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  • LECTURAS / Las Fiestas, nosotros y nuestros muertos

    Federal » Retorica Federal

    Fecha: 26/12/2025 13:18

    En su libro El ano del pensamiento magico, la periodista y escritora estadounidense Joan Didion exploraba el duelo personal tras la repentina muerte de su esposo. El texto disparaba preguntas ancestrales: Donde esta ahora la esencia de las personas que dejamos de ver? Recordarlas es vivirlas? No somos recuerdos -permanentes imagenes de representacion mental- unos de otros, aun cuando estamos vivos? Que parte de los otros somos nosotros? Didion fue una periodista aguda y una escritora prolifica, pero sus reflexiones acerca de la muerte y de que hacemos los vivos con la omnipresencia de nuestros muertos la llevaron a obtener el Pulitzer. El libro de Didion acaba de cumplir 20 anos, que es mas o menos la edad de FaceBook y YouTube, aunque la explosion de las redes sociales a escala planetaria ocurriria un poco mas tarde. FaceBook fue, precisamente, el primero en inventar tumbas virtuales, partiendo de una premisa bien practica: en 2013, 30 millones de sus usuarios ya habian muerto. La red creo entonces cuentas conmemorativas para que familiares y amigos de los fallecidos pudieran recordarlos en el mismo sitio donde ellos posteaban sus ideas, sus viajes, sus logros, sus fotos. Su vida. Una cuenta puede ser una tumba para visitar sin caminatas ni horarios. El sitio sagrado que el difunto habito. Su museo. Ahora, el usuario designa un contacto de legado, alguien autorizado a administrar su cuenta cuando muera. Un heredero de la imagen publica. El testamento de los likes. Lo mismo hace Instagram. La cuenta de Carlos pasa a ser, cuando la empresa se notifica de su muerte, En memoria de Carlos. Tambien, diversos sitios del mundo reproducen sus tumbas fisicas en la web, como ahora lo hace la AMIA en Buenos Aires para sus cuatro cementerios judios. Un lugar de encuentro virtual, donde son posibles desde un reclamo administrativo sobre la tumba fisica hasta el espacio de reflexion sin mas traslado que el espiritual. En el consuelo digital, un clic es una piedra judia o una flor cristiana sin marchitar. El espacio virtual acompana, ademas del sentimiento, esa marcada tendencia social que, como el libro de Didion, tambien lleva un par de decadas: el obstinado abandono de los cementerios como espacio exclusivo de conmemoracion de una vida acabada. Hay una tendencia mundial, acaso irreversible, a menos tumbas y mas cenizas que vuelan hacia el mar, el campo, la playa, la cancha de futbol, el rio o la montana, por aquello de volver al origen. Polvo cosmico. Llevara al interes por los cementerios tradicionales a una extincion inevitable, o a reinventarlos -como ya sucede- en sitios de curiosidad turistica, arquitectonica o arqueologica. Plataformas como HereAfter o StoryFile ya usan inteligencia artificial para crear chatbots y avatares digitales que simulan hablar con personas fallecidas, replicando su imagen y su voz originales a partir de grabaciones y videos previamente recopilados. Los thanabots -Thanatos era la muerte en la mitologia griega- van a sentarnos en cualquier momento frente a nuestros muertos, cara a cara, en una videollamada por WhatsApp. Con o sin wifi, siempre seremos nosotros extranando a los que queremos y nos hacen falta, arrastrados por el iman del corazon. Por eso aun miramos al cielo, con los ojos humedos, en estos dias en que nos sentamos a esperar las doce. DEL EDITOR AL LECTOR - Elogio de las fotos malas ALBUM DE FEDERAL / OPERARIOS EN LA CONSTRUCCION DEL PUENTE 'COLORADO'

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