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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 09/01/2025 08:53
Según Volker Nehring, las hormigas aprenden de sus experiencias y pueden guardar rencor, desafiando la idea de que actúan como robots preprogramados (Imagen Ilustrativa Infobae) Un reciente estudio publicado en Current Biology por un equipo de biólogos evolutivos de la Universidad de Friburgo, Alemania, desentrañó un sorprendente aspecto del comportamiento de las hormigas: no solo reconocen a sus enemigas de otras colonias, sino que pueden recordar encuentros hostiles pasados y actuar en consecuencia. El olfato: el arma secreta de las hormigas Las hormigas confían en su desarrollado sentido del olfato para diferenciar entre las de su propia colonia y las ajenas. Este mecanismo les permite identificar aliados y potenciales competidores cuando buscan comida. Según Volker Nehring, investigador y coautor del estudio, explicó según Phys Org: “A menudo tenemos la idea de que los insectos funcionan como robots preprogramados. Nuestro estudio aporta nuevas pruebas de que, por el contrario, las hormigas también aprenden de sus experiencias y pueden guardar rencor”. El “efecto vecino desagradable” describe cómo las hormigas son más agresivas con colonias vecinas por encuentros hostiles frecuentes (Current Biology) En las pruebas realizadas, se demostró que las hormigas recuerdan olores específicos asociados con encuentros agresivos y ajustan su comportamiento en futuros enfrentamientos. Así, son más hostiles hacia aquellos individuos cuyo olor asocian con experiencias negativas. El “efecto vecino desagradable” El fenómeno conocido como “efecto vecino desagradable” describe cómo las hormigas son más agresivas con colonias vecinas que con colonias más alejadas. Esto ocurre porque, al estar más cerca, los encuentros hostiles son más frecuentes. Los experimentos realizados por el equipo de Nehring confirmaron que las hormigas son capaces de aprender de estas interacciones, lo que mejora su capacidad para identificar enemigos cercanos. Los investigadores llevaron a cabo encuentros controlados entre grupos de hormigas de distintas colonias. En estos enfrentamientos, las hormigas utilizaron sus mandíbulas afiladas, pero además, en situaciones extremas, llegaron a rociar ácido fórmico. Para evitar lesiones graves, los científicos intervinieron antes de que las peleas se intensificaran demasiado. El comportamiento de las hormigas también cambia según la intensidad de los enfrentamientos. Cuando se enfrentaron a colonias más pasivas, las hormigas tendieron a comportarse de forma más tranquila. Las hormigas utilizan aprendizaje asociativo para desarrollar plantillas de reconocimiento y vincular olores con experiencias previas desfavorables (Imagen Ilustrativas Infobae) Esta variabilidad demuestra que el aprendizaje asociativo les permite ajustar su respuesta defensiva según la naturaleza del enemigo, según informó el medio científico Popular Science, que reportó la investigación. Un aprendizaje basado en agresión El estudio también analizó cómo las hormigas desarrollan plantillas de reconocimiento basadas en el aprendizaje asociativo. El equipo de investigación planteó que la agresión actúa como un estímulo incondicionado que se vincula con las señales químicas específicas de los enemigos. Gracias a este mecanismo, las hormigas pueden asociar los olores de colonias agresivas con experiencias desfavorables previas, lo que provoca que su comportamiento sea más hostil en encuentros posteriores con los mismos oponentes. Nehring y su equipo realizaron varios experimentos: en uno de ellos, las hormigas fueron expuestas durante cinco días consecutivos a individuos de colonias agresivas. Al sexto día, al encontrarse nuevamente con estos enemigos, las hormigas mostraron niveles significativamente más altos de agresión en comparación con encuentros con colonias desconocidas. Durante cinco días, hormigas expuestas a colonias agresivas mostraron niveles más altos de agresión en encuentros posteriores (Imagen Ilustrativa Infobae) El futuro de la investigación sobre hormigas y más insectos Este descubrimiento abre nuevas preguntas sobre la capacidad de aprendizaje y memoria en los insectos. Los investigadores planean profundizar en cómo las hormigas pueden adaptar sus receptores olfativos a partir de estas experiencias. Como concluyó el estudio: “El aprendizaje asociativo desempeña un papel crucial en la formación de plantillas de reconocimiento tanto de compañeras de nido como de no compañeras de nido”. Además, ahora los científicos tienen la intención de explorar cómo esta capacidad podría influir en la organización social de las colonias, así como en su estrategia de defensa frente a intrusos. El comportamiento de las hormigas ofrece una valiosa perspectiva sobre cómo los organismos sociales optimizan su capacidad de defensa y cooperación. Este estudio, disponible en acceso abierto, destaca la sofisticación de estos insectos, quienes con cerebros diminutos son capaces de desarrollar estrategias basadas en experiencia y memoria.
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