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  • El hipismo “es mi vida”, afirma el joven que vive la incomparable experiencia de volar con su caballo

    Colon » El Entre Rios

    Fecha: 17/12/2025 11:30

    El joven Bruno Carísimo cerró la temporada 2025 con un primer puesto en la competencia de 1,15 metros junto a “Lupino”, en el Club Hípico Concordia. Con una progresión vertiginosa, un entrenamiento exigente y un fuerte apoyo familiar, el joven jinete repasa su camino, sus desafíos y sus metas. “Lupino” es, actualmente, el caballo que marca el pulso de su presente deportivo. “Fue un recorrido muy prolijo; ‘Lupino’ estuvo impecable”, resumió todavía con la sensación del triunfo presente. Para él, ese cierre no fue solo un resultado: fue la confirmación de un año intenso. Abriéndose camino El hipismo llegó a su vida a los diez años, casi por casualidad, cuando una amiga de su tía lo invitó a montar. Reconoce que empezó tarde para la disciplina ya que “lo ideal es a los siete u ocho”, pero el Club Hípico Concordia le abrió un camino posible con su escuela de iniciación. Allí aprendió las primeras nociones, montó caballos mansos y empezó a competir en torneos internos. En 2021, ese recorrido inicial tuvo su primer reconocimiento cuando fue elegido Mejor Jinete del Club Hípico Concordia. Su crecimiento después de ese logro fue inmediato. La participación en el Campeonato Federal lo obligó a dar un paso que, según él mismo, marcó un antes y un después: dejar atrás los caballos de escuela. La familia reunió el esfuerzo necesario para comprar a “Peter”, aunque su llegada se demoró y Bruno compitió con “Pistacho”, un caballo prestado con el que terminó formando una sociedad inesperada. Finalmente, se quedaron con los dos. La historia, sin embargo, tomó un giro duro: “Peter” murió en un accidente camino a Rafaela y el jinete concordiense recuerda ese momento como uno de los más difíciles. Pensó incluso en no volver a montar. Sin embargo, “Pistacho”, que había llegado como un reemplazo temporal, se volvió el sostén emocional y deportivo que necesitaba para seguir. Con él ganó torneos y recuperó la confianza. El 2024 lo encontró consolidado. Salió campeón del Federal Zona Litoral Norte en 0,80 metros y comenzó a destacarse con Lupino, un caballo joven al que define como “un enorme potencial”. Tiene solo seis años y, según Bruno, podría alcanzar 1,40 metros en poco tiempo. La velocidad con la que él mismo subió de categoría también sorprende: pasó de 0,80 a 1,20 metros en apenas un año, casi sin etapas intermedias. “Es raro, muchos jinetes pasan años en una misma altura”, comparó. Un 2025 federal e internacional Ese crecimiento acelerado lo llevó a recorrer el país en 2025: Rosario, Rafaela, Córdoba, Buenos Aires, Posadas y Corrientes fueron parte de su calendario competitivo, que incluyó dos categorías del Federal. El rendimiento lo ubicó en el selectivo para el CSI de Paraguay 2025. También brilló en Buenos Aires, donde fue Subcampeón en el Club Hípico Argentino, tras saltar tres pruebas en una mañana con los mejores tiempos y sin faltas. “El desempate fue lo mejor del año”, confesó. La experiencia internacional (enfrentándose a jinetes de Brasil, Paraguay, Uruguay y Chile) le dejó un sexto puesto final y la certeza de que puede competir en ese nivel. “Fue muy profesional, muy competitivo. Me abrió la cabeza”, aseguró al respecto en un comunicado remitido a “3200, el código del deporte”. Trabajo compartido Ser jinete es un trabajo compartido, explicó y dijo que no se trata solo de entrenar a diario, sino de sincronizarse con el caballo. “Somos dos: ‘Lupino’ y yo. Hay días en que uno está bien y el otro no”, describió. Su entrenamiento combina salto dos veces por semana con ejercicios técnicos el resto de los días. Nunca se subió a un caballo “hecho”: a los tres que tuvo los formó él mismo. Eso implica riesgo, tiempo y errores; también un dominio profundo del animal. "La familia es clave" Competir desde el interior tiene sus desafíos particulares. Traslados largos, costos elevados, logística compleja, ausencia de apoyo oficial. Bruno es consciente de esa desigualdad estructural. “Para los del interior todo es más difícil”, afirmó. Viajar con el caballo 10 o 12 horas, conseguir box, petiseros, equipos, hoteles… la lista es extensa. La familia es clave en cada paso, y también una empresa de Concordia que lo acompaña como sponsor. “Sin ellos no podría hacerlo”, admitió, "Primero está la escuela" Mientras tanto, la escuela también juega su parte. Cursa quinto año en El Principito y trata de equilibrar viajes y estudio. No siempre es sencillo. Este año le va a costar mucho competir en las Finales del Nacional porque coinciden con un examen. “Da bronca, pero primero está la escuela”, dijo con madurez. Además, con su ambición deportiva, junto a su profesora planificó días de 3 horas de preparación en la materia y ejercicios para hacer en el tiempo libre en el Club Alemán de Buenos Aires: “llego a la noche y a las 7,30 del otro día tengo mesa de examen. Lo voy a intentar”, enfatizó. "No hay nada comparado..." De cara al 2026, ya piensa en el CSI de Concordia, donde espera competir en 1,20 metros. ‘Lupino’ tendrá un descanso en el Centro Ecuestre Colón antes de retomar la preparación. Sobre su futuro académico aún no decidió, pero hay una certeza que no negocia: el lugar donde estudie deberá tener un club hípico. “Me voy con mi caballo”, dijo como quien define un destino inevitable. Cuando se le pregunta qué significa para él el hipismo, no duda: “Es mi vida. No hay nada comparado con lo que se siente cuando se vuela, literalmente, con el caballo”. Fuente: 3200.ar

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