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  • Vivir de fiesta en fiesta

    » Clarin

    Fecha: 19/12/2025 06:40

    Fue muy impresionante ver a Buenos Aires decorada para Halloween desde septiembre hasta el 2 de noviembre, y el 3 de noviembre verla vestida para las fiestas navideñas. Me gustan celebrar todas las fiestas posibles, autóctonas y foráneas, más con alma de antropóloga que por el placer de la fiesta en sí. Ahora, la pregunta: ¿qué es una fiesta? Una definición posible sería: un ritual en donde se conmemora con alegría un hecho en sí, ya sea religioso o no. Este ritual lleva un tiempo de preparación, un tiempo de ejecución y un tiempo de reflexión de la vivencia. La premura con la que pasamos de una fiesta a otra nos hace perder un poco la conciencia de qué cosa estamos celebrando cada vez. Tanto Halloween como Navidad, son fiestas derivadas de la religión cristiana: la víspera del día de los Santos, el día de los Santos, el día de los Difuntos, el día de San Nicolás o bien el nacimiento de Cristo o, cuando coincide Janucá, la victoria de los judíos macabeos sobre los griegos. Podríamos decir que suena a verdadero que le ponemos más onda a las fiestas pseudo/religiosas que a las patrias; ¿¡quién se acordó del Día de la Tradición y salió por las calles vestido de gauchito o de criollita!? El Día del Trabajo, a pesar de todo, se sigue respetando y celebrando con su locro a tono. Aunque las fiestas patrias no tienen ya mucho asidero fuera de la escuela primaria y en los actos políticos y gubernamentales, lo real es que las fiestas puramente comerciales suelen ser un éxito. Para el Día de la Madre (o Día de la Familia), el Día del Niño (o Día de las Infancias), o el Día del Amigo puede haber más ofertas y locura en los negocios que en un Cyber Monday. A las celebraciones públicas, debemos agregar las privadas. Todos tenemos cumpleaños, aniversarios, casamientos, divorcios, graduaciones, bautismos, comuniones, B’nai Mitzvah. En una familia tipo -dando por sentado lo que afirma el psicólogo Luciano Lutterau, que todos somos padres de un hijo único-: tenemos tres cumpleaños, un aniversario, Día de la Familia, Día del Padre -no sé cómo se lo menciona ahora-, Día de las Infancias, y el hijo que a fin de año se recibe del año que se reciba en la escuela primaria o secundaria, porque que nuestros hijos se adelanten en el saber, siempre es un logro para celebrar. Más el Año Nuevo (aun cuando se lo omita por cuestiones étnicas y se celebre el Año Nuevo Chino o Rosh Hashaná solamente). Y esto, en el caso de una familia, por así llamarla, atea -si es que eso existe- y que no festeje ni la Navidad ni la Pascua, por ejemplo. En conclusión: una familia tipo, de tres miembros, sin contar abuelos y tíos, contiene nueve celebraciones.

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