15/12/2025 07:25
15/12/2025 07:24
15/12/2025 07:22
15/12/2025 07:22
15/12/2025 07:21
15/12/2025 07:21
15/12/2025 07:21
15/12/2025 07:20
15/12/2025 07:18
15/12/2025 07:18
» La voz
Fecha: 15/12/2025 01:51
La primera presentación de Shakira en el estadio Mario Alberto Kempes terminó inesperadamente, con un anuncio en las pantallas que informaba que el evento se daba por finalizado a causa de “condiciones climáticas adversas”. Instantes antes, la colombiana había anunciado en el micrófono que tenía que “evacuar” el escenario por la tormenta que se había intensificado durante el transcurso de su concierto. “Creo que ustedes también”, alcanzó a decir la artista antes de que la multitud que agotó los tickets de esta primera función pudiera leer la mala nueva. Había pasado Pies descalzos, sueños blancos, hit iniciático de su carrera (de 1995) con el que la artista recordó a su niña interior, y todo hacía pensar que el cierre del show (faltaban apenas cinco canciones de la lista pauta) iba a elevar aún más la euforia multiplicada en más de 50 mil gargantas. Pero lo que hasta ese momento era una fiesta pasada por agua, finalmente se convirtió en una celebración trunca, que se acabó en el momento menos pensado. Tras la interrupción del espectáculo, se emitieron instrucciones claras para la evacuación del estadio. Se solicitó a los asistentes ubicar la salida más cercana y dirigirse a ella de manera ágil y ordenada. La multitudinaria caminata finalmente tuvo otro color al esperado: en vez de comentarios y recuerdos casi inmediatos de un show inolvidable, lo que se impuso fue el silencio y los pasos apurados por la lluvia. El caos posterior que se vivió en las inmediaciones del Kempes también aportó su cuota de reflexión. Si la infraestructura lindante con el estadio suele traer complicaciones tras la finalización de eventos deportivos y musicales, con la lluvia de este domingo ese escenario se potenció todavía más. Debería ser un punto a revisar si Córdoba quiere instituirse como plaza regular de espectáculos de esta envergadura. El show, más allá de la lluvia Ante un estadio Kempes agotado en menos de una semana, Shakira confirmó en Córdoba una conexión particular con el público argentino. Luego de tres presentaciones en Vélez en iguales condiciones a lo largo de la semana, la colombiana buscaba redondear un cierre de gira latinoamericana con la emoción y el calor que aportan incondicionalmente los públicos de esta parte del mundo. En su regreso a “la Docta” luego de 14 años, Shakira enfatizó su carácter de popstar global y, sobre todo, de clásico contemporáneo de la canción latinoamericana. Con un repertorio que la paseó por las mil y un facetas de su carrera, pero qué ahondó con énfasis en su primera discografía en español, la artista dejó atónitas a las más de 50 mil personas que cantaron junto a ella durante casi dos horas. De la mano de un espectáculo apabullante que replicará este lunes, Shakira dejó la vara bien alta en un formato -el de show de estadios- que en los próximos meses tendrá varias manifestaciones más entre el Kempes e Instituto. Show de Shakira en el Kempes Canciones con historia El festival GRL PWR 2023 lo había anticipado. Allí, Marilina Bertoldi hizo delirar a la audiencia con una relectura bien rockera de Inevitable, uno de los hits de Dónde están los ladrones, acaso el disco que dejo un repertorio servido para la nostalgia y las declaraciones de amor eterno este domingo y durante toda la gira de la colombiana. Poco más de dos años después, ver a la autora original de aquella canción protagonizándola en cuerpo y alma en el Kempes es un verdadero sueño cumplido para miles de jóvenes que no habían nacido cuando esas canciones vieron la luz. También para quienes pueden darse el gusto de ver a una referente de la infancia/adolescencia en vivo y en directo. Así se sintió desde temprano, en una tarde que tuvo largas filas previas a la apertura de puertas. Allí se vieron grupos de amigas y amigos, parejas, niños y adolescentes en modo fan. Las pelucas violetas y los “¡Aaauuuu!” aportaron color a una postal dominada por el gris de la tormenta, un escala de grises que se asomaba por encima de la estatua del jugador que da nombre al coloso mayor del deporte y el espectáculo cordobés. Así se prepara el público en la previa al primer show de Shakira, en el Kempes. (Javier Ferreyra / La voz) A eso de las 20, tras finalizar la previa con Tizi Pierini (no hubo número cuartetero, como había anticipado Carli Jiménez), el clima comenzó a cambiar luego de que el staff técnico ingresará a limpiar el escenario, cubierto con lonas para proteger los equipos de la lluvia. En ese momento, el chispeo se hizo algo más incesante y la lluvia volvió a aparecer como amenaza latente. A esa altura, también, una decisión de la producción multiplicaba molestias en el campo: quienes estaban ubicados en ese sector no podían acceder al patio de comidas, dispuesto debajo las plateas. A medida que se acercaba el comienzo, la megapantalla disparaba sucesivos hits de la colombiana. Más allá de la autorreferencia, la seguidilla de canciones evidenció el estatus de Shakira y su condición de cantautora infalible más allá de los diferentes géneros que ha abordado a lo largo de sus más de 30 años de carrera. Así se prepara el público en la previa al primer show de Shakira, en el Kempes. (Javier Ferreyra / La voz) Una hora y media de magia Pasaron casi dos