otras sorpresas como el artesonado de la planta alta del coro, del siglo XVI, y los restos de la fachada policromoda del periodo barroco. Planes de futuro Entre los planes de futuro está, según explica Lara, la colocación de un ascensor para acceder a la planta alta desde la iglesia o recuperar el acceso que tuvo la antigua mezquita por la calle Osio. Además, la Agrupación de Cofradías ha puesto su mirada en este inmueble, en el que quiere ubicar su sede y un centro de interpretación. Para eso aún queda tiempo porque el proyecto actual no contempla la adaptación del edificio a ese fin, pero, mientras tanto, y en el plazo de un año, Córdoba podrá presumir de este tesoro, que, además de la historia que encierran sus muros, ofrecerá desde su alminar unas vistas privilegiadas del casco histórico. Futuro centro de interpretación de las cofradías La Agrupación de Cofradías tiene el compromiso municipal de utilizar parte del convento como sede administrativa y centro de interpretación de las cofradías. Según explica su presidente, Manuel Murillo, la idea es «habilitar un espacio para zona administrativa» en dependencias anexas a la iglesia y utilizar esta como «zona museística», en la que habrá una parte para exposiciones temporales en las que presentar estrenos y otra para una muestra permanente en la que las hermandades exhibirán su trabajo. El objetivo es. según Murillo, tener un centro de interpretación «dinámico» y «dirigido a los sentidos para que el visitante sepa cómo es la Semana Santa y las sensaciones» que provoca. Para Murillo, el inmueble le dará un valor «histórico» al centro por los restos que conserva. Aunque es consciente de que es un proyecto que necesitará tiempo y dinero para su ejecución, confía en contar en este mandato con la zona administrativa. "Lo importante es el compromiso de ofrecer a la ciudad un museo con posibilidades y enjundia, que permita a las hermandades dar un uso multidisciplinar", señala. Con las visitas, "no solo se verá la parte museística, sino también el edificio", añade. Suscríbete para seguir leyendo

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