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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 18/12/2025 04:37
La conversación pública sobre la innovación gastronómica vive un momento de expansión. Nuevos formatos, alianzas y proyectos con impacto territorial empiezan a redefinir cómo se piensa la comida en movimiento. En ese escenario, la historia y la mirada de Lele Cristóbal, creador de Café San Juan, ofrecen una síntesis clara de cómo la tradición puede transformarse en motor de cambio dentro de una industria dinámica y en permanente transformación. Un oficio marcado por la tradición familiar En el tercer capítulo de El Poder de la Innovación Humana, el cocinero repasó los orígenes de su vínculo con la cocina. Recordó que su abuelo húngaro fue quien lo acercó por primera vez a los sabores intensos y a la cultura del fuego, un espacio donde aprendió a valorar el producto y la dedicación. A la vez, destacó que su familia asturiana aportó una segunda capa de influencias que consolidó su identidad culinaria. Según explicó durante la charla con Agostina Scioli, ese legado se convirtió con el tiempo en la base emocional y técnica de Café San Juan, el restaurante que ya cumplió 22 años. Además, el entrevistado mencionó que esos lazos afectivos y gastronómicos orientaron su carrera desde muy joven, tanto en sus experiencias en Europa como en su regreso a la Argentina para abrir el proyecto que lo acompañaría por más de dos décadas. Lele Cristóbal durante su participación en El Poder de la Innovación Humana (Maximiliano Luna) Viajes, rutas y el nacimiento de una idea Con el correr del tiempo, Cristóbal hizo de los viajes por el país una fuente constante de inspiración. A través de sus programas de televisión y sus recorridos por distintas provincias, observó cómo cambiaba la experiencia de comer en movimiento. En consecuencia, detectó una problemática que se profundizó tras la pandemia: la falta de oferta fresca y sabores reales en las rutas argentinas. Según relató en la entrevista, la mayoría de las propuestas se habían vuelto industriales y poco representativas de la riqueza gastronómica local. Fue entonces cuando surgió la oportunidad de trabajar junto a AXION energy en un concepto que recuperara la calidad de los viejos sándwiches de ruta. Así nació la Parada Sanguchera, la iniciativa que hoy cuenta con más de 150 puntos en el país y que, para el cocinero, simboliza una forma de “dar amor en forma de comida” a quienes viajan largas distancias. Devolver lo recibido: un proyecto federal Cristóbal explicó que su presencia en cada inauguración de esta propuesta fue clave para consolidar su espíritu federal. La primera apertura se dio en la estación AXION energy de Arroyo Seco, cerca de Rosario, y la más reciente —contó— tuvo lugar en Río Gallegos, donde vivió una recepción multitudinaria. Esa conexión con el público, sumada a la posibilidad de llevar productos propios a regiones alejadas de Buenos Aires, reforzó su compromiso con el proyecto. La Parada Sanguchera es una forma concreta de acercar parte de la identidad de Café San Juan a personas que no pueden viajar hasta su restaurante. En paralelo, subrayó que la iniciativa modificó la manera de recorrer el país. Ahora, quienes se detienen en una estación encuentran una experiencia que combina calidad, artesanía y territorio, algo que —según señaló— parecía haberse perdido. Innovación a través de la calidad y las alianzas En relación con el crecimiento del proyecto, el cocinero detalló que la carta de sándwiches se sostiene sobre seis sabores simples pero contundentes, acompañados de conservas elaboradas por productores de distintas provincias. La de tomate y la de berenjena provienen de Mendoza; el aceite de oliva llega desde Coronel Dorrego; el chocolate, desde Bariloche; y la yerba mate, desde Misiones. Lele Cristóbal y una visión que conecta rutas, producto y memoria gastronómica (Maximiliano Luna) Además, se sumaron recetas desarrolladas junto a colegas referentes, como las empanadas creadas por el propio Cristóbal, la pizza diseñada por Roberto Petersen y la hamburguesa realizada en colaboración con La Birra Bar. Cada incorporación responde a una premisa común: trabajar con “amigos responsables”, profesionales obsesionados por la excelencia. En este contexto, adelantó que la próxima novedad será La Panadería de la Parada Sanguchera, diseñada junto a La Mantequería. El objetivo es ofrecer facturas premium, elaboradas con técnicas artesanales y pensados para elevar la experiencia del café en ruta. “Nos estamos despegando del resto de la competencia porque nuestra innovación es la calidad”, aseguró. La gastronomía como forma de innovación humana Hacia el final de su participación, Cristóbal reflexionó sobre el rol de las personas en la gastronomía. Para él, la clave no implica siempre buscar sofisticación, sino recuperar prácticas esenciales: cortar un buen fiambre, hornear un pan auténtico o trabajar con productores locales. “Nuestra innovación está en que en vez de tener socios, trabajamos con amigos, gente responsable y excéntricos de la calidad que se dedican a dar lo mejor”. Esa filosofía se convirtió en el motor de un proyecto que trasciende lo comercial y se apoya en vínculos reales.
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