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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 01/01/2025 16:33
El estudio relacionó la actividad física con cerebros más jóvenes y menos riesgos de enfermedades (Imagen ilustrativa Infobae) En un mundo con más de 50 millones de personas con demencia, cifra que se estima puede triplicarse en los siguientes 25 años, la salud cerebral es un tema crucial que cada vez es más objeto de investigación por parte de la ciencia. Un nuevo estudio, dirigido por científicos del Instituto Karolinska y la Universidad de Gotemburgo en Suecia, analizó distintas señales biológicas para estimar la edad cerebral en personas de 70 años sin deterioro cognitivo. ¿Cuál fue la conclusión a la que llegaron? En su análisis de 739 personas destacaron la importancia de la salud vascular (de los vasos sanguíneos) para mantener el cerebro joven. Hábitos como la actividad física regular, seguir una dieta saludable, dejar de fumar y controlar los niveles de glucosa pueden mejorar la salud vascular. “Una conclusión del estudio es que los factores que afectan negativamente a los vasos sanguíneos también pueden estar relacionados con cerebros de aspecto envejecido, lo que demuestra lo importante que es mantenerlos sanos para proteger el cerebro”, dijo la neurobióloga Anna Marseglia, del Instituto Karolinska. Una presión arterial adecuada y buena salud cardiovascular benefician el cerebro y contribuyen a evitar enfermedades como la demencia (Imagen Ilustrativa Infobae) Los investigadores afirmaron que “un mayor BAG (cerebros de aspecto más viejo) se asoció con inactividad física, diabetes y accidente cerebrovascular, mientras que la prediabetes se relacionó con un BAG menor, es decir, cerebros de aspecto más joven. La actividad física mitigó el vínculo entre la obesidad y el BAG”. Se observaron algunas variaciones entre hombres y mujeres (por ejemplo, los niveles de glucosa influyen más en la edad cerebral en los hombres), algo que los investigadores piensan seguir estudiando en el futuro. Cerebro y envejecimiento Para realizar el estudio, el equipo utilizó un modelo de inteligencia artificial de aprendizaje profundo para evaluar la edad cerebral a partir de resonancia magnética, habiéndolo entrenado previamente en más de 18.000 exploraciones de resonancias de personas sin problemas cognitivos. Luego se cruzó la información de las muestras de sangre con las edades cerebrales evaluadas, junto con datos recopilados por los investigadores sobre diversos factores de estilo de vida, condiciones médicas y pruebas cognitivas. Los científicos usaron resonancias magnéticas y muestras de sangre para estimar la edad cerebral en un estudio con 739 participantes (Imagen Ilustrativa Infobae) El geriatra clínico Eric Westman, del Instituto Karolinska, dijo: “El algoritmo es una herramienta de investigación que aún necesita más evaluación, pero nuestro objetivo es que también tenga uso clínico en el futuro, por ejemplo en investigaciones sobre demencia”. Los científicos están interesados en estudiar el vínculo con la demencia porque los cerebros más viejos tienden a tener mayor riesgo de desarrollar esa enfermedad, como así también Alzheimer, y los hallazgos sugieren formas de protección contra ese deterioro cognitivo. “A pesar de la reciente introducción de nuevos medicamentos contra el Alzheimer, no funcionarán para todas las personas con demencia, por eso queremos estudiar qué puede aumentar la resistencia del cerebro contra los procesos de envejecimiento patológico”, afirmó Marseglia. Como las mujeres y los hombres parecen tener diferentes factores relacionados con el envejecimiento cerebral, el equipo piensa investigar cómo se desarrolla la resiliencia cerebral con una mirada más cercana a los determinantes biológicos (como las hormonas) y los factores socioculturales. Investigadores destacaron la relación entre la salud vascular y el envejecimiento cerebral (Imagen Ilustrativa Infobae) “El año que viene lanzaremos un estudio para entender cómo la salud social –incluyendo el compromiso social, la conexión y el apoyo– en la mediana y avanzada edad, junto con el sueño y el estrés, influyen en la resiliencia del cerebro, con un enfoque en los factores de salud de las mujeres”, concluyó Marseglia. 