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» La Nacion
Fecha: 28/12/2025 08:32
El capital emprendedor local se reinventa con una mirada más federal y con nuevas fronteras tecnológicas que van del sector fintech al deep tech y la biotecnología; por qué 2026 puede ser un punto de inflexión hacia el crecimiento sostenido, según empresarios y ejecutivos - 12 minutos de lectura' En la Argentina, el nivel del talento emprendedor ya quedó instaurado como bandera. Sin embargo, otro costado igual de importante y vital para el funcionamiento de ese universo aún está en transición. Aunque cada vez más maduro, el sector de financiamiento emprendedor se autodefine como una industria joven pero con signos de consolidación y es un eslabón clave para el éxito de todo el ecosistema. El abanico de inversores va desde los fondos de private equity, que apuestan por compañías consolidadas de la economía real con horizontes de salida de entre tres y siete años, hasta el venture capital (capital de riesgo), enfocado en startups tecnológicas con plazos de inversión que suelen extenderse entre ocho y once años. En ese marco, entre 2020 y 2024 las startups argentinas lograron captar US$ 2558 millones provenientes de estos actores. En ese mismo período, el ecosistema mostró un salto notable: el 63% de los fondos que integran Arcap (Asociación Argentina de Capital Privado, Emprendedor y Semilla) la entidad que reúne a los principales jugadores del sector se constituyeron después de 2020. Actualmente, la asociación cuenta con más de 90 miembros que invirtieron en más de 1300 compañías. La geografía de las inversiones también se amplió. Mientras en 2019 casi ocho de cada diez compañías financiadas se concentraban en Buenos Aires y CABA, esa proporción cayó al 50,8% en 2024. El mapa actual muestra un mayor protagonismo de las provincias, con el 22,8% de los fondos radicados en Mendoza, Córdoba y Santa Fe. El ecosistema está viviendo un momento súper interesante. Por un lado, sigue habiendo un talento emprendedor muy destacado, siguen apareciendo nuevas camadas. Y además entusiasma ver que cada vez es más federal ese ecosistema y que están aprovechando muchísimo la experiencia de quienes vinieron antes, dice Mariano Mayer, presidente de Arcap y Managing Partner del fondo Newtopia. Se está pudiendo capitalizar y aprovechar la experiencia de los 25 años anteriores. Motores en marcha Dentro del universo del venture capital, el ecosistema parece haber alcanzado un punto de equilibrio tras años de marcada volatilidad. La pandemia aceleró la digitalización de manera inesperada y, junto con un contexto internacional que lo alentaba, convirtió a 2021 en un año atípico: en la Argentina se concretaron 110 transacciones por un total de US$ 1337 millones. Sin embargo, todo lo que sube tiene que bajar. Tras el boom, los números se desplomaron y en 2023 apenas se registraron 56 operaciones por US$ 74 millones. Ahora, el sector muestra signos de recuperación: en 2024 últimos datos de Arcap disponibles se contabilizaron 62 rondas de financiamiento por US$ 412 millones, una cifra más acorde con la realidad del mercado local. Creemos que hay un sinceramiento en las valuaciones. Hoy en la Argentina ya se estableció un piso en US$400 millones y, por lo que estamos viendo, este año vamos a cerrar un poco por encima de ese número, dice Fernando Páez Solchaga, Executive Director de Arcap. A nivel región, sucedió un proceso similar. Es una industria que está muy ligada a la tasa de interés. En 2021, hubo unos US$ 16.000 millones invertidos en startups en Latinoamérica, eso con el tiempo se fue normalizando y el año pasado fueron unos US$ 4000 millones. En ese sentido, en los últimos dos años se concretaron anuncios prometedores. En 2024, el protagonismo fue para Ualá, que con su Serie E de US$ 300 millones no solo firmó la operación más grande del año, sino que consolidó al vertical fintech como estrella del mercado. Las rondas de Pomelo (US$ 40 millones) y Tapi (US$ 22 millones) reforzaron la tendencia, mientras que el sector biotech sorprendió por la cantidad de rondas ejecutadas, señal de que el capital comienza a diversificarse hacia nuevas fronteras. Ya en 2025, el ritmo se mantuvo aunque con cifras más moderadas: la Serie B de Lemon, por US$ 20 millones, es una de las destacadas de los últimos meses, junto con el caso de Unblock (US$13,5 millones), Takenos (US$ 5 millones) o Darwin AI (US$ 4,5 millones). El ecosistema está en un muy buen lugar y va a seguir progresando. Es