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» Misionesopina
Fecha: 27/12/2025 19:08
Emprendurismo e historias de vida Conocé la historia de la heladería que conquisto la esquina más transitada Luis y Moni son misioneros por adopción. Nacieron en Comodoro Rivadavia, pero hace 25 años llegaron a Posadas junto a sus hijos el menor todavía en pañales, como tantos otros que arribaron por trabajo y terminaron quedándose por algo mucho más profundo: el arraigo, la familia y el amor por la tierra colorada. Hoy esa historia de perseverancia y construcción tiene una nueva postal urbana: la pareja es dueña de la heladería que ocupa una de las esquinas más transitadas y codiciadas del centro posadeño, Bolívar y Colón. El jueves de Navidad abrió sus puertas Paliachi, una tienda de helados de elaboración misionera. Se trata del tercer local de la marca y el primero que funciona bajo el formato de franquicia. Detrás del emprendimiento están Luis y Moni, comerciantes con extensa trayectoria: durante años se desarrollaron en el rubro textil, fueron propietarios de varios locales de ropa y también del recordado por los sub 40 posadeños Coco Bowling. Con más de 35 años de matrimonio y tres hijos, la pareja decidió apostar a una nueva etapa, ya con los chicos grandes y en otros momentos de sus vidas. Lo estamos viviendo con muchas expectativas lindas, con ganas de seguir progresando. Siempre hicimos las cosas para encontrarle un sentido, para saber para qué sirven, cuenta Luis. La esquina, el destino y el hallazgo inesperado El local apareció casi como una señal. Lo encontraron publicado en Facebook Marketplace y, aunque al principio les llamó la atención la formalidad de la propuesta, todo terminó cerrando de manera natural. Tras varios intentos fallidos y una larga búsqueda dentro del área de las cuatro avenidas, finalmente se quedaron con la esquina que habían transitado miles de veces en estos 25 años de vida en Posadas. Pasamos millones de veces por esta esquina y nunca me pregunté quién era el dueño. De repente estábamos tomando mates ahí arriba, conocimos al perro de la señora, a sus hijos, y nos dimos cuenta de que era gente común, de buen trato. Conseguir este lugar tuvo otro sabor, otro gustito, relata. Para la pareja, el proyecto no se explica solo desde lo económico. Uno busca una mejora económica, claro, pero cuando armás algo y decís quedó lindo, eso también es un desafío personal, agrega Moni. Y siempre lo hicimos juntos. En realidad, entre los cinco, porque los chicos siempre nos acompañaron. Un negocio familiar y sin estacionalidad La elección del rubro tuvo su punto de inflexión en pleno invierno. Amigos de Comodoro Rivadavia llegaron de visita y quedaron sorprendidos por el alto consumo de helado en temporada fría. Ahí entendimos que era un negocio prácticamente interminable, que no se deja de consumir nunca, explican. Esos mismos amigos hoy forman parte del proyecto como socios a la distancia, desde el sur del país. A la par, la alianza con la marca Paliachi también se dio casi por casualidad: tras consultar sin éxito a otras firmas para acceder a franquicias, recordaron que un ex empleado trabajaba allí. Martín fue el nexo que permitió concretar el acuerdo y hoy es parte de la historia fundacional del local. La cultura de consumo en Posadas cambió mucho. El invierno son dos semanas flojas, nada más. Después de la pandemia la gente sale más, disfruta más y el consumo es distinto, analiza Luis. De llegar por trabajo a quedarse para siempre La historia de la familia en Misiones comenzó con un traslado laboral. Luis trabajaba para una empresa que lo fue moviendo por distintos puntos del país hasta que Posadas apareció en el mapa. Salí del sur con bajo cero, nieve, campera de pluma. Cuando aterrizamos acá nos dijeron: 29 grados y 94% de humedad. Me bajé del avión con más ropa en la mano que puesta, recuerda entre risas. El impacto fue inmediato. Conocés el resto de la Argentina y decís: esto está lindo. Por eso nos quedamos, resume. Con el tiempo rechazaron nuevos traslados, incluso uno a Ushuaia. Los hijos estaban en la secundaria, el negocio funcionaba y la familia había construido su casa. Acá armamos nuestra vida, afirma. Emprender como forma de seguir haciendo patria A lo largo de los años, el espíritu emprendedor atravesó a toda la familia. Sus hijos crecieron detrás de mostradores y aprendieron desde temprano el valor del trabajo. Mi hija con 14 años atendía en una feria. Sabemos que eso les queda para la vida: perder la vergüenza, aprender a hablar con la gente, señala Moni. Hoy, con la experiencia a cuestas y la mirada puesta en el futuro, Luis y Moni celebran este nuevo capítulo. Paliachi no es solo una heladería: es el resultado de una historia de esfuerzo, decisiones valientes y profundo arraigo a Misiones. Una esquina emblemática, un proyecto familiar y un nuevo punto de encuentro que promete convertirse en referencia para los amantes del buen helado en Posadas.
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