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» Rioja24
Fecha: 27/12/2025 15:23
La creencia de que correr es perjudicial para las rodillas ha cambiado drásticamente en los últimos años. Investigaciones actuales indican que el impacto moderado del running no solo no desgasta el cartílago, sino que lo estimula, fortaleciendo así los huesos. El cartílago de la rodilla no se desgasta por correr, sino por la inactividad, afirma Hunter Bennett, profesor de Ciencias del Ejercicio en la Universidad de Australia Meridional. Los estudios revelan que los corredores suelen tener un cartílago más grueso y una mayor densidad mineral ósea en comparación con aquellos que no practican esta actividad, lo que podría ofrecerles una mayor protección contra la artrosis. Sin embargo, el informe elaborado por la Federación Española de Asociaciones de Docentes de Educación Física (FEADEF) y varias universidades, incluidas la de Jaén, La Rioja y la Autónoma de Chile, destaca que el 50% de los corredores veteranos experimenta lesiones anuales. Estas suelen derivarse de un exceso de entrenamiento o de la falta de una preparación adecuada. Entre las lesiones más comunes se encuentran las tendinopatías del talón de Aquiles, la fascitis plantar y las molestias en rodillas o pantorrillas. Muchos aficionados a la carrera comienzan a entrenar sin la guía de un profesional y con sobrepeso, lo que incrementa el riesgo de lesiones. La mayoría no ha tenido una práctica deportiva previa y eso exige empezar con prudencia y una revisión médica previa, concluyen los investigadores. Los expertos coinciden en que la práctica de correr a partir de los 40, 50 años o más es segura si se realiza con sentido común. El secreto está en progresar lentamente y escuchar al cuerpo, aconseja Paco Amorós, entrenador español. Amorós recomienda seguir la regla del 10%, que sugiere no aumentar más del 10% la distancia recorrida cada semana, además de incorporar de dos a tres sesiones semanales de entrenamiento de fuerza para contrarrestar la pérdida de masa muscular que comienza en la adultez. Antes de iniciar un plan de running, especialmente si se tienen factores de riesgo cardiovascular, es fundamental realizar un chequeo médico o una prueba de esfuerzo. Correr puede mejorar la presión arterial, preservar la masa ósea, mantener el peso y aumentar la función cognitiva. Pero el descanso y la hidratación son tan importantes como el entrenamiento, añade Amorós. En conclusión, la edad no debería verse como un impedimento para comenzar a correr, sino como un factor que requiere un ajuste en la forma de entrenar. Quien empieza a correr después de los 40 no debe hacerlo para competir, sino para vivir mejor, resume Amorós. Con un adecuado control, descanso y entrenamiento de fuerza, el running puede ser una actividad saludable a lo largo de toda la vida. No se trata de correr rápido, sino de mantener un estilo de vida activo, algo que es poco probable si se lleva una vida sedentaria.
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