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» El Sol
Fecha: 28/12/2025 09:26
Brigitte Bardot murió a los 91 años y cerró una de las historias más influyentes del cine del siglo XX. Ícono absoluto de una época, su figura atravesó la pantalla, la moda y las costumbres con una fuerza que redefinió la idea de libertad femenina y dejó una marca que trascendió generaciones. Nacida en París en 1934, Bardot irrumpió en el cine a mediados de los años 50 y alcanzó la consagración con Y Dios creó a la mujer. Aquella película la convirtió en un fenómeno mundial y la instaló como símbolo de ruptura en una Europa que salía de la posguerra. Su presencia magnética, su naturalidad frente a cámara y una sensualidad ajena a los moldes tradicionales modificaron para siempre la relación entre el público y las estrellas. Durante menos de dos décadas protagonizó decenas de películas, trabajó con directores centrales del cine europeo y construyó una imagen que fue imitada, discutida y estudiada. Bardot no solo actuó: impuso una estética, un modo de estar en escena y una forma de libertad que incomodó a los sectores más conservadores de su tiempo. En 1973, en el punto más alto de su popularidad, decidió retirarse de la actuación. Tenía 39 años. Eligió el silencio y se volcó de manera definitiva a la defensa de los animales, una causa que asumió con la misma intensidad que había puesto en su carrera artística. Años después fundó la organización que llevó su nombre y desde allí impulsó campañas internacionales contra el maltrato, la caza y el abandono. Sus últimos años transcurrieron lejos de la vida pública, en Saint-Tropez, con una salud frágil y apariciones cada vez más esporádicas. Su figura, sin embargo, nunca dejó de generar debate. A lo largo del tiempo, declaraciones polémicas la colocaron en el centro de controversias que contrastaron con la admiración persistente por su legado cultural. La muerte de Brigitte Bardot marcó el final de un mito irrepetible. Fue actriz, símbolo, ruptura y contradicción. Cambió el cine, incomodó a su tiempo y eligió apartarse cuando aún podía seguir brillando. Su nombre quedó ligado para siempre a una transformación profunda de la pantalla y de la sociedad que la miró.
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