como un motor que ya está en marcha, dice Nicolás Szekasy, cofundador y Managing Partner de Kaszek, uno de los fondos más importantes a nivel regional con más de US$3000 millones de activos bajo gestión y un recorrido de más de 140 compañías invertidas. Para el inversor, se trata de un cambio cultural del que no hay vuelta atrás: Hoy los jóvenes de alto potencial están más interesados en empezar una compañía o sumarse a una startup que en entrar a un trabajo corporativo. Vemos un círculo virtuoso en el que se combinan oportunidades porque aún hay mucho por hacer en América Latina con emprendedores de alto calibre y capital que también está disponible para apoyarlos. Lecciones aprendidas Mayer habla de un momento de transición post-corrección en el que el sector se está acomodando luego de las extraordinarias valuaciones que se vieron durante 2021. Esa escena de la película dejó algunas señales positivas, pero también varias lecciones aprendidas en una región que, por un momento, fue la niña bonita. Creemos que el interés sigue presente. Es cierto que cuando América Latina estuvo de moda atrajo a muchos actores, algunos quizás de manera más oportunista, y no está mal que la región haya captado esa atención. Hoy esa atención puede haber bajado, pero el interés por América Latina sigue estando. En la región, la presencia de inversores institucionales sigue siendo limitada y el capital proviene, en gran medida, de organismos multilaterales y de family offices. A diferencia de los multilaterales, las decisiones de las familias suelen estar más expuestas a los vaivenes políticos y económicos de la región, lo que en tiempos de crisis o corrección las lleva a adoptar posiciones conservadoras y a redirigir inversiones hacia mercados más seguros como Estados Unidos o Europa. Sin embargo, según explica Mayer, el ecosistema argentino y latinoamericano supo mostrarse resiliente frente a este panorama: Sigue habiendo inversión, sigue habiendo fondos y compañías muy buenas que están levantando capital. Todavía quedan muchas familias que no están invirtiendo así que parte de nuestra tarea es evangelizar para que lo hagan. La euforia que se vivió en 2021 no fue exclusiva de América Latina: se replicó en todo el mundo, con rondas que multiplicaban las necesidades reales de las startups. Una compañía que necesitaba US$10 millones terminaba levantando US$30 millones y eso nunca es saludable, generalmente cuando las compañías tienen más recursos de los que necesitan pierden la disciplina y el foco, analiza Szekasy. El péndulo, sin embargo, se movió en la dirección opuesta en 2022 y ajustó esa efervescencia. Desde 2023 y con mayor fuerza en 2024 y 2025parece haber encontrado su punto de equilibrio: El ecosistema está en el lugar correcto. Levantar capital nunca fue fácil y en 2021 pareció que esas barreras habían bajado mucho. Hoy volvieron a estar en el lugar en el que tienen que estar, entonces Latinoamérica ocupa el espacio que tiene que ocupar, agrega el cofundador de Kaszek. Un mercado desafiante La evolución del sector trae aparejada nuevos desafíos para los inversores. Con cada vez más jugadores, trabajar la propuesta de valor de cara a las startups es urgente. En nuestros comienzos teníamos la posibilidad de elegir la inversión que queríamos, porque había tan poco capital disponible que era mucho más sencillo llegar a los deals. Hoy, eso se dio vuelta, es un mercado del emprendedor, es decir, el emprendedor decide quién es el fondo que quiere que lo invierta, destaca Marta Cruz, cofundadora y general partner de NXTP Ventures, un jugador que está activo desde 2011 con US$200 millones bajo gestión. Por otro lado, si bien levantar capital nunca fue sencillo, el contexto hoy está particularmente más desafiante para los fondos. La macroeconomía regional pesa con fuerza y, en un escenario con escasos inversores institucionales, el fondeo de los fondos depende en gran medida de organismos multilaterales y family offices. América Latina tiene sus aspectos negativos, con lo cual uno tiene toda esta tarea de cómo explicar y resaltar lo positivo. Dentro de los aspectos negativos, más allá de la estabilidad política y económica, todos reconocen el talento, pero les parece que todavía la región tiene que avanzar más en exits (ventas de las empresas) y en eventos de liquidez, menciona Mayer. Y mientras la liquidez sigue siendo un desafío para los inversores, el crecimiento del mercado de secundarios comienza a ofrecer alternativas. Lo ideal es que lleguen