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  • Lacteas en crisis: el ano en que se quebro la cadena y cayeron empresas historicas

    Buenos Aires » AmbitoWeb

    Fecha: 24/12/2025 15:32

    La industria lactea argentina cerro 2025 atravesando uno de los peores anos de su historia reciente. Quiebras, concursos preventivos, plantas paralizadas y conflictos laborales se sucedieron a lo largo del calendario y dejaron al descubierto el deterioro de un sector clave para el interior productivo. El colapso de ARSA, La Suipachense y Lacteos Veronica, junto con la situacion critica que atraviesa SanCor, termino de confirmar que la crisis dejo de ser coyuntural y paso a ser estructural. Detras de esos casos aparece un denominador comun: consumo interno en retroceso, precios rezagados frente a la inflacion, costos en alza, falta de financiamiento y una cadena de pagos que se fue rompiendo eslabon por eslabon. En ese contexto, algunas companias no lograron resistir y cayeron en quiebra, otras quedaron atrapadas en concursos preventivos y varias debieron paralizar su operatoria por falta de materia prima y liquidez. Aunque cada empresa tuvo su propio recorrido, el ano mostro un patron claro. ARSA y La Suipachense colapsaron tras procesos de deterioro acelerado bajo la gestion del grupo venezolano Maralac. Veronica quedo asfixiada por deudas y perdida de proveedores. SanCor, en tanto, logro seguir operativa bajo concurso, pero con un modelo productivo reducido y muy lejos de su escala historica. Cuatro trayectorias distintas que confluyeron en un mismo resultado: una industria mas fragil, mas chica y sin margen para absorber nuevos shocks. ARSA: de joya industrial a liquidacion total El golpe mas contundente del ano llego con la quiebra de Alimentos Refrigerados S.A. (ARSA), la compania que producia yogures y postres SanCor. La empresa habia nacido en 2016, cuando Vicentin compro esa division por unos u$s100 millones, y durante un tiempo fue presentada como uno de los activos mas valiosos del grupo. Sin embargo, el deterioro financiero de Vicentin y el posterior desembarco de Maralac marcaron el inicio de un declive sin retorno. En octubre, la Justicia Comercial decreto la quiebra tras fracasar el proceso de salvataje previsto en el concurso preventivo iniciado en 2024. El expediente expuso un pasivo reconocido de $49.700 millones, garantias por otros $67.300 millones, mas de 540 cheques rechazados por $6.500 millones y una operatoria completamente paralizada. Las plantas de Arenaza, en Buenos Aires, y Monte Cristo, en Cordoba, cerraron sus puertas, dejando a mas de 500 trabajadores sin actividad ni indemnizacion. En localidades pequenas como Arenaza, de apenas 2.500 habitantes, el cierre de ARSA significo mucho mas que la caida de una empresa: implico la perdida del principal motor economico local. La quiebra puso fin a un proyecto que nunca logro estabilizarse y que termino atrapado entre el derrumbe del grupo Vicentin, la falta de financiamiento y una gestion incapaz de revertir el deterioro. La Suipachense: el derrumbe de una marca emblematica Apenas dias despues, la crisis volvio a sacudir al sector con la quiebra de La Suipachense, otra historica lactea bonaerense. El Juzgado de Mercedes ordeno la liquidacion total de Lacteos Conosur S.A., titular de la marca, al constatar que la empresa no generaba ingresos y habia incumplido el acuerdo preventivo homologado. La firma acumulo mas de 1.000 cheques rechazados por $8.500 millones, salarios impagos, deudas con productores y actividad totalmente paralizada. En su momento de mayor expansion, la planta de Suipacha llego a procesar 250.000 litros diarios de leche. En 2025, ese volumen desaparecio por completo. Los 140 trabajadores quedaron sin tareas y unos 180 tambos interrumpieron los envios ante la falta de pago. Al igual que ARSA, La Suipachense estaba bajo la gestion de Maralac. El deterioro financiero, la perdida de proveedores y las denuncias gremiales marcaron un proceso que se fue profundizando hasta dejar a la empresa sin margen de maniobra. Entre ambas companias, el colapso dejo mas de 1.500 cheques rechazados por encima de $15.000 millones, configurando uno de los fracasos empresariales mas severos de la industria lactea reciente. SanCor: sobrevivir bajo concurso y con un modelo reducido Distinto es el recorrido de SanCor, que atraviesa su propia crisis, pero aun logra sostener actividad. La cooperativa ingreso en concurso preventivo en febrero, luego de anos de conflictos financieros, cierres temporales de plantas y tensiones con el sindicato. A lo largo del ano, el deterioro quedo expuesto tambien en el plano judicial, con el procesamiento de dos ex presidentes por apropiacion indebida de aportes previsionales por mas de $1.600 millones. Hoy, SanCor sigue en pie gracias a acuerdos de produccion a fason, que le permiten utilizar su capacidad instalada para terceros. Mantiene seis plantas activas, con niveles de ocupacion cercanos al 75%, y procesa entre 550.000 y 600.000 litros diarios, muy lejos de los volumenes historicos. El esquema salarial continua siendo fragil, con pagos en tramos, y el futuro depende de la evolucion del concurso y de la capacidad de sostener esos acuerdos. El caso de SanCor refleja una crisis mas estructural, ligada a la perdida de competitividad y a un modelo cooperativo que quedo tensionado por anos de endeudamiento y reestructuraciones fallidas. Lacteos Veronica: plantas paradas y una cadena de pagos rota El cuarto gran foco de conflicto fue Lacteos Veronica, que cerro 2025 con sus tres plantas santafesinas paralizadas, sueldos impagos y sin leche para producir. La empresa acumulo cheques rechazados por mas de $10.900 millones y una deuda con productores estimada en torno a u$s60 millones, de los cuales entre u$s18 millones y u$s20 millones corresponden a leche cruda entregada y no pagada. La falta de pagos provoco una perdida total de confianza de los tamberos, que dejaron de remitir materia prima y redireccionaron su produccion a otras usinas. Sin insumos, la firma logro estirar su supervivencia apenas con contratos de fason, principalmente en la planta de Lehmann, con ingresos insuficientes para sostener la estructura. Los productos desaparecieron de las gondolas y las versiones de venta de activos nunca se concretaron, en un contexto de tensiones internas que trabaron cualquier salida de fondo. Un cierre de ano que deja senales de alerta El cierre de 2025 deja una industria lactea mas concentrada, con menos empresas, menos tambos y una estructura productiva cada vez mas compleja. En los ultimos anos se profundizo la salida de pequenos y medianos productores, mientras la industria quedo en manos de menos jugadores, con mayor escala pero tambien con mayores exigencias financieras y operativas. A ese proceso se suman costos en alza, un mercado interno que no logra recomponerse y una estructura laboral que presiona sobre los margenes, en un contexto donde trasladar precios resulta cada vez mas dificil. La crisis no solo dejo empresas en el camino, sino que acelero una transformacion silenciosa del sector, con menos actores y mayor concentracion. El colapso de ARSA y La Suipachense, la paralisis de Veronica y la supervivencia ajustada de SanCor no fueron episodios aislados, sino senales de un cambio mas profundo. La cadena lactea se esta reconfigurando.

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