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» El Urbano Digital
Fecha: 28/12/2025 02:53
Los cuerpos inertes, cubiertos en sangre, de carnes humanas mal cortadas en rebanadas amorfas, se mezclaban con el armonioso paisaje del atardecer litoraleño. El hedor a bosta de los miles de caballos y ganado vacuno no dejaban diferenciar el olor coagulante de los muertos, degollados por unitarios e infames. Por represalia al maltrato y la traición. El coronel Pedro León Aquino yacía muerto junto a otros oficiales bajo la mirada fría y calculadora del coronel Bartolomé Mitre, quien a la par de sus colaboradores fue uno de los primeros en ver la matanza. La subordinación de los soldados de la división Granada, luego rebautizada con el nombre del militar mal logrado, había sido encabezada por el sargento mayor José Aguilar, pero avalada por el casi medio millar de hombres que integraban el batallón . Ellos eran fieles a Juan Manuel de Rosas. Habían sido reclutados a la fuerza luego de la caída del gobierno de Manuel Oribe en Uruguay para derrocar al líder por el que habían sangrado y peleado desde siempre. Eran gauchos soldados que habían estado cuerpo a cuerpo con el restaurador de las leyes, algunos contra el general Juan Lavalle, otros en alzamientos internos de la Confederación, y todos en el asedio en Montevideo. Ese sábado 10 de enero de 1852 las extensas llanuras a orillas del Paraná, a la huella del acceso natural al río, actual bajada Formosa, en pleno barrio Santa Rita, en el norte de Granadero Baigorria, un grupo de leales ajusticiaban en nombre del federalismo a uno de los tantos que ya pensaban un país para pocos. Estos hombres, humildes, mal vestidos y peor alimentados por años, huyeron del Espinillo a todo galope para llegar la madrugada del domingo 11 al cuartel de Santo Lugares para ponerse a las órdenes del gobernador de Buenos Aires . El odio y el destino oscuro de la patria que vendría después de la derrota en Caseros se ensañaría contra ellos y serían parte de la venganza unitaria. Sus cadáveres masacrados fueron colgados en Palermo , y luego exhibidos como trofeos durante semanas después del funesto 3 de febrero. El Ejército Grande comenzó su despliegue de tropas en los campos de El Espinillo la mañana del 23 de diciembre de 1851. Fueron 28 mil soldados, 50 mil caballos y pertrechos, más ganado vacuno y víveres. El mismo Justo José de Urquiza sería quien supervisaría las acciones desde Punta Gruesa en Diamante, Entre Ríos, un pequeño paraje de unas pocas casas, donde el general había hecho su base para cruzar el Paraná y llegar a Santa Fe. Unos meses antes de que el norte baigorriense, previamente de ser ni pensada ciudad, pasará a la historia como el lugar de estadía y concentración de las tropas del Ejército Grande, o Ejército Aliado Libertador, Urquiza había anunciado la ruptura con el gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, a cargo de la representación de la Confederación Argentina en el exterior desde 1835. El pronunciamiento del gobernador de Entre Ríos fue el 1° de mayo de 1851. Cada año Rosas presentaba su renuncia a la conducción de las relaciones exteriores de la Confederación. La misma alegaba razones de salud del restaurador y era rechazada por los demás gobernadores. Pero ese año, Justo José de Urquiza la aceptó y reasumió la representación comercial al mundo de su provincia. Allí se generaría el cisma que traería a futuro la batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852. Dos días antes, el 29 de marzo, el general Urquiza suscribiría con los gobiernos de Montevideo y del Brasil una alianza para culminar el asedio a la capital uruguaya, expulsar al presidente Manuel Oribe, aliado a Juan Manuel de Rosas, y dar el puntapié para rediseñar el destino de la Confederación Argentina. En julio el proto ejército que luego formarían brasileños, colorados orientales, unitarios y federales argentinos contrariados, y mercenarios contratados para la ocasión, daban el primer paso: Poner fin al sitio de Montevideo. Urquiza también había trazado acuerdos con el gobernador de Corrientes, quien a su vez actuaba por fuera de la Confederación, Benjamín Virasoro. Con el correntino, el general entrerriano se reunirá el 19 de diciembre de 1851 en Las Conchas, a 4 kilómetros de Paraná, para marchar hasta Diamante, por entonces un villorrio de 83 casas y 500 habitantes . En Santa Fe estaban al tanto de los movimientos de Urquiza y de su poderoso ejército. Desde el martes 16 de diciembre, la armada naval brasileña, al mando del almirante inglés, John Grenfell, patrullaría el río Paraná, supervisando los posibles escollos a encontrarse en el avance hacia la provincia de Buenos Aires. Los navíos del imperio del Brasil sólo tuvieron unas escaramuzas débiles en