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  • Los científicos descubren la formación del sexto océano de la Tierra

    Concordia » Despertar Entrerriano

    Fecha: 08/02/2025 00:20

    Lejos de ser una mera curiosidad, la grieta del este de África podría alterar drásticamente la geografía de nuestro planeta y convertirse en el sexto océano de la Tierra. En los áridos desiertos de Etiopía se viene desarrollando silenciosamente desde 2005 una maravilla geológica: una fisura de 56 kilómetros de longitud conocida como el Rift de África Oriental. Lejos de ser una mera curiosidad, esta grieta tiene el potencial de alterar drásticamente la geografía de nuestro planeta, el panorama socioeconómico de África e incluso las fronteras políticas. Sorprendentemente, algún día podría conducir a la formación del sexto océano de la Tierra . En el centro de este fenómeno se encuentran las placas tectónicas, enormes secciones de la corteza terrestre que se mueven sobre el manto semifluido que se encuentra debajo. Estas placas han dado forma a la superficie del planeta a lo largo de millones de años, impulsando la formación y la ruptura de los continentes. Lo que hace que el Rift de África Oriental sea particularmente significativo es su escala y sus implicaciones. La placa tectónica somalí se está separando gradualmente de la placa tectónica nubia , lo que recuerda la dramática separación de Sudamérica y África que comenzó hace cientos de millones de años. Este cambio gradual está bien documentado. Un estudio publicado en Earth and Planetary Science Letters analiza la dinámica de esta separación tectónica y revela que las placas se están separando a un ritmo de apenas unos milímetros por año. Si bien es un proceso lento, es innegablemente transformador. Las consecuencias para África son profundas. Con el tiempo, la grieta podría dar lugar a la creación de un nuevo y enorme océano que inundaría la región de Afar y el valle del Rift de África oriental con agua del mar Rojo y el golfo de Adén. Ken Macdonald, geofísico marino y profesor emérito de la Universidad de California , subraya la magnitud de esta transformación: “El golfo de Adén y el mar Rojo inundarán la región de Afar y el valle del Rift de África Oriental, dando lugar a un nuevo océano. En consecuencia, esta parte de África Oriental se convertirá en su propio continente”. Más allá de su impacto geológico, este proceso podría reconfigurar el tejido socioeconómico de la región. Para los países sin litoral como Etiopía y Uganda, la aparición de costas abriría oportunidades sin precedentes para el comercio y el crecimiento económico, transformándolos en actores clave del comercio mundial. La creación de nuevos puertos y rutas comerciales podría impulsar el desarrollo regional, aportando riqueza e infraestructura a zonas que durante mucho tiempo han enfrentado desafíos económicos. Si bien es poco probable que esta transformación ocurra durante nuestras vidas (los procesos geológicos operan en escalas de tiempo que van mucho más allá de las generaciones humanas), pone de relieve la naturaleza dinámica de nuestro planeta y su constante evolución. El Rift de África Oriental es más que una grieta en el desierto; es un vistazo al futuro tectónico de la Tierra y un recordatorio de las fuerzas profundas que configuran nuestro mundo. No se trata de un mero cambio geográfico, sino de una transformación que alterará profundamente la ecología de la región. Las zonas que hoy son áridas y desoladas podrían algún día estar repletas de vida marina a medida que se forme el nuevo océano. Los asentamientos humanos tendrán que adaptarse a estos cambios, afrontando tanto desafíos como oportunidades a medida que se desarrollen nuevas costas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta transformación no ocurrirá de la noche a la mañana. La separación completa del continente africano y la creación de un nuevo océano probablemente tardarán otros 5 a 10 millones de años. Esta cronología sirve como recordatorio de que la naturaleza opera en una escala que va mucho más allá de nuestra vida. Si bien es posible que no seamos testigos de las etapas finales de esta transformación, es un ejemplo poderoso de cuán dinámico es realmente nuestro planeta . Este cambio continuo es un recordatorio de que la superficie de la Tierra, aunque parezca sólida e inmutable, se encuentra en un estado de cambio constante. El nacimiento de un nuevo océano y la remodelación de un continente son solo partes de la historia en constante evolución de la Tierra, una historia que nosotros, como habitantes de este planeta, tenemos la suerte de observar y estudiar.

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