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Concordia » 7paginas
Fecha: 27/12/2025 18:18
Invito a quienes hoy gobiernan a nivel local, provincial y nacional a señalar un solo gobierno peronista que haya recortado el presupuesto educativo, ajustado a las provincias o debilitado el sistema de universidades públicas. No lo van a encontrar. Por el contrario, fueron los gobiernos de Juan Domingo Perón los que consagraron la gratuidad universitaria en 1949, ampliando el acceso a la educación superior a los hijos de trabajadores y sentando una base de movilidad social inédita en la Argentina. Ese hito no fue una consigna: fue una política de Estado que cambió el destino de millones. Décadas después, los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner profundizaron una verdadera política de federalismo educativo, con la creación de más de 20 universidades nacionales distribuidas en todo el país, llevando educación superior a regiones históricamente postergadas. Durante esos años, el presupuesto educativo alcanzó y superó el 6 % del PBI, cumpliendo con la Ley de Financiamiento Educativo, y se construyeron miles de escuelas en todas las provincias. Programas como Conectar Igualdad, que entregó más de cinco millones de netbooks a estudiantes y docentes, garantizaron inclusión digital real, igualdad de oportunidades y una mirada estratégica sobre el futuro. No fue un gasto: fue una inversión en conocimiento, trabajo y desarrollo. Incluso durante el gobierno de Alberto Fernández que recibió un país fuertemente endeudado tras el macrismo y debió atravesar una pandemia global inédita no se ajustó en educación ni se abandonó a las provincias. Nunca se fue contra la sociedad. Sin educación no hay desarrollo posible. Sin federalismo no hay país. Lo que hoy vemos es un modelo que apuesta a pocos, que ajusta, que recorta y que se sostiene con socios circunstanciales: socios en el Congreso, socios en las elecciones, socios aun cuando declaman lo contrario. Tal vez puedan ganar alguna elección. Pero cuando la moda pase, la historia será clara: los recordarán como uno de los peores gobiernos de nuestra democracia. Almeida, Benegas Lynch y tantos otros deberían recordar algo simple: todo pasa en la vida. Cuando dejen sus cargos, recién entonces sabrán y sabremos si estuvieron del lado correcto de la historia. Porque la educación no es gasto. Es inversión, es dignidad y es futuro. Marcelo Cresto
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