horas más hasta Shakira ingresó por el túnel que conecta los vestuarios con el campo de juego. Lo hizo en modo boxeadora que se prepara para subir al ring, junto a unas 90 personas que caminaron junto a ella ataviadas de plateado. Fue el preludio de un show que inmediatamente desató comparaciones con el despliegue de Paul McCartney en este mismo escenario en 2024. Es que la colombiana inició el espectáculo sobre una plataforma que la elevó ante la multitud. Fue un comienzo futurista, electrónico, que replicó lo visto en Buenos Aires y dejó en claro que lo que se venía iba a ser intenso en todo sentido. Show de Shakira en el Kempes Después de La fuerte y GRL Like Me, el show llegó a un primer pico con el doblete Las de la intuición y Estoy aquí, que desató una rave instantánea y entregó una postal iluminada de todo el estadio mediante las pulseras que se les entregaron a todos los asistentes en el ingreso. “Buenas noches, Córdoba, que alegría volver a estar aquí de nuevo en estas tierras”, saludó Shakira tras ese momento de euforia inicial. La colombiana contó que pasó dos días en la “sierra cordobesa” que la dejaron “como nueva”. Luego, destacó la posibilidad de culminar esta gira en Argentina, con un reencuentro con su “manada” local. “Me hace muy feliz saber que la vamos a cerrar aquí en Córdoba”, dijo sobre el tramo latinoamericano de Las Mujeres Ya No Lloran World Tour. Ahí nomás, llegó el turno de Inevitable e inmediatamente después, Te felicito. Era apenas un esbozo de lo que estaba destinado a ser un show inolvidable para los fans de Shakira y para toda la ciudad. Desde las 21, la llovizna que se había instalado en la zona del estadio comenzó a jugar un papel central. Primero, como condimento de una noche con sabor a épica. Luego, y con el correr de las canciones, como otra variable para ponderar el trabajo de la colombiana. Show de Shakira en el Kempes Lejos de aminorar su performance por las condiciones climáticas, la artista desplegó todo su arsenal de movimientos y coreografías. Junto a su cuadro de bailarines, pisó el escenario con firmeza y no dejó lugar a dudas sobre su condición de megaestrella hecha de abajo. Incluso, llegó a secarse el pelo frente al público como si estuviera saliendo de nadar de una pileta. Así, la primera hora del show transcurrió prácticamente con normalidad, y con el plus de desarrollarse en condiciones adversas pero con una entrega intacta desde el escenario. La colombiana mostró un repertorio afecto a los cambios y a los diferentes momentos de intensidad. Después de TQG y Don’t Bother, sonaron favoritos más recientes del público como La bicicleta o La tortura, que anticiparon uno de los momentos más álgidos, Hips Don’t Lie. “¡Con la lluvia!“, exclamó la cantante antes de descollar en una versión que la tuvo en la pasarela que salía del escenario y liderando a sus seis bailarinas sin importar el agua que caía en el momento. Luego llegarían Chantaje, en una explosiva versión salsera; y Monotonía, en forma de bachata. En ambas, tanto los músicos de la banda (algunos de ellos, integrantes desde hace 26 años) como la propia protagonista mostraron su oficio de años para adaptarse naturalmente a ritmos complejos en su ejecución. Show de Shakira en el Kempes La tormenta tenía otros planes “La lluvia es fría, pero ustedes me calientan”, dijo luego Shakira antes de presentar a sus compañeros, que estuvieron todo el show debajo de gazebos protectores que limitaron su ubicación frente a la pantalla que coronaba el imponente escenario. Pese a un planteo propio de megaconciertos a lo Coldplay o Taylor Swift, con filmación permanente de la artista (siempre atenta para dialogar gestualmente con las cámaras) y un momento en el que se la pudo ver preparándose y cantando desde la estructura interna del escenario, llamó la atención que no hubiera un techo que cubriera al menos en parte a la artista. Show de Shakira en el Kempes Mientras en el público el pogo y la efervecencia se multiplicaban con el correr de los temas, el agua seguía cayendo sobre el escenario y la tormenta se potenciaba con relámpagos y truenos. Así llegó el pasaje que iba a ser definitivo para el saldo de la noche. Luego de una versión con toques de trap y electrónica de Ojos así, más lenta y pesada que la original, la artista viajó al pasado y mostró imágenes de su infancia y adolescencias dedicadas a la música, así como algunos fragmentos de los primeros años de su carrera profesional. Ese fue el preludio para Pies descalzos, sueños blancos, que enardeció a la multitud y dejó todo listo para un cierre a tono con el fervor que reinaba la noche. Sin embargo, la lluvia tenía otros planes y, tras el final de ese viejo clásico, la colombiana anunció sin demasiada claridad que el show no iba a poder continuar. Córdoba: se canceló el concierto de Shakira en el Estadio Kempes por tormenta. (La Voz) No se alcanzó a despedir ni a saludar a la multitud, en una situación que recordó el show fallido de Luis Miguel en el estadio de Instituto. No fue el caso de Shakira, que entregó una versión mucho más profesional y excelsa como artista popular. Lamentablemente, no alcanzó para que la velada se cerrara sin mayores trastornos ni complicaciones para las fanáticas y fanáticos que colmaron el estadio. Por lo pronto, habrá que esperar hasta este lunes, cuando Shakira tenga su propia revancha en un histórico segundo Kempes consecutivo.
Ver noticia original