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» El Liberal
Fecha: 28/12/2025 09:21
Cuando la tecnología parece gobernada por gigantes y estructuras rígidas, surge "Match: La reina de las apps de citas" como un relato de ruptura. Bajo la dirección de Rachel Lee Goldenberg y con Lily James encarnando a Whitney Wolfe Herd, la película se instala como un canto al desafío y la valentía: una biografía dramatizada que no teme abrazar lo humano detrás de la innovación. También te puede interesar: Desde las primeras escenas, la historia nos revela la vida de una joven recién egresada pletórica de ideas, que se inserta en un universo tecnológico dominado por hombres. Entre el sueño creativo y los muros sociales, entre el talento y la mirada que no reconoce. La película capta el pulso de esa lucha interior, y la hace visible. Un personaje que late en pantalla Lily James compone una Whitney llena de heridas y convicciones: no solo una visionaria sino alguien que siente, duda, resiste. Esa contradicción le da carne al relato. La historia levanta bandera frente a la misoginia estructural en la tecnología y el mundo de las startups. Es estimulante ver cómo se reivindica un espacio femenino que impone nuevas reglas. Tono emocional más que técnico. No profundiza en cada línea de código ni en cada balance financiero: prefiere enfocarse en la persona que sueña y tropieza. Quizás ahí está su mayor virtud. Donde la ficción toma su espacio Sin embargo, toda biopic conlleva decisiones: qué contar, qué omitir, qué reinterpretar. Y Match no es la excepción: La película admite que la historia "no fue autorizada" por Whitney Wolfe Herd. Algunas escenas intensas confrontaciones directas, discursos dramáticos parecen tener más aire cinematográfico que fidelidad verosímil. Según críticos, ciertos personajes secundarios se sienten casi "símbolos" más que personas con historia propia. El personaje "Tisha", que pide una mirada interseccional en la película, no parece corresponder a una figura pública documentada en la vida real de Wolfe Herd. Aquellos momentos que aluden a sus conflictos legales con Tinder sí tienen fundamento, pero en la pantalla se vuelven un simple sobrevuelo. La historia real detrás del mito Para comprender mejor el espejo entre ficción y realidad, conviene recordar los hitos fundamentales: Whitney Wolfe Herd fue cofundadora de Tinder y ocupó el cargo de vicepresidenta de marketing. Fue en esa etapa que ayudó a impulsar la presencia de la app en campus universitarios. En 2014, tras conflictos internos y denuncias de acoso sexual y discriminación de género, Wolfe presentó demanda contra Tinder / Match Group. El caso se resolvió extrajudicialmente, con un acuerdo, sin reconocimiento de culpa. Luego de ese episodio, Whitney concibió la idea de una app de citas distinta: ella quería que fueran las mujeres quienes tuvieran el poder de iniciar las conversaciones. Esa fue la semilla de Bumble, lanzada en diciembre de 2014, con apoyo del fundador de Badoo, Andrey Andreev. Con el tiempo, Bumble creció no solo como app de parejas sino como red social diversa (con formatos de amistad, de negocios), y en 2021 salió a bolsa. Wolfe Herd se convirtió en la mujer más joven en llevar su propia empresa pública. No obstante, la relación entre Wolfe y los inversores ha sido compleja: su participación en la empresa no siempre fue mayoritaria, y las negociaciones de capital requirieron concesiones difíciles. Un dato reciente: en 2025, Whitney Wolfe Herd regresó como CEO de Bumble, tras un periodo en que había cedido el puesto. Cierre inspirador: una invitación para el lector Match: La reina de las apps de citas no pretende ser un documento historiográfico, ni una biografía completa al detalle. Más bien, es un faro narrativo: una invitación a reconocerse en los sueños, en las caídas, en el levantarse siempre. Lo más poderoso de esta película no está en la exactitud de cada escena, sino en lo que evoca: que el valor puede construirse en espacios donde no se espera, que la ambición no es pecado sino impulso, que la voz propia puede abrir puertas donde otros han cerrado ventanas.
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