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  • Rebaja de impuestos ¿debate real o parodia?

    » Rafaela Noticias

    Fecha: 03/02/2025 01:50

    Rebaja de impuestos ¿debate real o parodia? Por Mariano Cuvertino, diputado provincial. Desde el anuncio de la baja temporal de las retenciones, el debate por los impuestos encendió las redes y los medios de opinión. ¿Estamos asistiendo a una discusión real sobre la necesidad de reformar el sistema tributario Argentino para que priorice la acumulación de capital, la integración y el aumento de la escala productiva que conlleven al desarrollo económico y social, o asistimos a una nueva parodia para alimentar el algoritmo del odio? En un sistema democrático, republicano y federal como el argentino, la materia tributaria es competencia del Congreso Nacional en su diseño, del poder ejecutivo nacional en su instrumentación y ejecución, y requiere de la coordinación de todos los niveles del estado poder cumplir con las facultades de gobierno de manera eficiente. En este último punto es donde se producen más tensiones, el caso del transporte vale para graficarlo: hay un impuesto nacional vigente a los combustibles, algunas jurisdicciones cobran tasas locales, pero la recaudación de ese gravamen no llega a las provincias, ni en subsidios al transporte ni en rutas, tampoco al mantenimiento de la red vial nacional, que además ahora será privatizada. Tres imposiciones por un mismo servicio que no mejora. Coincidimos con el presidente Javier Milei en que es necesaria una reforma. Desde hace un tiempo venimos sosteniendo que la estructura impositiva argentina es atípica y distorsiva, penaliza con altos impuestos al que invierte y produce. Como contracara, cobra bajos impuestos a los altos ingresos, a los grandes patrimonios y a los consumos suntuosos, como motos y autos de alta gama. Se trata de un sistema tributario inverso al que se aplica en el resto del mundo, incluso al de nuestros propios vecinos latinoamericanos. Gran parte de la retórica incendiaria de esta semana tiene que ver con esta tensión fiscal, en particular con las retenciones. Dicen que para muestra falta un botón: una provincia como Santa Fe, que entre enero y noviembre del año pasado aportó el 53,9% del total recaudado a nivel país en materia de retenciones, no tiene casi participación sobre la renta agrícola. Según el ministro de economía Pablo Olivares, nuestra provincia solo representa el 2% del costo de la carga tributaria por hectárea, mientras que Nación el 76,8%. Otro punto de fricción surge de la decisión de la administración Milei-Caputo de cargar todo el costo del ajuste sobre los hombros de los estados subnacionales. El año pasado el gobierno nacional redujo las transferencias y la inversión real directa en las provincias a valores nunca vistos. Se trató, tal como señalamos varias veces en la Cámara de Diputadas y Diputados de Santa Fe, de un quiebre del pacto constitucional en la República Argentina, por el cual las provincias, preexistentes a la nación, ceden sus recursos para que los mismos vuelvan en obras, en servicios y políticas púbicas. A modo de ejemplo están las principales rutas nacionales, como la 11, la 33 y la 34, por las que se traslada la producción, que son campos minados llenos de baches, o el puente que conecta Santa Fe y Santo Tomé, una obra que era obligación de realizar por los últimos gobiernos nacionales y que el año pasado debió ser clausurado por problemas de seguridad. Fue el gobierno de nuestra provincia, por decisión de Maximiliano Pullaro, el que encaró la construcción de un nuevo puente que costará $37.500 millones de pesos, obra que saldrá del presupuesto provincial y ya está en proceso de licitación. En este contexto sostenemos que de no avanzar con reformas profundas nunca lograremos un sistema tributario coordinado, armónico y progresivo, donde los impuestos sirvan para financiar un estado inteligente y eficiente al servicio de la ciudadanía y no para sostener privilegios. De no dar un giro en la dirección que venimos, continuará la destrucción del aparato productivo y se consolidará el modelo de especulación financiera y explotación de recursos minerales que sobrevive a costa de la renta producida por la agrobioindustria de la Región Centro y otras provincias productivas. Un nuevo sistema tributario El gran cuadro que hay que mirar entonces es el sistema tributario en su totalidad. Se debe invertir la estructura fiscal siguiendo los estándares internacionales, en donde la base de la recaudación sean los ingresos de las personas, los bienes personales y el consumo (con particular incidencia en el consumo de lujo) y no la producción y la inversión. Este ímpetu renovador debe a su vez cumplir con el mandato pendiente de la reforma constitucional de 1994 que establece una nueva ley de coparticipación federal y la creación de un organismo fiscal federal de recaudación y administración tributaria (CN Art 75, inc. 2). La salida es con más republicanismo, con más democracia y con más federalismo, con un estado que tenga recursos para cumplir acabadamente con sus funciones y tenga una conducta presupuestaria responsable y transparente que determine de forma clara en qué se va a gastar el dinero de los contribuyentes y cuáles son los planes de infraestructura necesarios para el desarrollo, económico y social de nuestro país. Superemos el debate incendiario que alimenta la grieta y divide al país, y avancemos en las transformaciones que hacen falta.

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