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» El litoral Corrientes
Fecha: 18/11/2024 04:30
n En la historia contemporánea, la primera grabación de voces paranormales que se conoce, ocurrió en la lejana Siberia en 1901. En aquella fecha un antropólogo norteamericano llamado Waldemar Bogras, se encontraba estudiando los usos y costumbres de una tribu norteamericana. Con la intención de registrar los cánticos rituales de los chamanes, Bogras había llevado uno de los primeros fonógrafos que captaban el sonido a través de una gran trompeta y lo registraba a través de un rollo cilíndrico. Al escuchar una de las grabaciones, el antropólogo pudo comprobar que entre las manifestaciones propias del ritual, se escuchaban unas voces que por momentos eran más fuertes que las voces de los chamanes, como si hablaran directamente en la boca de la trompeta. Fuera de este contexto y sin buscar contacto alguno, el médico italiano Ferdinando Cazamalli realizó algunas experiencias con varios sujetos que poseían determinados desequilibrios físicos, entre los años 1923 y 1925. Cazamalli buscaba respuestas sobre cual era la naturaleza física del fenómeno de la telepatía y cuál era el mecanismo que producía el traspaso de información de una mente a otra. En el curso de sus investigaciones recibió extrañas voces paranormales en un receptor de radio aun cuando este estaba protegido por una jaula de Faraday. Esto llevó a pensar, con la convicción de que eran los sujetos estudiados quienes provocaban el fenómeno de que la telepatía se propagaba en forma similar a las ondas de radio. Las primeras voces grabadas en cinta magnética, quizás sean las que se obtuvieron en el laboratorio de Física de la Universidad Sagrado Corazón de Milán, por los padres Gemelli y Pellegrino Ernetti, el 17 de septiembre de 1952. Ambos sacerdotes estaban grabando cantos gregorianos en un antiguo aparato. En una de sus sesiones grabaron una extraña voz que no debería estar allí. A este primer registro le sucedieron otros y las investigaciones de los sacerdotes sobre este fenómeno, se prolongaron durante toda la década, haciendo pruebas de laboratorio sobre la obtención de voces. Años más tarde en 1986, el padre Pellegrino Ernetti concedió una entrevista a la revista italiana “Oggi” (Hoy) donde pormenorizó sobre los detalles de la investigación desde 1952. Luego se incorporaron investigadores norteamericanos quienes lograron grabaciones pero sus colegas no le dieron mayor importancia a la obtención de voces. Otros investigadores habían logrado por aquellas fechas grabar voces paranormales, aunque muchas no se escuchaban bien, solo como un pequeño susurro. Ante esta situación se decidió suspender los experimentos durante algunos meses. Luego de reanudadas las pruebas se encontraron con un “mensaje” que siempre se repetía y y que invitaba a seguir escuchando. En un magnetófono, uno de los científicos escuchó una voz fuerte y clara que decía “espera, espera, escúchanos, tenemos algo que decir.” Ante esta circunstancia el grupo se decidió volcarse plenamente a la investigación de este fenómeno. Después de varios meses de pruebas y con la convicción de que las voces de las cintas pertenecían a seres ya fallecidos, desencarnados, se presentaron las grabaciones con las voces a los miembros de la Sociedad de Parapsicología de Estocolmo, aunque como era de esperar, no le dieron demasiada importancia al fenómeno. El desinterés de los parapsicólogos suecos por las extrañas voces, no fue motivo de desaliento para el grupo y el profesor Jurgenson en especial, quien en 1964 publicó su primer libro bajo el título “Voces del Universo” donde además de describir detalladamente la metodología necesaria para obtener las voces, manifestaba su opinión. Para él las voces no provenían de ningún elemento físico sino que procedían del más allá. Algún tiempo después Jurgenson publicó su segundo libro con el arriesgado título “Comunicaciones por radio con los muertos” donde afirmaba sin ningún tipo de reservas que era posible mantener comunicaciones relativamente fluidas no solo con personas allegadas ya fallecidas, sino que también su método servía para comunicarse con personajes históricos de todas las épocas. Jurgenson comenzó a interesarse en la temática más profundamente cuando una vez que estaba trabajando y haciendo experimentos en una radio, creyó sentir una voz en alemán que lo llamó por su nombre y luego le contó cosas sobre Rusia. En otras ocasiones escuchó voces en otros idiomas, como por ejemplo italiano y húngaro, cabe destacar que Jurgenson era un experto políglota que sabía varios idiomas, por lo cual pudo distinguir perfectamente las voces. A veces las voces eran muy suaves, casi inaudibles y Jurgenson debió recurrir a llevar al máximo el volumen, para escucharlas. Pero aún con dificultad logró hacerlo y sacar importantes conclusiones al respecto, hoy con la tecnología actual, se logró ampliar grandemente el rango de las voces y sentirlas claramente, sin dejar ninguna duda. Posición científica. Ante esta gran afirmación, los científicos de entonces no refutaron ni debatieron en ningún momento la tesis de Jurgenson, sino que simplemente lo ignoraron a él y sus libros. Otro tanto hicieron los parasicólogos, a excepción de Konstantin Raudive, quien en aquellos años resisidía en Suecia. Este hombre llevaba años investigando fenómenos relacionados cona la Prapsicología, en especial todos los relacionado con la vida después de la muerte, habiendo publicado el libro sobre el tema El Hombre del Caos. Raudive conoció a Jurgenson en 1964 y le pidió que reprodujera ante el el fenómeno de las voces. Así lo hizo Jurgenson quien hizo escuchar a Raudive y un grupo de amigos una selección de sus mejores registros de voces. Raudive quedó impresionado con el fenómeno de las voces y vio en él una oportunidad para demostrar, con métodos empíricos, la supervivencia de algún tipo de vida después de la muerte física. Hoy la existencia de vida después de la muerte no admite ninguna discusión por todos los hechos que respaldan esta afirmación y que casi todas la religiones lo admiten sin dudas.
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