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» Nueva Rioja
Fecha: 24/12/2025 16:53
Lejos de ser un ano de transicion, el 2026 aparece como una temporada clave en el proceso de consolidacion de Los Pumas dentro de la elite del rugby mundial. Si bien la ausencia del Rugby Championship podria interpretarse como una desventaja en la preparacion rumbo al Mundial 2027, el nuevo escenario internacional terminara ofreciendo al seleccionado argentino una oportunidad inedita para afianzarse definitivamente entre las potencias. El punto de partida es el contexto con el que Argentina llegara a ese ano. Tras un 2025 positivo, en el que volvio a vencer a Australia y Nueva Zelanda y logro sostener el sexto puesto del World Rugby Ranking -condicion que le permitio ser cabeza de serie para la Copa del Mundo de Australia-, el equipo dirigido por Felipe Contepomi demostro que ya no se trata de golpes aislados, sino de una competitividad sostenida frente a los mejores. En ese sentido, el nacimiento de la Nations Championship aparece como un factor determinante. La competencia enfrentara de manera sistematica a los seleccionados del Hemisferio Sur con las potencias del Hemisferio Norte, lo que obligara a Los Pumas a medirse, a lo largo de todo el ano, con rivales de estilos diversos, alto ritmo de juego y maxima exigencia tactica. Esa continuidad frente a equipos del top mundial es justamente uno de los elementos que historicamente marco la diferencia entre las selecciones consolidadas y las que buscan dar el salto definitivo. Mas alla de no enfrentar en 2026 a Nueva Zelanda y Sudafrica (aun no confirmado) -dos rivales a los que en los ultimos anos comenzo a agarrarles la mano-, el calendario propondra desafios igual de complejos. Escocia, Gales, Inglaterra, Irlanda y Francia representan hoy distintos modelos de juego de primer nivel, y competir de forma sostenida ante ellos permitira a Argentina ampliar su abanico tactico, fortalecer la toma de decisiones y ganar madurez en escenarios adversos, algo clave en competencias mundialistas. Ademas, el nivel de exigencia permanente forzara a Contepomi y su cuerpo tecnico a llegar a definiciones importantes: consolidar un plantel estable, ajustar roles, profundizar una identidad de juego y terminar de pulir detalles que, en un Mundial, suelen marcar la diferencia entre competir y trascender. En ese marco, cada partido de 2026 funcionara como una prueba real, no como un simple test match aislado. Por todo esto, 2026 se perfila como un ano bisagra para Los Pumas. No solo por la cantidad y calidad de los rivales, sino porque el contexto los obligara a sostener un nivel alto en cada presentacion. Si Argentina logra responder a esa exigencia, el objetivo dejara de ser dar el golpe para pasar a algo mas ambicioso: instalarse definitivamente entre las potencias del rugby mundial y llegar al Mundial 2027 con argumentos solidos para pelear de igual a igual con cualquiera.
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