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» Diario Cordoba
Fecha: 13/01/2025 04:53
La fibromialgia y otras enfermedades crónicas, como la fatiga crónica o el síndrome del colon irritable (esas que se basan en un "error del cuerpo"), son las patologías en las que se está haciendo un peor uso de los opioides, fármacos destinados a tratar el dolor. La prescripción de los mismos sigue una tendencia al alza desde hace años y, si antaño estaban más circunscritos a pacientes oncológicos, cada vez más se usan para tratar el dolor. Es una realidad que certifica también la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). "Se ha perdido el miedo a prescribir opioides mayores como el fentanilo. Hasta ahora se recetaban para pacientes oncológicos -en los que sí que están indicados-, pero se prescriben también en patologías que no son oncológicas, sobre todo del sistema músculo esquelético, como dolores crónicos, lumbalgias o artrosis, señala Beatriz Salazar, del grupo de trabajo de Farmacia Neuropsiquiátrica de la SEFH. "En la carrera de Medicina enseñan muy poco sobre el dolor. Y es imprescindible que los médicos de familia sepamos del tema", dice por su parte la médica de cabecera del CAP Larrard (Barcelona) Aina Perelló, que además es coordinadora del grupo Tradop (Abordatge Transdisciplinar del Dolor Persistent) de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària (Camfic). Perelló precisa que, para el dolor crónico, los opioides "no son la primera opción", pese a que lo están recetando muchos doctores. "Lo que sabemos hacer nosotros, los médicos, es dar medicamentos. Pero quizá la primera persona que tiene que ver a un paciente no es el médico, sino el fisioterapeuta", señala. Reconoce, sin embargo, que a menudo las largas listas de espera empujan a la medicación, esto es, al alivio rápido y fácil de los dolores. "A quienes más recetamos es a las mujeres mayores de nivel socioeconómico bajo. Las de nivel socioeconómico alto van al fisio, van al psicólogo... Las otras tienen más dolor", reconoce. Más dolor La prescripción de opioides aumenta, dice, porque "cada vez hay más dolor". Sin embargo, los opioides "no sirven para los dolores crónicos" y, en muchos casos, "los empeora". "Para la fibromialgia no deben recetarse opioides y se está dando sobre todo fentanilo [un opioide considerado mayor, frente al tramadol, que es menor]", dice esta doctora, autora de la tesis 'Prescripció d'opioides forts en el tractament del dolor crònic no oncològic per part dels metges de família de Catalunya'. Según esta investigación, un 18% de los médicos de todos los CAP catalanes tratan la fibromialgia con opioides. "Estamos drogando a la gente, creando yonkis. Cuando les quitamos los opiaceos, vemos que se espabilan", opina Perelló, quien destaca que, para el dolor crónico no oncológico, el "último recurso" son siempre los opioides. El primero, el ejercicio terapéutico o la terapia psicoeducativa. De hecho, la propia Conselleria de Salut destaca que "la evidencia sobre la eficacia del tratamiento a largo plazo del dolor crónico no oncológico con opioides es muy limitada" y que, "por el contrario, los riesgos son conocidos". Programas de ejercicio Con todo, cada vez hay más centros de salud con programas de ejercicio para tratar el dolor. Uno de ellos es el CAP Larrard, donde trabaja la doctora Perelló, quien advierte también de las "combinaciones peligrosas" de opioides y benzodiacepinas. "Estas mezclas aumentan la mortalidad al incrementarse el riesgo de caídas, fracturas y presión respiratoria", apunta. Y, por último, señala el coste de todos estos fármacos. "Es dinero del Estado. Y luego hay que sumarle todo el dinero de las fracturas de cadera e incapacidades de trabajo", concluye.
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