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  • La casta y Milei son los únicos culpables del endeudamiento perpetuo

    » Comercio y Justicia

    Fecha: 03/02/2025 07:07

    Por Luis Esterlizi (*) Resultan incongruentes las explicaciones del Presidente para intentar convencer sobre los éxitos de su política económica, que es acompañada -concretamente- con muy pocos datos oficiales, así como sobre el estado de las negociaciones en curso de nuevas deudas con organismos internacionales y grupos financieros privados. Esto se esconde intencionalmente mediante una falta total de información oficial clara y concreta acerca del manejo de la deuda pública, lo que demuestra palmariamente la actitud de ocultar finalmente que dicho engendro económico es la causa principal del descalabro político, económico y social que hoy vive Argentina. Como una prueba más de su indisimulada prepotencia verbal, arremete en sus disertaciones tratando de impresionar con sus propias tesis anarquistas matizadas con confusiones y conjeturas, con el propósito de presentarlas como verdades irrefutables. Modus operandi del Presidente ya que muy sagazmente lo usa para esconder o disimular la verdadera traición de entrega del país al imperialismo anglo-sajón. A continuación transcribo partes del análisis muy pormenorizado que desarrolló Héctor Giuliano, licenciado en administración y finanzas, experto en deuda pública y externa, y asesor del Foro Argentino de la Deuda Externa (Foro Regional de la Plata, Berisso y Ensenada, Buenos Aires). Sus opiniones “Hace pocos días el presidente Milei -por medio del Ministerio de Economía- divulgó los datos oficiales de la deuda pública argentina a fin del Ejercicio 2024. El stock de la deuda en cabeza de la Administración Central al 31 de diciembre pasado, informado por las autoridades, es de US$466.700 millones. A este saldo falta agregar los cupones al PBI, que suman unos US$12.700 millones, por lo que el total de la deuda asciende en realidad a US$479.400 millones, prácticamente US$480.000 millones. La deuda al final del Gobierno Fernández-Fernández-Massa -medida de la misma manera – era de US$438.000 millones. Por ende, la deuda pública del Tesoro durante el primer año de la gestión Milei, tomando cifras oficiales -de punta a punta- habría aumentado unos US$41.400 millones. Mecánica del aumento El Boletín Mensual de Deuda del Ministerio de Economía a diciembre pasado informa un aumento de la deuda en todo el año pasado de US$96.000 millones. En diciembre de 2023, después de asumir el poder, Milei produce una macrodevaluación que reduce el valor de la deuda nominal en pesos, expresada en dólares, equivalente a US$54.600 millones. Si se descuenta esa “licuación” de la deuda en moneda local que produjo al inicio de su mandato, el saldo neto del aumento de la deuda total del actual Gobierno no sería de 96.000 millones de dólares sino de US$41.400 millones, como citado arriba. En noviembre de 2023 el stock de la deuda en pesos que deja el kirchnerismo es 38% de la deuda total (hoy es de 45%) y prácticamente está constituída con cláusula de ajuste según inflación (CER) y/o según tipo de cambio (dólar), el que resulte mayor. Este proceso de cambio muy gravoso en la renovación de todos los títulos de deuda en pesos convirtiendo la deuda en moneda Nacional a deuda indexada (que se hace vía roll over o refinanciamiento de las obligaciones al vencimiento), se llevó a cabo fundamentalmente bajo la gestión de Massa en el Ministerio de Economía, durante el último año de la administración K. Cuando Milei-Caputo asumen en diciembre de 2023, causan -con su macrodevaluación- esa gran licuación de la deuda en pesos equivalente a US$54.600 millones, obteniendo así una reducción “artificial” importante del stock de la deuda total (siempre medida en dólares), que termina el ejercicio con un saldo de 383.400 millones de dólares. Pero la contracara de este “ahorro nominal” de Milei -vía devaluación- es porque la deuda tuvo un aumento muy importante expresado en pesos, pasando de 147 millones al 30 de septiembre de 2023 (US$419.400 millones) a 310 billones al final del año (US$383.400 millones) y luego a 356 billones al 31 de marzo de 2024 (US$415.600 millones). Esto significa que la base de cálculo del capital de la deuda en pesos se duplicó junto con