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Diamante » Neonetmusic
Fecha: 20/12/2025 12:17
La cartera crediticia en mora de los hogares argentinos alcanzó en octubre su nivel más alto desde que existen registros, marcando doce meses consecutivos de incremento. Según el último Informe sobre Bancos del Banco Central (BCRA), el ratio de irregularidad para los créditos familiares escaló al 7.8%, un máximo histórico desde 2010. Este valor representa un aumento de 5.5 puntos porcentuales en el último año. El deterioro se concentró en los préstamos personales y el financiamiento con tarjetas de crédito. En el primer caso, la morosidad llegó al 9.9% (subiendo 6.5 puntos), mientras que en las tarjetas se ubicó en el 7.7% (con un incremento de 6 puntos). Por el contrario, los créditos prendarios e hipotecarios mostraron una evolución más contenida, con tasas del 4.8% y alrededor del 1%, respectivamente. Expertos atribuyen este fenómeno a la combinación de tasas de interés exorbitantes y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios. Durante octubre, la tasa nominal promedio para los préstamos personales se ubicó en el 83%, un costo muy superior a la inflación esperada. Esta situación generó un estrés financiero creciente en los hogares, dificultando el cumplimiento de las obligaciones. El panorama mostró un leve alivio tras las elecciones legislativas, cuando la reducción de la volatilidad financiera permitió que la tasa de los préstamos personales bajara al 66.5%. Sin embargo, economistas como Roberto Arias, exfuncionario de la gestión de Martín Guzmán, también señalan que parte del aumento de la morosidad es un efecto “natural” del explosivo crecimiento del crédito al sector privado, que se duplicó en términos reales, incorporando a segmentos de mayor riesgo. Al sumar a las empresas, el índice de morosidad global del sistema financiero trepó al 4.5% en noviembre, su nivel más alto desde noviembre de 2021. En el segmento corporativo, el ratio pasó del 0.7% al 1.9% en un año, con el mayor aumento en los préstamos prendarios. El dato consolida una tendencia alcista que refleja las tensiones económicas tanto en las familias como en el sector productivo.
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