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» Clarin
Fecha: 19/12/2025 20:39
Es bastante común: algunas personas inician una conversación y, para sorpresa de quienes lo escuchan, solo hablan de sí mismas. Y sólo hablan ellas. Son personas singulares, pero se las encuentra bastante seguido. Todo el tiempo relatan sus experiencias logros y hasta algunas preocupaciones. Los demás tienen poca o escasa participación. Para la psicología, este hábito, mal visto desde el punto de vista social, puede reflejar rasgos de egocentrismo o, incluso, de narcisismo. Porque, a menudo, quienes solo piensan en sí mismos buscan validación y aprobación de los demás. No mucho más. Pero esta necesidad de reconocimiento puede significar algo más que buscar alimentar el ego, ya de por sí bastante elevado, sino también llenar vacíos emocionales derivados de la inseguridad o de la falta de confianza en sí mismo. El fenómeno de hablar "siempre yo" Entonces, cuando alguien tome la palabra y solo la utilice para hacernos conocer sus hazañas, como sus éxitos laborales o académicos, sus viajes por el mundo y hasta su última conquista amorosa, estaremos ante alguien que, en el fondo, se siente bastante inseguro. Las personas que hablan siempre de sí mismas y no escuchan al otro, tienen características muy particulares. Fáciles de descubrir./ Shutterstock. El fenómeno de hablar mucho de sí mismo es conocido como "boomerasking" y está relacionado con un rasgo de personalidad que se manifiesta a través de la práctica de formular preguntas a otros con la intención de redirigir la conversación hacia uno mismo. Este comportamiento puede ser percibido como una falta de interés genuino en el interlocutor y, con el tiempo, puede afectar, de manera negativa, las relaciones sociales. Sonia García, psicóloga del Colegio Oficial de Psicología de Madrid, explica al sitio especializado en salud, Cuídate Plus, que las personas que enfocan las conversaciones en sí mismas “presentan aires de superioridad y de grandeza, asumiéndose mejor que los demás”. Ellas “se sienten merecedoras de privilegios” y por eso “magnifican sus logros, si es que tienen alguno, esperando un trato especial”. Hablar siempre de uno mismo. No escuchar al otro. Narcisismo físico, sexual e intelectual./ Foto: Shutterstock. Y agrega la psicóloga Sonia García: “Al estar tan pendiente de sí mismas y obsesionadas con su propia persona, las necesidades emocionales del resto le importan muy poco o nada”. Está bastante claro que hablar demasiado de sí mismo puede reflejar una falta de empatía. Las personas que tienden a centrarse demasiado en sí mismas pueden tener dificultades para escuchar y comprender las experiencias y sentimientos ajenos. Por supuesto, resulta natural hablar de uno mismo en determinadas situaciones, pero hacerlo de manera exagerada y constante puede ser indicativo de una dificultad para desarrollar la empatía. Como un efecto búmeran, la falta de reciprocidad en las conversaciones puede generar sentimientos de frustración y desconexión. En el fondo, según la psicología, son personas narcisistas que se creen el centro del universo y ven normal que todo gire a su alrededor, y por eso consideran que sus historias y anécdotas nunca pueden aburrir a los demás. Apego. Narcisismo. Ego. El egocentrismo suele dinamitar la salud de una pareja./ Foto: Shutterstock. Desde la psicología, entender el porqué de esta conducta puede ayudar a mejorar las relaciones interpersonales y a fomentar un diálogo más equilibrado y empático. Hablar de uno mismo es natural y necesario para compartir experiencias y construir vínculos, pero cuando se convierte en un monólogo constante, puede indicar dificultades para conectar genuinamente con los demás. Psicólogos señalan que desarrollar la empatía y la capacidad de escucha activa es clave para evitar que este comportamiento afecte negativamente tanto al emisor como al receptor.
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