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Parana » Asdigitalnews
Fecha: 18/12/2025 01:50
La hiperestimulación a la estamos sometidos en la actualidad impide que nos aburramos, al menos, de forma consciente. Es cierto que hay momentos en la vida en los que podemos sentir que nos aburrimos, pero son los menos, ya que, en cuanto nos damos cuenta de que esto ocurre sacamos el móvil y nos distraemos. El aburrimiento, explica Olga Albaladejo, psicóloga, "es un estado emocional que aparece cuando lo que estamos haciendo no nos estimula, no nos interesa o no satisface una necesidad interna. No es falta de actividad, sino una desconexión entre lo que hacemos y lo que necesitamos en ese momento". En psicología, el aburrimiento se define como una señal. "Igual que el hambre nos indica que necesitamos energía, el aburrimiento nos avisa de que necesitamos cambio, creatividad, descanso o, simplemente, presencia". Según la investigación reciente, aburrirse "puede indicar necesidades específicas de estimulación, novedad, significado, relación o desafío cognitivo, por lo que no es una emoción "menor", sino un mecanismo adaptativo fundamental". Beneficios de aburrirse A medida que nos hacemos mayores y que avanzamos en esta sociedad de hiperestimulación, nos damos cuenta de que el aburrimiento, en algunos casos, es necesario, pero ¿tiene beneficios? Según Albaladejo, "aburrirse tiene muchos beneficios que están muy bien documentados". Así, ejemplifica, la investigación de Sandi Mann, de la Universidad de Lancashire, "muestra que el aburrimiento aumenta la creatividad hasta un 40% en tareas posteriores". En sus estudios, "participantes que realizaban tareas aburridas antes de ejercicios creativos superaron a quienes habían hecho actividades más estimulantes". Entre otros beneficios respaldamos por la ciencia, el aburrimiento: Estimula la imaginación. Cuando no hay estímulo externo, el cerebro genera ideas propias. Restablece la atención. Igual que el cuerpo necesita descanso, la mente necesita momentos sin demanda. Activa la "red en modo predeterminado". El profesor Arthur Brooks de Harvard explica que el aburrimiento ayuda a activar una parte crucial del cerebro que se enciende cuando no estamos enfocados en nada específico, permitiendo conexiones creativas inesperadas. Favorece la autorreflexión. Permite acceder a pensamientos profundos que evitamos cuando estamos ocupados. Reduce el estrés. Si no lo evitamos compulsivamente, puede ser un espacio mental de calma. El aburrimiento en los niños En el caso de los niños, "el aburrimiento es el terreno fértil de la creatividad infantil", indica Albaladejo. Y es que, "cuando un niño se aburre y no acudes inmediatamente con una pantalla o un plan, su cerebro activa recursos internos, por lo que empieza a inventar juegos, a explorar, a imaginar, a crear soluciones". Como comenta, "los investigadores Karen Gasper y Brianna Middlewood de la Universidad Estatal de Pensilvania encontraron que los niños constructivamente aburridos buscan y se involucran en actividades satisfactorias, similar a como lo hacen las personas felices". Pero no solo eso ya que el aburrimiento "ayuda a desarrollar estrategias de planificación, habilidades de resolución de problemas, flexibilidad y tolerancia a la frustración", señala la psicóloga y estas son habilidades que les servirán toda la vida. Por tanto, que los niños se aburran es bueno y sano, pero no siempre es fácil. Para lograrlo, como padres, necesitamos:
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