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  • Subestimar o sobreestimar, peligroso dilema para la política

    » La Prensa

    Fecha: 24/04/2024 21:40

    "Yo lo comparo con mi perro, que es divino, chiquito, un maltés, y que me quiere un montón. Pero vos le tocás la comida de la boca y te tira un mordisco, y se te viene encima, con los dientes. Te los muestra y te muerde. Te muerde. Yo creo que eso es Javier Milei con la macroeconomía”. La definición le corresponde al economista Claudio Zuchovicki y es, como de costumbre en sus expresiones, muy gráfico. Ayuda para entender dónde está casi la única prioridad que tiene el Presidente. Ordenar la macro para que luego pueda ordenarse la micro. Excelente, siempre y cuando no jueguen las negras. Y la política no es tan lineal ni predecible para esperar los resultados de una y de la otra sin atravesar turbulencias. ¿CISNE NEGRO? Quedó demostrado esta semana muy claramente. La cadena nacional que encabezó Javier Milei el lunes mostró los alcances de la reducción del gasto público al que definió como “una hazaña en la historia”. Por la profundidad y la velocidad. Aquellos que lo cuestionan argumentan que hay dudas sobre el sustento de este camino en el tiempo. Es en esta política de hachar y hachar que se enmarca el ¿cisne negro? del recorte universitario. Los pases de facturas están a la orden del día de quien “no la vio” venir en el gobierno. Subestimar la labor de hacer política ya se vio durante el gobierno del PRO. Marcos Peña era uno de los ojos de Mauricio Macri, como ahora lo es Santiago Caputo, todopoderoso sin cargo formal, pero con tanto poder que ordena gran parte de lo que sucede en el universo libertario. Su despacho en la Casa Rosada se parece a la ciudad de Londres por el espeso humo del tabaco que consume sin parar y, además, tiene la costumbre de recibir a sus invitados con los pies arriba del escritorio, cuentan quienes han ido a visitarlo. Le destacan su inteligencia, pero ponen en duda su capacidad política para que el gobierno no caiga en errores evitables. Algo similar le pasa a quienes rodean a Milei. No se sabe si porque lo escuchan del Presidente o ya fueron absorbidos por el microclima del poder del que casi nadie puede zafar. Alguna vez titulamos: tentaciones de la casta. Tarea para psicólogos de explicar si lo que suele criticar con dureza es lo que, en definitiva, se desea tener. Es cierto que dirigentes políticos se subieron y fogonearon un reclamo que asoma lógico si el miedo es que se caiga el financiamiento de las Universidades. Pero ese miedo y la reacción posterior es muy distinto a que pueda ser capitalizado por esos mismos dirigentes como Axel Kicillof, Sergio Massa, Martín Lousteau, Emiliano Yacobitti, sindicalistas, movimientos sociales o de derechos humanos, por mencionar algunos de los tantos que se acercaron a la plaza. Sería sano que nadie se crea lo que no es, ni el gobierno que subestime esta reacción, ni sectores de la oposición que crean ver una reivindicación a lo que creyeron en algún momento haber sido. La sola posibilidad de contaminar con la política partidaria, le hace perder legitimidad a preocupaciones lógicas. El Gobierno sostuvo que cerrar las universidades públicas no está en sus planes. Sí discutir su financiamiento. La marcha fue transversal, y la Universidad pública es, mayormente, de la clase media. La misma que varía en sus comportamientos electorales cada dos años según sienta su vida en esos momentos. La proliferación de universidades en el conurbano bonaerense es una realidad. Como también lo es que detrás de ellas haya intereses políticos y muchas contienen militancia política del peronismo o del kirchnerismo. Pero también es cierto que han generado un movimiento educativo muy trascendente en los propios barrios. La gran mayoría de los jóvenes que asisten a esas aulas son primera generación de universitarios. Muchos de ellos salieron a protestar a pesar de haber votado a Javier