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» LaprovinciaSJ
Fecha: 29/12/2025 09:53
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) quedó envuelta en una fuerte polémica tras la difusión de un informe de Diario La Nación que revela presuntas transferencias por al menos 42 millones de dólares a sociedades fantasmas en Estados Unidos. La investigación expone un entramado financiero complejo, con movimientos millonarios, escasa transparencia y beneficiarios finales poco claros, canalizados a través de una cuenta bancaria de la AFA en ese país. Según el informe, la pieza clave de esta operatoria es TourProdEnter LLC, una empresa creada en Florida en agosto de 2021 que, pocos meses después, fue designada agente comercial exclusivo de la AFA en el exterior mediante un contrato aprobado por el comité ejecutivo presidido por Claudio Chiqui Tapia. Desde entonces, esta firma manejó más de 260 millones de dólares provenientes de sponsors, derechos televisivos y partidos amistosos, operando con cuentas en Bank of America, Citibank, JP Morgan y otras entidades. Entre los principales ingresos figuran transferencias de empresas vinculadas a la Selección Argentina, como Adidas, además de compañías relacionadas con el streaming y la distribución de contenidos. Parte sustancial de esos fondos fue canalizada a través de Adcap Uruguay, que actuó como intermediario financiero para operaciones con bonos y transferencias internacionales. Si bien desde esa firma aseguraron que todo se realizó dentro de la normativa vigente, los balances oficiales de la AFA apenas reflejan esta estructura. El foco más sensible de la investigación apunta a cuatro sociedades radicadas en Florida Soagu Services LLC, Marmasch LLC, Velp LLC y Velpasalt LLC que recibieron en conjunto USD 42 millones. Estas empresas no registran empleados ni actividad comercial real y operan desde direcciones correspondientes a oficinas virtuales, un rasgo típico de las denominadas sociedades fantasma. Detrás de estas firmas aparecen personas domiciliadas en Bariloche, con perfiles económicos que resultan llamativos para el manejo de montos tan elevados: empleados de pequeños comercios, beneficiarios de vivienda social y personas con antecedentes de deudas, quiebras o procesos judiciales. En al menos un caso, una de las sociedades habría recibido transferencias incluso después de haber sido disuelta formalmente. Aunque desde la AFA defendieron la operatoria internacional como una respuesta al cepo cambiario y destacaron el superávit logrado tras el Mundial de Qatar, la investigación deja expuesta una zona gris en la trazabilidad del dinero. La falta de identificación de beneficiarios finales y la escasa desagregación en los balances presentados ante la IGJ mantienen abiertas las dudas sobre la transparencia y el destino real de los fondos administrados por la conducción del fútbol argentino.
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