los exits, aunque eso puede demorar un poco más. Por lo menos ya aparecen operaciones en el mercado secundario y algunos exits, e incluso IPOs en ciertos países. Sin dudas, si miramos respecto de hace diez años, el avance es enorme, pero todavía queda un camino que requiere tiempo y no conviene acelerarlo demasiado. La experiencia de 2021 demostró que es preferible ir con un camino sustentable gradual. La euforia no es buena tampoco, comenta Diego González Bravo, cofundador y Managing Partner de Draper Cygnus, el fondo especializado en deeptech que opera desde 2012. Sacar información del ruido Si hace algunos años la digitalización era el único foco y el riesgo tecnológico se evitaba, hoy el entusiasmo se renueva con nuevos interesados en sumarse a la ola de frontera. Para nosotros es un gran momento. Estamos levantando el fondo tres y vemos el contraste: antes era durísimo, de cada 100 personas apenas dos nos escuchaban. Hoy te escucha todo el mundo, todos quieren tener algo de Deeptech en su portafolio, admite González Bravo. En ese sentido, el gran paraguas de IA cruza a todos los fondos. Es un momento para construir compañías muy relevantes. Es una oportunidad parecida a la del año 98-99, cuando empezaba Mercado Libre y gente empezaba a hablar de Internet, opina Szekasy y agrega que su misión, ahora, está en saber identificar a las mejores compañías dentro de ese universo. Cuando hay un cambio tecnológico siempre hay mucho ruido. Nuestro trabajo es encontrar la señal dentro de todo ese ruido y asegurarnos de encontrar a quienes están haciendo cosas excepcionales lo más temprano posible. Creo que 2026 va a ser un año de crecimiento acelerado y hay que estar atentos a disrumpir o ser disrumpidos. Estamos pendientes a cómo adaptarnos a la IA y también a ver cómo decanta todo lo que se está viendo, menciona Ricardo Schulte, Investment Officer de Shefa, un jugador relativamente nuevo en el sector. La firma nació en 2023 como un brazo de IRSA para formalizar inversiones en el mundo startup, una apuesta que gana cada vez más terreno en el ámbito corporativo y que el ecosistema celebra como señal de maduración. El inversor explica que la estrategia de Shefa frente a este contexto se basa en conocer a fondo a los emprendedores antes de concretar un deal y armar acuerdos a medida: Siempre está el desafío de poder leer entre líneas y entender en quién y cómo quiero invertir. Por eso nosotros no corremos. Es nuestra forma de poder sacar información del ruido y transformar contextos complejos en oportunidades de crecimiento y de innovación sostenible. Más que sectores, a la hora de pensar en tendencias los inversores empiezan a hablar de tecnologías que cruzarán a todas las industrias. Vamos a seguir fuertemente con todo lo que es la aplicación de la IA como una herramienta. Por suerte hoy es más fácil entender, porque al principio había muchos features (características) y no como una plataforma en sí misma, menciona Cruz y explica que también está prestando mucha atención a oportunidades relacionadas a tokenización de activos y computación cuántica. En paralelo, el venture capital mismo también se ve desafiado por la tecnología y el surgimiento de la IA. Hoy la información disponible sobre mercados, emprendedores e inversores es abundante, y el reto pasa por aprovecharla al máximo. Nosotros también tenemos que hacer nuestros deberes y utilizar muchas más herramientas para facilitarnos la mayor cantidad de análisis que podamos, aunque hay una parte que siempre va a terminar siendo de las personas, aporta Cruz. Los VCs se animan a pronosticar que pronto llegaría una nueva camada de unicornios en la región. Pronto surgirán los unicornios deeptech, porque ya hay compañías que están cumpliendo los 10 años con valuaciones muy grandes y empiezan a llegar los exits. Eso contagia las ganas de invertir y de emprender también, porque surgen nuevos role models (modelos a seguir). También en el sector de Biotech vamos a ver buenas noticias, augura González Bravo. Con todo esto, no sorprende que para el año que viene los fondos esperen un buen horizonte. Creo que 2026 debería cristalizar muchos crecimientos que vienen dándose en los últimos años y, probablemente, desde la macroeconomía debería llegar algún viento a favor. Cuando el mundo deja de mirar a Argentina, nos tenemos que arreglar con lo propio. Y cuando la miran más de cerca, aparecen las oportunidades. Espero que eso suceda, concluye Schulte.
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