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» Cadena3
Fecha: 24/12/2025 13:33
Viajar con mascotas: ¿un derecho que suma o un problema que recién empieza? La nueva normativa permite el traslado de mascotas en trenes y micros, estableciendo condiciones de seguridad y convivencia entre pasajeros en todo el país. 24/12/2025 | 10:44Redacción Cadena 3 La decisión del Gobierno nacional de autorizar el viaje con mascotas en trenes y micros de larga distancia abrió un debate. No tanto sobre el amor que sentimos por los animales —eso parece fuera de discusión— sino sobre la convivencia, los límites y, sobre todo, el sentido común a la hora de compartir espacios cerrados durante muchas horas con personas que no necesariamente eligieron hacerlo. La norma incorpora, es cierto, un marco regulatorio que apunta a la seguridad, la higiene y la convivencia entre pasajeros. Y ese punto es clave. Porque no se trata solo de “dejar viajar mascotas”, sino de cómo, con quiénes y a qué costo —no solo económico— para todos los involucrados. ¿Qué es una mascota? La resolución habla de "animal doméstico o de compañía" capaz de convivir con personas en un entorno doméstico. Ahí surgen las dudas. Todos pensamos automáticamente en perros y gatos, pero la definición es más amplia y deja zonas grises. ¿Un loro? ¿Un conejo? ¿Una tortuga —aunque esté prohibida por la ley de fauna—? La norma no lo aclara del todo y abre la puerta a conflictos que, tarde o temprano, van a aparecer. Otro punto sensible es el "cómo". Un solo animal por pasajero, transportín cerrado, ubicado en la falda, debajo del asiento delantero o en el asiento contiguo, siempre con cinturón de seguridad. Sobre el papel suena ordenado. En la práctica, imaginar un viaje de Córdoba a Mar del Plata con un perro inquieto, un gato estresado o un ave ruidosa durante ocho o diez horas no resulta tan sencillo. Mucho menos para quienes viajan alrededor. Y ahí aparece el gran ausente del debate: el otro pasajero. El que no tiene mascota. El que paga su pasaje esperando descansar, dormir o simplemente viajar tranquilo. ¿Qué pasa si el animal ladra toda la noche? ¿Si se estresa, se altera o genera incomodidad? La norma dice que el dueño será responsable de garantizar que no cause molestias. Pero cualquiera que haya viajado sabe que no todo se puede controlar, por más buena voluntad que exista. /Inicio Código Embebido/ La medida fue oficializada por el Gobierno nacional, aunque las empresas advierten que faltan definiciones operativas y que todavía no está implementada en la ciudad. /Fin Código Embebido/ Las empresas, además, podrán fijar condiciones propias: especies, razas, peso, edad, dimensiones y también pautas de limpieza y desinfección. ¿Quién limpia si hay un problema? ¿La empresa, el chofer o el dueño del animal? Son detalles que no son menores y que definirán si esta medida funciona o fracasa en la práctica. Hay otro aspecto que incomoda, aunque se diga en voz baja: el bienestar real de los animales. No todos disfrutan viajar. Algunos lo sufren. Basta ver un perro llorando en un canil o un animal alterado en una fila de embarque para preguntarse si siempre es necesario llevarlos con nosotros. ¿Es por su bien o por el nuestro? ¿Es una decisión pensada o un apego que no sabemos soltar? Amar a las mascotas no debería estar reñido con pensar en el otro. Ni en los demás pasajeros ni en el propio animal. La medida puede ser un avance si se aplica con criterio, controles claros y mucho respeto mutuo. De lo contrario, corre el riesgo de transformarse en una fuente constante de conflictos, quejas y viajes arruinados. Porque, al final, viajar debería ser una experiencia compartida y tolerable para todos. Incluso —y sobre todo— cuando hay mascotas de por medio.
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