los intereses a pagar por esa deuda aumentada que, con el correr de los meses, se hizo más rentable aún para los acreedores, debido al retraso cambiario (el mismo atraso del tipo de cambio que mejoró las ganancias especulativas por carry trade o bicicleta financiera a los fondos de inversión extranjeros). Por ende, la reducción nominal vía devaluación de diciembre de 2023 siguió ajustándose por cláusula dólar y por la inflación de los meses siguientes, según vencimientos de deuda en pesos indexada que se iban produciendo. De este modo no sólo se compensaba la reducción inicial de los US$54.600 millones, “dosificándola” mes a mes, sino que se dejaba abierta la puerta para que tales ajustes -por CER y/o por dólar- se siguieran produciendo indefinidamente ante cualquier cambio en ambas variables de referencia. La ecuación de ganancia de los acreedores financieros de la deuda pública en pesos, experimentaba un salto cuantitativo relevante porque la base de cálculo del capital indexado se había más que duplicado y luego el atraso cambiario acrecentó aún más la rentabilidad medida en dólares. Por último, observamos que no queda claro el aumento que se está produciendo actualmente en la deuda por el incremento derivado de la capitalización de intereses por anatocismo, ya que Argentina nunca paga la totalidad de intereses devengados sino una parte que se transforma en capital y genera más intereses, lo que configura la mecánica clásica de la usura -cobro de intereses sobre intereses– mecanismo del interés compuesto, por no amortizar el capital o principal y cuya cuantificación no es informada por Milei. El dato de los intereses que se capitalizan es importante aclararlo, dado que nuestro país, salvo excepciones, por lo general no paga amortizaciones de capital sino que refinancia total y sistemáticamente sus vencimientos, bajo un sistema de deuda perpetua: letras/bonos viejos que se vencen y son reemplazados por “bonos nuevos”, pagándose solo intereses. A veces esos intereses no se cumplen en su totalidad, lo que da lugar a la citada capitalización de las diferencias impagas. En resumen: como no se conoce el quantum de la capitalización de intereses, se especula con fundamento que el superávit fiscal obtenido por Milei por medio del duro ajuste recesivo que viene aplicando desde hace un año y que está destinado a pagar intereses de la deuda pública, no sería verdadero porque oculta el monto de estos intereses devengados, al transformarlos en más deuda. Conclusiones Si se tienen en cuenta los datos aclaratorios sobre deuda externa presentados por Giuliano y que él denomina deuda perpetua, me permito emitir las siguientes conclusiones: 1) Sólo un dato de referencia: cuando, el 24 de marzo de 1976, se produce el golpe cívico-militar que derrocó a Isabel Martinez de Perón, Argentina tenía una deuda externa de aproximadamente 9.000 millones de dólares. 2) Como parte de mis sospechas y de las de muchos argentinos, pienso que no sólo es importante sino fundamental acercar opiniones de profesionales incuestionables en economía, para aportar una luz sobre políticas de Estado que se convierten -en manos de inescrupulosos- en mentiras que dañan la fe y esperanza de millones de ciudadanos que aguantan semejante atropello, confiando en que sus sacrificios darían los frutos que había promedio el actual Presidente. 3) Hay un viejo refrán que dice: “En boca de un mentiroso, todo se vuelve dudoso”, circunstancia que me lleva a pensar que si el Presidente aún no ha presentado un plan de reactivación laboral y productiva nacional a favor de la sociedad argentina, es porque su propuesta sólo se asienta en la producción extractivista en manos de grandes capitales, esencialmente extranjeros, por lo que de nada vale prometer lo que no se piensa realizar. 4) Finalmente, expreso mi gran desilusión ante la magnitud de la decadencia de la dirigencia política a la cual -por especulación electoral, por pérdida de la conciencia nacional soberana e independiente o directamente por ser cipaya- no le importa la entrega de la Argentina a potencias imperialistas, traicionando el espíritu anticolonialista, que lo distingue al General San Martín, como el padre de la Patria. (*) Ex ministro de Obras Públicas de la Provincia de Córdoba

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