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Concepcion del Uruguay » 03442noticias
Fecha: 27/12/2025 10:40
El reciente esclarecimiento del asalto a una despensa de calle Suipacha, ocurrido en plena vÃspera navideña, no es solo el resultado de la pericia policial. Detrás de cada detención exitosa y de cada allanamiento con resultados positivos, existe hoy un factor tecnológico que está cambiando las reglas del juego: la colaboración ciudadana a través de las cámaras de seguridad privada. En tiempos donde la prevención parece no alcanzar frente a la audacia delictiva, las cámaras domésticas y comerciales se han convertido en los «testigos perfectos». A diferencia del ojo humano, que puede fallar por los nervios, el miedo o la velocidad de un asalto, el lente de una cámara no parpadea. Graba la marca de una moto, el color de un casco, una vestimenta particular o la ruta de escape que los delincuentes creÃan segura. Sin embargo, este avance tecnológico pierde fuerza sin el compromiso civil. Cuando un vecino o comerciante pone a disposición de la División Investigaciones sus registros fÃlmicos, está haciendo mucho más que entregar un video: está acortando los tiempos de la justicia. En el caso del robo en calle Suipacha, la celeridad para identificar al autor de 21 años fue clave; en el mundo delictivo, cada hora que pasa es una oportunidad para que el botÃn se licue o el sospechoso desaparezca. Es fundamental entender que la seguridad es una construcción colectiva. La cámara que hoy apunta a la vereda de un vecino, mañana puede ser la prueba que resuelva un hecho propio. Fomentar una red de vigilancia solidaria, donde el privado colabore estrechamente con la PolicÃa y la Justicia, no es «hacer el trabajo de otros», es proteger el barrio. La tecnologÃa está en nuestras manos; la voluntad de usarla para vivir en una ciudad más segura, también. Pablo Bianchi/03442
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