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» Agencia Nova
Fecha: 29/12/2025 09:47
La Corte Suprema de Justicia volvió a marcar distancia de las causas de alto voltaje político y dejó un mensaje que, en los hechos, enfría cualquier expectativa de definiciones rápidas en los expedientes que involucran a Cristina Fernández de Kirchner. El vicepresidente del máximo tribunal, Carlos Rosenkrantz, sostuvo que la Corte no puede ni debe expresar preferencias sobre el avance ni el desenlace de procesos judiciales sensibles, como la causa conocida como los Cuadernos de las coimas. El standapero Rosenkrantz. The Dude (@Nestor_ius) December 28, 2025 pic.twitter.com/EClkrvs8l4 Rosenkrantz subrayó que la imparcialidad no es una consigna sino una obligación central del rol judicial. En ese marco, aclaró que un juez de la Corte no puede opinar sobre cómo ni cuándo deben resolverse causas concretas, ya sea por corrupción u otros delitos que involucren a funcionarios o exfuncionarios. Hacerlo, explicó, iría en contra del deber institucional que rige a la magistratura. Al referirse específicamente a los expedientes que tienen como protagonista a la exmandataria Cuadernos, Hotesur y el Memorándum con Irán, el juez fue categórico: el ritmo de esas causas depende exclusivamente de los jueces de primera instancia y de los tribunales que los supervisan. Traducido al llano, en la Corte nadie pisa el acelerador ni el freno. Más allá de Cristina, Rosenkrantz también puso el foco en un problema estructural que atraviesa al Poder Judicial: la creciente cantidad de vacantes. A casi un año de la salida de Juan Carlos Maqueda y a más de cuatro de la renuncia de Elena Highton de Nolasco, el máximo tribunal sigue incompleto, una situación que se replica en buena parte de la Justicia nacional y federal. En lo que va del Gobierno de Javier Milei, no se designó ni un solo juez, fiscal o defensor oficial. Al inicio de la gestión libertaria se retiraron 222 pliegos del Congreso y hoy ya se acumulan 313 en el Ministerio de Justicia, a la espera de ser enviados al Senado. Aunque desde la Casa Rosada aseguran que el envío de pliegos es una prioridad, los números cuentan otra historia. Cuando Milei asumió, el 30,5 por ciento de los cargos judiciales estaban vacantes. Hoy ese porcentaje trepó al 32,93 y, con renuncias y jubilaciones en trámite, podría rozar el 36 por ciento. En total, hay 359 cargos sin titular en la Justicia nacional y federal. Mientras tanto, los sillones vacíos se consolidan como moneda de negociación política entre el Ejecutivo y el Congreso. Y en ese tablero, las causas que incomodan al poder incluidas las de Cristina siguen avanzando a un ritmo que no depende ni de discursos ni de presiones, sino de una maquinaria judicial lenta, incompleta y cada vez más tensionada.
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