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  • Julio Romero de Torres, cara a cara con la modernidad

    » Diario Cordoba

    Fecha: 20/09/2024 03:37

    Ya no hay excusa. Los amantes del arte contemporáneo que se abstenían de visitar el museo Julio Romero de Torres de Córdoba por considerar que era un lugar anclado en el pasado tendrán la ocasión de verlo ahora desde otro punto de vista, en un cara a cara con la modernidad que a buen seguro romperá cualquier tópico. Y los seguidores fieles del autor, del pintor que rompió moldes en su época y que ha vendido durante más de un siglo la marca Córdoba por todo el mundo, también tendrán la oportunidad de asistir a una nueva lectura de su obra y constatar la absoluta vigencia de su mirada. El museo Julio Romero de Torres ha aprovechado el 150 aniversario de su nacimiento para quitar cualquier resto de caspa al museo, que ha sido sometido a una intervención global para la ocasión en un intento de revisar la producción pictórica del autor y ponerla en el foco no solo de los cordobeses sino de toda España y proyectar el nombre y la obra del artista a partir de una original propuesta que, según el director del museo, Enrique Ortega, podría abrir nuevas líneas de investigación en torno a su figura. A la altura de los más grandes El interés que despertó Romero de Torres en el Museo Nacional de Arte Reina Sofía, donde acudía recientemente como obra invitada La Chiquita Piconera, expuesta en Madrid junto a los grandes nombres residentes de la pinacoteca, dan idea de que Julio Romero es mucho más que el pintor de la mujer cordobesa y sin desmerecer esa visión, lo resitúa como un autor a la altura de los más grandes de su época y de la contemporaneidad. El museo Julio Romero de Torres abrirá sus puertas esta tarde a la muestra Romero de Torres, pintor de la modernidad. Diálogo con la Colección Telefónica, la primera de las dos exposiciones organizadas por el Ayuntamiento de Córdoba este año, que se podrá visitar hasta el próximo 8 de diciembre. El reto del montaje Su montaje ha sido todo un reto. En los 15 días que el museo ha permanecido cerrado, se ha llevado a cabo a contrarreloj, y gracias a la implicación de todo el personal de la casa, una tarea de acicalamiento del espacio que ha sacado fuera cualquier resto de caspa para ponerlo a punto de cara a tan importante efemérides. 'Seduzir' de la fotógrafa portuguesa Helena Almeida, se expone junto a 'La copla' de Julio Romero de Torres. / Víctor Castro Además de limpieza y pintura del museo, se ha restaurado la escalera de acceso, se ha redistribuido la recepción y se ha organizado el montaje de todas las obras que permanecen, algunas de ellas en diálogo directo con las que han llegado procedentes de la Colección Telefónica, al tiempo que se han desmontado y trasladado las que se expondrán del 30 de septiembre al 1 de diciembre en la Sala Vimcorsa, que en su caso entablarán conversación con las obras de su contemporáneo vasco, Ignacio Zuloaga. Los empleados del museo y las empresas contratadas para los trabajos complementarios daban ayer los últimos retoques al espacio para dejarlo listo de cara a este viernes. «Con la llegada de las obras de la Colección Telefónica, el museo casi que duplica su valor en este momento», comentaba el director del museo, muy satisfecho con el resultado y expectante por la respuesta del público. «En este momento, la mayoría de los que nos visitan son turistas nacionales, además de las visitas organizadas de grupos y centros escolares», señala Ortega, «con esta exposición, esperamos conectar con otros sectores, atrayendo a otro tipo de turistas interesados en el arte y la cultura, y también a los cordobeses para los que este museo sigue siendo un lugar desconocido». El contenido de la exposición En la exposición, comisariada por Óscar Fernández y Laura Ramón, algunas de las obras más emblemáticas de Julio Romero de Torres se podrán ver junto a cuadros de autores del siglo XX como La Chanteuse de Juan Gris, impulsor junto a Picasso de la pintura cubista. «El lenguaje matemático e intelectual de la representación cubista versus la tragedia de la pasión y el lirismo de la mujer pintada por Romero de Torres», destacan Fernández y Ramón. También se sentarán al lado de fotografías de autoras de renombre como Ouka Lele, con su Inocencia y Juventud, y la finlandesa Salla Tykkä, que aborda en su obra la mirada, el género y la memoria y de la que podremos contemplar su serie Anni (2002), que posará sus ojos sobre diversos retratos de mujer del cordobés. Vista de una de las salas del Museo que acogen la exposición. / Víctor Castro Especialmente llamativas son las conversaciones que se generan entre la fotografía contemporánea y la pintura de Julio Romero de Torres, algunas de las cuales, con o sin inspiración directa, parecen calcos de sus ideas en cuanto al planteamiento, ejecución o simbolismo, según los casos. Es lo que ocurre, por ejemplo, con la obra de Paul Graham Woman with golden face y En la Rivera, de Julio Romero de Torres, cuyo paralelismo sorprende a primera vista, por más que los lenguajes sean tan dispares, al igual que sucede con la Pietá de la serbia Marina Abramovic, una obra inspirada en la escultura de Miguel Ángel y que encaja de forma natural con la escena de El pecado de Romero de Torres. Una de las imágenes más impactantes que se exponen en el museo de la Colección Telefónica es el retablo fotográfico del cineasta Sam Taylor-Johnson, Soliloqy, que se puede ver en la sala de la planta baja, pero que dialoga cara a cara y sin complejos con varios cuadros de Julio Romero de Torres como La muerte de Santa Inés (1920). Visitas guiadas o visita libre Enrique Ortega recuerda que habrá visitas guiadas durante el tiempo que dure la exposición para quienes deseen una lectura de las interpretaciones que han salido de la cabeza de los comisarios. Sin embargo, «esa no es la única forma de ver una muestra como esta, también es recomendable empezar por un visionado más libre, ya que cualquier persona sensible al arte podrá observar los paralelismos que existen entre las obras enfrentadas y sacar sus propias conclusiones». Resulta difícil explicar lo que sugiere esta exposición, que merece la pena contemplar aunque se quede corta debido al espacio reducido con que cuenta el museo, que posee la mayor colección de obras del autor en muy pocos metros cuadrados. Envueltas en sus marcos dorados, esos que transportan al espectador a la época de Julio Romero de Torres, las mujeres que habitan dentro de los cuadros adquieren una nueva dimensión mucho más actual, como si al rodearlas de otras compañías cobraran nueva vida. Los temas que trata, ligados directamente a la mujer como protagonista indiscutible, también permiten un nuevo enfoque visto desde el prisma de la actualidad. Puede que guste o que disguste, difícilmente será una exposición que no diga nada. En cualquier caso, si tienen ocasión, no dejen de verla. Aunque solo sea para criticar con conocimiento de causa. Suscríbete para seguir leyendo

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