12 hábitos para cuidar la salud cerebral Realizar acciones para conservar un cerebro sano es esencial para evitar enfermedades, envejecimiento y discapacidad. “El 90% de los accidentes cerebrovasculares, el 40% de los casos de demencia y el 30% de las epilepsias se pueden prevenir”, destacó la Federación Mundial de Neurología, por lo tanto, recomienda adoptar hábitos saludables de vida: La dieta mediterránea y alimentos ricos en antioxidantes están vinculados a la salud cerebral (Imagen ilustrativa Infobae) 1. Seguir una alimentación saludable. La dieta mediterránea, rica en frutas, verduras, pescado, aceite de oliva y nueces, ha demostrado tener beneficios para la salud cerebral. Además, consumir alimentos ricos en antioxidantes y ácidos grasos omega-3 (pescado, semillas de lino o de chía y nueces), puede ayudar a proteger el cerebro contra el daño oxidativo y la inflamación. También es importante evitar el consumo excesivo de alcohol y reducir el de sal. El sodio eleva la presión arterial, por lo tanto, reducir el consumo diario es una sencilla forma de prevenir la hipertensión 2. Mantener una buena hidratación. La deshidratación afecta al rendimiento cognitivo, particularmente en tareas que involucran atención, función ejecutiva y coordinación motora. ¿Cuánta agua beber a diario? Se recomienda tomar entre 2 y 2.5 litros de agua al día. 3. Hacer ejercicio físico de forma regular. La actividad aeróbica, como caminar, correr o nadar, mejora la circulación sanguínea y promueve la neurogénesis, mientras que el entrenamiento de fuerza ayuda a mantener una buena función cognitiva. Caminar tres veces por semana reduce el riesgo de demencia (Imagen Ilustrativa Infobae) Las sociedades científicas aconsejan 150 minutos semanales de ejercicios aeróbicos (30 minutos, 5 días a la semana). 4. Procurar la estimulación cognitiva constante, mediante el aprendizaje y la socialización frecuentes. Estos son esenciales para mantener las funciones cognitivas. 5. Tener una buena higiene del sueño, con horarios regulares y un ambiente adecuado, es crucial para la salud cerebral. 6. Realizar controles de audición regulares y en caso de ser necesario, utilizar audífonos. El riesgo de demencia aumenta con la hipoacusia (disminución de la audición). Se ha encontrado que este trastorno, medido por audiometría, se asocia con una disminución del volumen de algunas áreas cerebrales relacionadas con la memoria, como el hipocampo y la corteza entorrinal”, dijeron los doctores Leandro Patrone y Leandro Miguel Kim, miembros del Departamento de Geronto-Neuropsiquiatría y de la Clínica de la Memoria de INECO en una nota reciente. Lo que es bueno para el corazón, es bueno para el cerebro, dicen los expertos (Imagen ilustrativa Infobae) 7. Evitar el cigarrillo. El consumo de tabaco aumenta cuatro veces el riesgo de padecer un evento cerebrovascular, dijo el doctor Ignacio Previgliano, médico neurólogo, ex-director Médico del Hospital General de Agudos J. A. Fernández, especialista en Neurología y Terapia Intensiva. Por otra parte, los profesionales de INECO dijeron: “Los fumadores tienen un mayor riesgo de demencia que los no fumadores, y un mayor riesgo de muerte prematura. Esto puede deberse a varios factores, tales como el daño a los vasos sanguíneos y la inflamación crónica en varios órganos del cuerpo, entre los cuales se encuentra el cerebro”. 8. Manejar el estrés mediante técnicas de relajación como el yoga, la meditación y el mindfulness. 9. Moderar el uso de la tecnología. Es fundamental evitar los riesgos de su utilización excesiva porque afecta negativamente el sueño, esencial para la salud cerebral. 10. Protegerse contra traumatismos usando casco y cinturón de seguridad. Las técnicas de relajación como el yoga, la meditación y el mindfulness ayudan a manejar el estrés, enemigo del cerebro (Imagen ilustrativa Infobae) 11. Fomentar la interacción social y combatir la depresión: “La depresión y la incidencia del deterioro cognitivo están intrínsecamente relacionadas. Se debe tener en cuenta que la depresión también puede formar parte de los primeros síntomas de una demencia”, dijeron los profesionales de INECO. En ese sentido, el contacto social es considerado un factor protector de la reserva cognitiva, la capacidad de cada individuo de enfrentar y adaptarse a los cambios neurocognitivos. “Varios estudios afirman que el aislamiento social aumenta el riesgo de demencia. Por lo tanto, es recomendable llevar una vida socialmente activa, dentro de lo posible, buscando realizar actividades en conjunto con otras personas”, recomendaron los expertos. 12. Controlar los factores de riesgo cardiovascular: la presión arterial, el colesterol y el peso. “Diferentes estudios demuestran que aquellos adultos mayores que cuentan con parámetros cardiovasculares ideales, presentan un riesgo 10 años más bajo de desarrollar una demencia. Aquellas personas con una presión arterial alta persistente, presentan un riesgo de demencia mayor, incluso sin enfermedad cardiovascular”, dijeron los profesionales de INECO, y añadieron: “Mediante estas medidas no solo se protege el cerebro, sino también el corazón y las arterias en otras partes del cuerpo”.
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