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» Diario Cordoba
Fecha: 20/09/2024 03:37
Da gusto comprobar que en el Ayuntamiento quedan políticos empeñados en satisfacer por entero cada una de las necesidades de la ciudadanía cordobesa. Incansables trabajadores en pro del bien común que se desvelan para que no nos falte de nada. Vaya desde aquí mi más cordial enhorabuena a uno de esos encomiables munícipes, el delegado de Fiestas y Tradiciones (entre otras muchas cosas), por esa verbena de San Bernardo que llenó de alegría la zona del Jardín de las Dueñas las noches de 6, 7 y 8 de septiembre. Maravillosa, una verbena maravillosa, sí señor, por mucho que se quejen los tiquismiquis de siempre: que si ruido hasta las tantas, que si botellones y restos de botellones por doquier, que si las calles aledañas convertidas en meaderos pestilentes, que si derecho al descanso, que si ocupación del espacio público a beneficio de entidades privadas... Más de lo mismo. Afirmaciones sin fundamento. Exageraciones sesgadas de quienes se oponen a algo tan saludable como la socialización lúdico-festiva de las cordobesas y los cordobeses. Intoxicación de personas resentidas y amargadas que no colaboran y carecen de la más mínima empatía: ven a un grupo de jóvenes (o no tan jóvenes) aliviando esfínteres en las puertas de sus casas (algo totalmente excepcional que en contadísimas ocasiones se produce) y no son capaces de pensar que esas criaturas están haciendo lo que están haciendo con todo el dolor de su corazón porque las pobres no pueden más. Verdaderamente ha sido un acierto municipal detectar que la celebración de las Cruces de mayo en esa zona de las Dueñas no era suficiente para colmar los deseos de fiesta del personal. Había desazón, vacío, un hueco para el disfrute comunitario que había que rellenar. No obstante, si hubiera que poner un pero, uno diría que se han quedado cortos con esta verbena. La misión principal de la corporación gobernante es articular cuantas iniciativas sean precisas para procurar el bienestar de toda la población. De toda, viva donde viva. Por eso sería conveniente que otras zonas pudieran disfrutar de una verbena como la de San Bernardo, también aquellas en las que viven los miembros del equipo de gobierno, por supuesto, claro que sí, no van a ser ellos menos que nadie. Verbenas. Hacen falta verbenas. Muchas verbenas al mismo tiempo. Verbenas por todas partes. Como las Cruces pero sin cruces. Córdoba podría convertirse en un referente nacional e internacional en la organización de eventos tan entrañables. Ahí hay un nicho de desarrollo, una ventana de oportunidad a la que todavía no nos hemos asomado. Una Córdoba moderna y próspera debería avanzar en ese sentido. Sin duda. Tengo el lema, señor alcalde. Me acaba de venir el eslogan, señor delegado de Fiestas y Tradiciones (entre otras cosas). Ya visualizo la flamante tipografía en el lateral de un autobús de Aucorsa: «Córdoba verbenera: que el ritmo no pare». Suscríbete para seguir leyendo
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