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» La voz
Fecha: 15/12/2025 01:43
Talleres empieza a diseñar su 2026 desde un lugar menos visible que el mercado de pases, pero igual de determinante: el vestuario. La idea es clara y compartida entre la dirigencia y el cuerpo técnico de Carlos Tevez: modificar dinámicas internas, redefinir liderazgos y elevar el nivel de exigencia para evitar que se repitan conductas y rendimientos que terminaron alejando al equipo de los objetivos mayores. El primer punto de quiebre será el grupo de líderes. La directiva eligió no renovar el contrato de Rubén Botta, uno de los referentes futbolísticos y de voz, cuyo vínculo vence el 31 de diciembre tras dos temporadas. La decisión no es menor: Botta fue peso pesado dentro y fuera de la cancha, pero su salida marca el inicio de una nueva etapa. En paralelo, el club considera seriamente la salida del capitán Guido Herrera en este mercado, una posibilidad que, de concretarse, implicará un reordenamiento total de la estructura interna del plantel. Lo más concreto es de Inter Miami, que debe reformular su oferta, ya que el contrato que ofreció para el capitán albiazul es muy importante. Rubén Botta. Fue un referente en el plantel. No renovará contrato. Palacios se fue antes. (Prensa Copa Argentina) Otro caso en evaluación es el de Matías Catalán, defensor y referente del último ciclo. Su situación será analizada con lupa, tanto desde lo futbolístico como desde el rol que puede ocupar en el vestuario que viene. Además, Talleres incluyó a Juan Rodríguez y a Nahuel Bustos dentro del grupo de jugadores con “proyección de salida”, una etiqueta que refleja la intención de la dirigencia de achicar el plantel y evitar nombres que no estén plenamente comprometidos con el proyecto. En ese contexto, la ascendencia de José Luis Palomino aparece como una pieza clave. El defensor no sólo es valorado por su experiencia internacional y su jerarquía en la cancha, sino también por su capacidad para ordenar el grupo puertas adentro. Talleres apuesta a que Palomino sea uno de los pilares del vestuario 2026, un líder que marque límites, eleve la competitividad interna y acompañe el cambio cultural que se busca. Tanto Tevez como Andrés Fassi coinciden en que el próximo Talleres debe tener “otra definición”. El entrenador ya no quiere repetir frases como “el que quiera estar, se sube al barco”. La idea ahora es más tajante: quien no esté alineado con el proyecto, quedará al margen. El presidente, en la misma sintonía, fue contundente al pedir un equipo con “hambre de gloria”, que se mate en los entrenamientos y entienda que el lugar se gana todos los días. En esa línea, no habrá más tolerancia para faltas, llegadas tarde, futbolistas que no den el peso físico o anímico, ni para aquellos a los que no les importe pagar multas. Tampoco para jugadores que se planten para salir o que queden expuestos ante la gente, como ocurrió con Matías Galarza Fonda y Sebastián Palacios quienes le hicieron señas a la gente tras la derrota con Vélez. Las versiones de peleas en el vestuario, como los que circularon tras los partidos ante Armenio e Instituto -tras ese juego, se fue el DT Pablo Guiñazú, dijo que “si pasó algo o no en el vestuario se lo guardaba” y luego hubo una coferencia de prensa de Herrera y Bustos-, fueron señales de alarma que aceleraron las decisiones. Fassi quiere que se recupera el peso del reglamento interno. Es más, desde las redes del club hubo un recordatorio sobre el comportamiento de los jugadores en vacaciones (arrancan el 26/12). Talleres. Conferencia de prensa de Guido Herrera, Nahuel Bustos. (José Gabriel Hernández / La Voz) Fassi identificó a 11 jugadores que manifestaron su intención de irse después de ganar la Supercopa Internacional el 5 de marzo, el único título del ciclo reciente y el primero que disputó el equipo antes de las eliminaciones en Copa Argentina, Apertura, Libertadores y Clausura, todas ellas en octavos de final. Ese dato fue determinante para entender que algo se había quebrado internamente. Tevez lo explicó con crudeza y frontalidad: “En estos días nos tocó hablar con los muchachos que no íbamos a tener en cuenta: es duro, pero fuimos de frente y al final el jugador lo agradece. Teníamos un plantel muy largo y jugábamos una sola competencia. Ahora, hasta mayo, vamos a jugar entre 18 y 22 partidos. No se puede tener un plantel de 30 jugadores: vamos a pasar a 23”. En esa lista de los jugadores “con proyección de salida” hubo referentes como Botta y Rodríguez, y también casos de jugadores como el de Luis Sequeira, a quien el DT decidió marginar a la reserva por indisciplina y de ahí pasó a entrenar en contraturno por la misma razón. El mensaje es inequívoco: Talleres 2026 quiere un vestuario más corto, más comprometido y con líderes que empujen hacia adelante. La reconstrucción ya empezó.
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