Milei, cansados de la política tradicional. Los intendentes lo saben muy bien y ponen mucho esfuerzo para lograr que avancen las sedes. Casos recientes así lo demuestran. José C. Paz, Mario Ishii lleva adelante la construcción de las sedes donde funcionará la facultad de robótica y ya inauguró la de medicina. El intendente de Pilar, Federico Achaval se ha puesto al frente de la petición para que sea aprobada la Universidad que logró tener sanción a finales de 2023 y ahora está en duda su puesta en marcha por la política del Gobierno Nacional. A los efectos, se llevó adelante una presentación judicial. El funcionario que está a cargo -al momento- de la política universitaria nacional es Alejandro Alvarez, hijo del fundador de Guardia de Hierro. Se suele acudir a esa referencia familiar para explicar quien es hoy el funcionario del gobierno libertario. Pero se puede cometer un error en basarse sólo en lazos familiares para entender acciones. Aquellos que transitaron los últimos años en la vida del “Gallego” recuerdan los desacuerdos que mantenían y las diferencias políticas profundas entre ellos. En algo tiene sí tiene razón Cristina Kirchner cuando escribió una extensa carta el 14 de febrero. Y en uno de sus párrafos dijo: “Milei obtuvo el 56% de los votos en el balotaje que definía quién sería el Presidente de la República, pero en la elección general que se vota la representación parlamentaria, sólo obtuvo el mismo tercio de votos que había logrado en las PASO. Se conformó de esa manera un Poder Legislativo fragmentado donde el peronismo es la primera minoría en ambas Cámaras. La legitimidad de origen que da el voto popular no debe hacerle perder de vista al actual mandatario la legitimidad de ejercicio en la gestión de gobierno, que sólo podrá ser lograda a partir de mejorar la calidad de vida de los argentinos”. Es así, más allá de los prejuicios que podrían inundar a la emisaria del mensaje. TERRENO RESBALADIZO Se camina por un terreno resbaladizo. Son enormes los desajustes que se viven en diversos ámbitos y el ordenamiento de los mismos llevará tiempo y mucha tensión. Lo peligroso es, volviendo a lo escrito por CFK, la legitimidad que tengan quienes lo quieran llevar adelante. En ese campo, la economía da mensajes de querer tener previsibilidad a pesar de las fuertes caídas en el consumo y la actividad. Vuelve a ubicarse sobre la mesa la duda sobre el tránsito entre recuperación y aguante social. No es conveniente agitar fantasmas innecesarios producto de errores políticos que erosionan la enorme paciencia que está teniendo la sociedad argentina en este momento. Interesa el último párrafo de la cadena nacional de Javier Milei el lunes pasado. “Quiero decir que nada de todo esto podría ser posible sin el esfuerzo heroico de la mayoría de los argentinos que están sufriendo, pero que saben que este es el único camino posible si queremos un futuro mejor para nuestros hijos. No hay día que pase que no me asombre a mí y a todos los que nos acompañan, la entereza con la que los argentinos están enfrentando este desafío. No hay alternativa más que rendirse a los pies de un pueblo que ha decidido abandonar la esclavitud y a emprender el largo camino por el desierto hacia la tierra prometida, con el compromiso de que quienes formamos parte de este gobierno vamos a dejar la vida para sacar este país del infierno que hemos recibido. Muchas gracias, que Dios bendiga a los argentinos y que las fuerzas del cielo nos acompañen”. La apelación a una gesta de características religiosas habla de abandonar la esclavitud. Nada más liberador que estudiar para lograrlo. Ya lo decía el economista fallecido Tomás Bulat: “Cuando se nace pobre, estudiar es el mayor acto de rebeldía contra el sistema. El saber rompe la cadena de la esclavitud”. El Gobierno debería medir si lo que sucedió el miércoles es el comienzo de una rebeldía que ya tendrá tiempo de encontrar quien la encarne.

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