Ramallo, tras un breve hostigamiento al mando del general Lucio N. Mansilla . El inglés tenía la orden de inspeccionar la Villa del Rosario y en especial el área del Espinillo. La flota quedó a tiro de fusil, pero no fue agredida. La bitácora diría: En ellos (los pobladores de la Villa del Rosario y El Espinillo) encontraremos compañeros y auxiliares en lugar de enemigos . Por su parte el gobernador santafesino, Pascual Echagüe, seguía leal a Rosas, pero Domingo Crespo, un declarado antirosista y exiliado santafesino en tierras correntinas, se sublevaría el 22 de diciembre con parte de las milicias santafesinas a cargo del Ignacio Comas . Echagüe huyó a Buenos Aires para sumarse a las tropas de Rosas el mismo 23, pero la suerte de Santa Fe estaba echada. Urquiza nombró a Crespo como gobernador de la provincia y este sumó al pueblo santafesino a sus alianzas. El Ejército Grande en los campos del actual zona norte baigorriense Entre las 6 y 7 de la mañana del 23 de diciembre de 1851 las tropas y pertrechos fueron llegando al Espinillo. Hay que ubicar que lo que hoy son los barrios en Granadero Baigorria de Bon Vivant, Santa Rita, Litoral y campos de Celulosa, eran parte del paisaje de la pampa indómita y llana de la Argentina. Durante todo el día miles de soldados cruzaron el Paraná en barcazas, lanchones, embarcaciones menores. A su vez el barco a vapor brasileño, Dom Pedro, acarrearía las barcas que transportaban los caballos, armamentos, víveres y otras provisiones . Según Domingo Sarmiento, boletinero del Ejército Grande, un centenar de nadadores cruzaron el Paraná a nado, cargado de euforia y entusiasmo. La imagen habrá sido increíble, única. Miles de soldados en busca de una gloria un tanto extraña, cruzaban el ancho río para llegar a Santa Fe, y allí hacer cabeza de playa hasta la batalla final. Sarmiento, quien luego de Caseros recibiría el grado de teniente coronel, posó su pluma magnífica ante el esplendor de la pampa santafesina, una vez arribado a El Espinillo: "Descendimos el río y el Blanco atracó a las barrancas del Espinillo, puerto intermedio entre el convento de San Lorenzo y la villa Rosario. Descender a tierra y montar a caballo fue obra de algunos minutos. ¡A caballo, en la orilla del Paraná, viendo desplegarse ante mis ojos en ondulaciones suaves pero infinitas hasta perderse en el horizonte, la Pampa que había descripto en el Facundo, sentida por intuición, ¡pues la veía por primera vez en mi vida! Páreme un rato a contemplarla, me hubiera quitado el quepí para hacerle el saludo de respeto si no fuera necesario primero conquistarla, someterla a la punta de la espada, esta Pampa rebelde, que hace cuarenta años lanza jinetes a desmoronar, bajo el pie de sus caballos, las instituciones civilizadas de las ciudades" . Ya en El Espinillo, Urquiza comenzó a tejer detalles para la batalla. El general entrerriano se reunió con Benjamín Virasoro, el 30 de diciembre, quien se había establecido con algunos soldados a la vera del río Carcarañá, unos kilómetros más al norte, y desde allí les informó a los demás gobernadores la situación. Días antes, en la mañana del jueves 25 de diciembre, los habitantes de la villa del Rosario, quienes tenían conocimiento de los movimientos de tropas en cercanías de su ignoto poblado, tomaron la decisión de apoyar a Urquiza y al Ejército Grande. La jornada previa, en la navidad de 1851 , los rosarinos decidieron reunirse al día siguiente en un solar, en las actuales calles, irónicamente, Juan Manuel de Rosas entre San Luis y San Juan, y definir su postura. Rosario aportó dos batallones a las huestes de Urquiza, y se hizo pública su decisión. El general Urquiza definió tomar la Villa del Rosario el 27 de diciembre del 51, pero el mal estado climático lo detuvo hasta el 2 de enero del año nuevo, instalándose desde ese día en la casa que tenía en la villa el general rosista Martín Santa Coloma, y hacer allí su centro de operaciones. No hay datos firmes de hasta cuándo el Ejército Aliado Libertador estuvo en las tierras del actual noreste baigorriense. Se sabe que las tropas siguieron llegando y sumándose a los demás batallones hasta el 8 de enero, y que entre el 15 y el 17 de enero de 1852 Urquiza y sus soldados cruzaron el Arroyo del Medio, avanzando firmemente hacía Caseros . Las abundantes lluvias del fin de año de 1851, las sublevaciones de soldados arriados a la fuerza, la mala comida y peores condiciones de vida, y la disentería epidémica en el asentamiento del Espinillo, no daban el trazo épico que Sarmiento quiso narrar en sus partes de guerra. El Ejército Grande instalado en El Espinillo por casi tres semanas sólo tenía nueve médicos, como parte del cuerpo de sanidad, y un boticario. Los vómitos, la diarrea, la fiebre y los fuertes dolores abdominales