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» El cordillerano
Fecha: 24/12/2025 03:35
CONTRA TODO La historia de amor de María Sol Messi y Julián Orellano: del amor adolescente a la boda suspendida Hay historias que crecen sin ruido, lejos de los flashes, y se sostienen con una constancia que no necesita exhibición. La de María Sol Messi y Julián Orellano es una de ellas: un vínculo que empezó cuando eran chicos, atravesó mudanzas, proyectos y cambios de vida, y que siempre encontró la forma de volver al mismo punto de origen. Se conocieron en Rosario, en la adolescencia, cuando el barrio todavía ordenaba los días y las amistades se tejían caminando las mismas calles. Allí nació un lazo que primero fue compañía, luego confianza y, con el tiempo, amor. No hubo estridencias ni anuncios grandilocuentes: el vínculo se fue afirmando a la par del crecimiento personal de cada uno, con una naturalidad que hoy resulta casi rara. Mientras María Sol Messi fue encontrando su camino profesional y desarrollando su perfil emprendedor, Julián Orellano se volcó de lleno al fútbol, un mundo que conocía de cerca. Amigo del círculo íntimo de Lionel Messi, Orellano terminó radicándose en Estados Unidos, donde se sumó al proyecto del Inter Miami en divisiones formativas. Esa etapa consolidó una vida compartida lejos de la Argentina, pero con raíces siempre presentes. A lo largo de los años, la pareja mantuvo un bajo perfil. Ella, enfocada en su marca y en su independencia; él, en su trabajo dentro del fútbol. En redes sociales, las muestras de cariño aparecieron de manera esporádica, sin exposición excesiva, como una continuidad lógica de lo que viven puertas adentro. La relación avanzó sin sobresaltos, con viajes, reencuentros familiares y una rutina que los unió todavía más. El compromiso llegó como una consecuencia natural de ese recorrido. La decisión de casarse estaba tomada y la fecha ya tenía lugar en el calendario: enero de 2026. Era el cierre simbólico de una historia larga, construida paso a paso, con la ilusión intacta de celebrar rodeados de afectos y familia. Pero la vida, a veces, obliga a frenar. Un accidente automovilístico que sufrió María Sol Messi en Miami alteró todos los planes. La prioridad pasó a ser su recuperación y la cercanía con los suyos. La boda, que estaba tan cerca, quedó en pausa, no como una renuncia, sino como una postergación necesaria frente a un momento delicado. Hoy, la historia de María Sol Messi y Julián Orellano sigue escribiéndose desde otro lugar. La rehabilitación, el acompañamiento y la paciencia reemplazaron a los preparativos. La promesa, sin embargo, sigue en pie. Porque si algo define este amor es justamente eso: haber aprendido, desde muy jóvenes, que los tiempos se respetan y que, incluso cuando todo se detiene, el vínculo permanece.
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