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  • Cómo entender la nueva “Doctrina Trump”

    » Clarin

    Fecha: 15/12/2025 06:33

    Desde 1986 una ley de EEUU exige que cada administración prepare una “Estrategia de Seguridad Nacional” (ESN) y, aunque muchos gobiernos preparaban documentos similares, básicamente secretos, desde 1987 se empezaron a hacer públicos. Es el documento básico de la política exterior estadounidense, guía las políticas de defensa nacional y la estrategia militar, y tiene importantes implicaciones para políticas internas sobre economía, ciencia y tecnología, migraciones y otras. Por ello, su publicación, que sucedió recientemente en la noche del jueves 4 de diciembre, es siempre noticia. Acá se comentan brevemente algunos puntos de la ESN. Como sugerían los trascendidos, se le otorga un papel preeminente al “Hemisferio Occidental,” como llaman en EEUU a las Américas en general: es el primer punto tanto de los objetivos de EEUU como del capítulo de análisis regional (ver más abajo). Otro tema obvio del documento trata sobre la competencia económica y militar con China (que no voy a comentar acá), aunque todo está con un lenguaje más neutro que en estrategias anteriores (incluyendo la ESN de 2017 durante la primera presidencia de Trump). Por otra parte, un aspecto inédito es que, junto a los temas tradicionales militares, económicos, y diplomáticos para lograr el objetivo central de la seguridad de EEUU y el bienestar de sus habitantes, la ESN menciona “la restauración y revitalización de la salud espiritual y cultural estadounidense, sin la cual la seguridad a largo plazo es imposible” y esto “no se puede lograr sin un número creciente de familias sólidas y tradicionales que críen hijos sanos.” Esta novedad amerita un tratamiento separado en otro artículo. También es un gran cambio que varios de los reproches más duros del documento son para Europa, mientras que no hay críticas para Rusia, en contraste con la mencionada estrategia de 2017. Se trata a este país únicamente en el contexto de las debilidades de Europa, que serían más que solamente económicas y podrían llevar a la “perspectiva real y más cruda de la desaparición” de la civilización europea. Según el documento esos problemas “incluyen las actividades de la Unión Europea y otros organismos transnacionales que socavan la libertad y la soberanía políticas” y las políticas migratorias que llevan a la pérdida de identidades nacionales, entre otros. Además, los gobiernos europeos tendrían “expectativas poco realistas sobre la guerra” entre Rusia y Ucrania. Ciertamente, el documento ha generado fuertes rechazos en Europa y diferentes análisis han señalado el contraste con la ausencia de críticas a Rusia. Pero al mismo tiempo hay una variedad de elogios sobre la importancia económica, tecnológica, y cultural del continente europeo, y como aliado indispensable de EEUU. Un tema crucial es qué posición tomarán los países europeos frente a esos mensajes cruzados. Las referencias al Hemisferio Occidental también muestran contrastes. ¿América Latina y el Caribe (ALC) debería centrarse en frases como que EEUU “reafirmará y hará cumplir la Doctrina Monroe para restaurar la preeminencia estadounidense en el Hemisferio Occidental,” especialmente para frenar la inmigración y combatir el crimen? La ESN considera esa preeminencia como “condición para nuestra seguridad y prosperidad” e implica “hacernos valer con confianza donde y cuando sea necesario en la región.” Esto último se relaciona con los ataques a embarcaciones que se argumenta están operados por traficantes de drogas, lo que ha generado una fuerte controversia dentro y fuera de EEUU. ¿O ALC debería considerar positivo que el documento enfatice el combate al crimen internacional, que tanto afecta a nuestras sociedades, y que proponga oportunidades de asociación en comercio, inversión, tecnología, defensa, minería y energía? El documento reconoce que “cierta influencia extranjera será difícil de revertir” pero que esos gobiernos de ALC “no están ideológicamente alineados con potencias extranjeras…”, sino que los atraen “los bajos costos y la menor cantidad de obstáculos regulatorios.” Por tanto, la ESN dice que, para contrarrestar la influencia de esas potencias extranjeras, EEUU usará “finanzas y tecnología;” además, promoverá esas oportunidades económicas en el Hemisferio Occidental con aliados y socios europeos y asiáticos, formando “coaliciones que aprovechen nuestras ventajas comparativas en finanzas y tecnología para construir mercados de exportación con países cooperantes.” Para decidir qué hacer es útil considerar dos aspectos. Primero, como en el caso de otros gobiernos de EEUU, el documento trata de articular diferentes líneas internas: promotores de la diplomacia geoeconómica; realistas que enfatizan el balance de poder; aislacionistas; nacionalistas que consideran que las organizaciones internacionales afectan la soberanía; internacionalistas conservadores tradicionales; y defensores de la cultura occidental con énfasis religioso. Segundo, mientras que la ESN explicita los objetivos y principios, no discute en detalle los instrumentos para su operacionalización.

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