invadieron a gran parte del contingente humano a orillas del Paraná. Urquiza sabía del desánimo y del temor que podría provocar la disentería a sus tropas, así que le asignó al médico y biólogo francés, radicado desde hacía años en Corrientes, Amado Bonpland , atender la situación. El facultativo, conocedor de la enfermedad que maltrataba a los soldados urquicistas, recetó corteza de pasionaria, una planta presente en el litoral santafesino. Con el consumo de la herbácea Bonpland logró detener lo podría haber sido una baja sensible para las intenciones bélicas de Urquiza, y tal vez, hasta podría haber cambiado la historia. Ni vencedores ni vencidos La Frase la habría pronunciado, de manera magnánima, Justo José de Urquiza al triunfar en Caseros. De ser cierto, el ganador y sus aliados borraron rápidamente lo dicho. La traición de Urquiza dio paso a otras claudicaciones, y el traidor fue traicionado, un axioma real y en equilibrio entre los infames. El anhelo de un país justo quedó trunco ese 3 de febrero de 1852. Desde entonces Argentina sigue en la búsqueda de una patria equitativa entre hermanos. Y aunque hubo pequeños esbozos en la historia nacional de ir por esa senda, la brújula sigue marcando un destino inconcluso. Un juego donde están aquellos que siguen dando la vida para que suceda los sueños de las mayorías. Fuentes Mercenario y desertores antes de Caseros (1852). Recuperado el 25 de noviembre de 2022. http://jovenesrevisionistas.org/mercenarios-y-desertores-antes-de-caseros-1852/Batallón de Aquino. Recuperado 25 de noviembre de 2022. http://www.lagazeta.com.ar/batallon_de_aquino.htm Batallón de Aquino. Art. Cit. TRÍMBOLI, Javier. Soldados de Rosas colgados en Palermo. Recuperado 25 de noviembre de 2022. https://www.telam.com.ar/notas/201402/51815-soldados-de-rosas-colgados-en-palermo.html VERNA, Orlando. Cómo fue el épico cruce del río Paraná y el paso de Urquiza y el Ejército Grande por la Villa del Rosario. Recuperado 25 de noviembre de 2022. https://www.lacapital.com.ar/la-ciudad/como-fue-el-epico-cruce-del-rio-parana-y-el-paso-urquiza-y-el-ejercito-grande-la-villa-del-rosario-n10003632.html Batalla de Caseros (03/02/1852). Recuperado el 25 de noviembre de 2022). https://elarcondelahistoria.com/321852/ Batalla de Caseros (03/02/1852). Art. Cit Benjamín Virasoro fue un militar y político argentino nacido en Corrientes. Se enfrentó a Juan Manuel de Rosas, uniéndose al general Juan Lavalle y a varios alzamientos contra el restaurador de las leyes. Fue gobernador de su provincia de 1847 a 1852. Aliado a Urquiza fue el jefe de Estado Mayor en la batalla de Caseros VERNA, Orlando. Cómo fue el épico cruce del río Paraná y el paso de Urquiza y el Ejército Grande por la Villa del Rosario. Art. Cit John Pascoe Grenfell fue un oficial británico al servicio del imperio de Brasil. Pasó la mayor parte de su servicio en las campañas sudamericanas. En Brasil, ascendió al rango de almirante. Lucio Norberto Mansilla fue un militar y político argentino destacado en la guerra de la Independencia, la guerra del Brasil y, especialmente, en la Guerra del Paraná. El hecho más destacado que protagonizó fue conducir como jefe del Departamento del Norte a las tropas argentinas que enfrentaron a la flota anglo-francesa, en la batalla de la Vuelta de Obligado, llamada hoy la Batalla de la Soberanía, acontecida el 20 de noviembre de 1845. VERNA, Orlando. Cómo fue el épico cruce del río Paraná y el paso de Urquiza y el Ejército Grande por la Villa del Rosario. Art. Cit. VERNA, Orlando. Cómo fue el épico cruce del río Paraná y el paso de Urquiza y el Ejército Grande por la Villa del Rosario. Art. Cit. VERNA, Orlando. Cómo fue el épico cruce del río Paraná y el paso de Urquiza y el Ejército Grande por la Villa del Rosario. Art. Cit.SARMIENTO, Domingo (1852). Campaña en el Ejército Grande. Villenueve. P 76 VERNA, Orlando. Cómo fue el épico cruce del río Paraná y el paso de Urquiza y el Ejército Grande por la Villa del Rosario. Art. Ci, VERNA, Orlando. Cómo fue el épico cruce del río Paraná y el paso de Urquiza y el Ejército Grande por la Villa del Rosario. Art. Cit. VERNA, Orlando. Cómo fue el épico cruce del río Paraná y el paso de Urquiza y el Ejército Grande por la Villa del Rosario. Art. Cit. Aimé Jacques Alexandre Goujaud Bonpland, firmaba Amadeo o Amado en los países hispanohablantes, fue un naturalista, médico y botánico francés, célebre por la expedición a América que realizó junto a Alexander Von Humboldt. YURMAN, Pablo. ¿Ni vencedores ni vencidos?: la venganza de los unitarios después de Caseros. Recuperado el 25 de noviembre de 2022. https://www.infobae.com/sociedad/2022/02/03/ni-vencedores-ni-vencidos-la-venganza-de-los-unitarios-despues-de-caseros/
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